"La curia tiene miedo a los laicos, a las mujeres y a los pobres"
Leonardo Boff, te¨®logo de la liberaci¨®n, brasile?o de 66 a?os, fue una de las voces a las que el pontificado de Juan Pablo II oblig¨® al silencio tras un proceso dirigido por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe. Boff suele decir que la verdadera te¨®loga de la familia fue su madre -una mujer pobre capaz de conseguir que sus 10 hijos estudiaran y que se maravillaba de que los te¨®logos eclesi¨¢sticos no vieran a Dios, cuando ella, analfabeta, s¨ª lo ve¨ªa-. Franciscano, autor de m¨¢s de 40 libros, dej¨® los h¨¢bitos del sacerdocio, pero no la Iglesia. Ha sido y sigue siendo una voz fundamental entre los pobres; una voz disidente que afirma que el nuevo Papa deber¨ªa "tener m¨¢s fe", en contraposici¨®n al miedo.
"El camino es hacer del capital ¨¦tico y espiritual de la fe una fuerza movilizadora contra la opresi¨®n y un motivo de liberaci¨®n"
"Lo que se opone a la fe no es la negaci¨®n de Dios o el ate¨ªsmo. B¨ªblicamente, lo que se opone a la fe es el miedo"
Pregunta. Usted es uno de los 140 te¨®logos castigados durante el pontificado de Karol Wojtyla y fue procesado por el cardenal Ratzinger, de quien se habla como papable. ?Qu¨¦ siente?
Respuesta. No siento amargura. Ni siquiera una herida en el alma. Lamento las condenas a los te¨®logos de la liberaci¨®n porque son personas que han elegido la senda m¨¢s dif¨ªcil: caminar con los pobres; entrar en su mundo miserable y compartir dolores y esperanzas porque este pueblo es pobre y cristiano a la vez. El camino es hacer del capital ¨¦tico y espiritual de la fe una fuerza movilizadora contra la opresi¨®n y un motivo de liberaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ significa haber sido perseguido como te¨®logo?
R. Ser perseguido por mantener este compromiso resulta escandaloso, y para los pobres, incomprensible. Revela lo mucho que la Iglesia institucional est¨¢ alejada del sufrimiento de los pobres. Cuando habla de ellos es casi siempre desde una perspectiva te¨®rica. Cuando alguien escucha y asume lo que esta iglesia ense?a debe contar con la oposici¨®n o la condena de la Iglesia oficial con el pretexto de no politizar o ideologizar la fe. Si una Iglesia no escucha a los pobres, no tiene nada que decir a Dios y se aleja de Jes¨²s.
P. Si pudiera votar en el c¨®nclave, ?a qui¨¦n elegir¨ªa?
R. No votar¨ªa por ninguno de los cardenales electores. A mi juicio, no hay entre ellos grandes pastores o profetas que la Iglesia necesita en este momento. Me inclinar¨ªa m¨¢s por alguno de los cardenales ancianos que no pueden votar, pero que pueden ser votados. Necesariamente ser¨¢ un papa de transici¨®n que tendr¨¢ la funci¨®n de recuperar las instituciones del Vaticano II y el valor de las iglesias locales.
P. ?Alg¨²n nombre?
R. Mi nombre ser¨ªa el cardenal Aloysio Lorscheider, brasile?o, que casi fue papa antes de la elecci¨®n de Juan Pablo I. Lorscheider es un hombre que nunca traicion¨® su conciencia, siempre estuvo abierto a los pobres. O el cardenal Carlo Martini, jesuita y biblista. Ambos son pastores, te¨®logos y amigos de los amigos de los pobres, es decir, de los te¨®logos de la liberaci¨®n.
P. ?Llegar¨¢ el d¨ªa en que sean los obispos los que elijan papa?
R. Ojal¨¢ fueran los representantes de toda la cristiandad, incluso muchas mujeres, los que eligieran al papa, el verdadero animador de la fe y de la esperanza de toda la Iglesia. No hay objeci¨®n dogm¨¢tica alguna que lo impida. Pero hay que superar la mentalidad patriarcal que rige en la Iglesia. Esto ser¨ªa una se?al de que la Iglesia se moderniza y camina con la historia en su mejor versi¨®n, que es el esp¨ªritu democr¨¢tico y la voluntad de ser ciudadano activo y no un consumidor pasivo de bienes religiosos.
P. Si el nuevo papa le preguntara por d¨®nde debe comenzar su trabajo, ?qu¨¦ le aconsejar¨ªa?
R. Le dir¨ªa: empiece escuchando a las personas de los distintos estamentos de la sociedad, sobre todo a los que llamamos pueblo. Ellos saben de la vida, de sus problemas y sus esperanzas. Y despu¨¦s organice instancias colegiales con representantes de toda la comunidad cristiana, desde las mujeres hasta los cardenales, para presentar un proyecto de Iglesia que est¨¦ a la altura de los verdaderos problemas. Y deje que las iglesias continentales, nacionales y locales lo lleven a cabo respetando las singularidades de cada cultura. As¨ª emerger¨ªa una Iglesia convertida en una inmensa red de comunidades cristianas encarnadas en las distintas realidades sociales.
P. ?Y qu¨¦ le quedar¨ªa al papa?
R. Le quedar¨ªa lo que es y lo que tiene que ser: el gran animador que va por el mundo realizando su misi¨®n evang¨¦lica. Nada m¨¢s. El papa deber¨ªa dejar de ser el jefe de un Estado, un poder temporal, para poder ejercer su primado espiritual de comuni¨®n.
P. Los cardenales dicen que el nuevo papa deber¨ªa ser "santo", que deber¨ªa "amar a los pobres". ?Qu¨¦ significa ese lenguaje?
R. Es el lenguaje de la mala conciencia. Se dan cuenta de lo lejos que est¨¢ la Iglesia oficial de estas realidades. Es la ret¨®rica eclesi¨¢stica que vive de f¨®rmulas bonitas para sustituir los compromisos reales y seguir manteniendo la estructura elitista y piramidal de la galaxia eclesial.
P. Hay quien desea un papa latinoamericano o un papa africano o asi¨¢tico. ?Cree que un pont¨ªfice del Tercer Mundo ser¨ªa menos conservador que muchos de los europeos?
R. El problema no es de geograf¨ªa, sino de mentalidad. La mayor¨ªa de los africanos son m¨¢s romanos que los propios romanos. Igual sucede con un gran n¨²mero de los latinoamericanos. Pueden existir cardenales europeos que tienen una visi¨®n de la humanidad y de la necesidad de otro tipo de discurso y de otra forma de organizar la Iglesia como los europeos Carlo Martini o, en menor medida, Walter Kasper, alem¨¢n, que trabaja en la curia y que piensa de manera muy diferente a su colega Ratzinger.
P. Ha dicho antes que el pr¨®ximo papa deber¨ªa tener m¨¢s fe. ?No resulta demasiado duro?
R. Lo que se opone a la fe no es la negaci¨®n de Dios o el ate¨ªsmo. B¨ªblicamente, lo que se opone a la fe es el miedo.
P. ?Cree que hay mucho miedo en Roma?
R. Lo que se da en Roma, sobre todo en la curia, es miedo. Miedo a los laicos, mucho miedo a las mujeres, miedo a los pobres y al Tercer Mundo, miedo al pensamiento cr¨ªtico y libre, miedo a que las otras religiones puedan crecer m¨¢s que el cristianismo y no s¨¦ cu¨¢ntos miedos m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ significa este miedo?
R. Significa que no creen en el Esp¨ªritu, que no creen en la irradiaci¨®n del evangelio y en la fuerza intr¨ªnseca de la verdad. Tener fe es comprender que Dios, el Esp¨ªritu y el Resucitado act¨²an en la historia y en la vida de las personas directamente, sin tener que pasar por la mediaci¨®n de la Iglesia. Muchos eclesi¨¢sticos creen que Cristo es el ¨²nico camino hacia el cielo y que la Iglesia es el peaje sin el cual no se alcanza el cielo. Esto es ausencia de fe justo en aquellos que tienen la misi¨®n de confirmar a los hermanos y hermanas en la fe.
P. ?Tiene esperanzas de que el c¨®nclave pueda reservar alguna sorpresa, como ocurri¨® con Juan XXIII, o ser¨¢ una simple continuaci¨®n del papado wojtyliano?
R. No creo en la continuidad de lo mismo. Bajo este largo pontificado muchos han sufrido; hay amarguras y divisiones. Generalmente, la sabidur¨ªa pol¨ªtica de los cardenales permite que se introduzcan ciertos cambios. La primera tarea de un pont¨ªfice es pacificar y garantizar lo que la Iglesia cat¨®lica m¨¢s anhela: la unidad. Espero que venga un papa pastor y no un doctrinario, un papa que desromanice a la Iglesia reforzando las iglesias locales y su di¨¢logo entre las culturas.
P. ?Cu¨¢l es la verdadera herencia de Jesucristo si se la despoja de todos sus oropeles pol¨ªticos y mercantil¨ªsticos?
R. La gran herencia de Jes¨²s, que es buena no solamente para los cristianos, sino para todos, es el ofrecimiento de un sentido vital, de solidaridad y de compasi¨®n a la humanidad entera para que se libre de sus miedos. Todo lo dem¨¢s es mentira.
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