Una antolog¨ªa re¨²ne la narrativa fant¨¢stica de escritores catalanes
Jacint Verdaguer, Merc¨¨ Rodoreda y Josep Carner son algunos de los autores incluidos
Fantasmas, vampiros y utop¨ªas futuristas pueblan las p¨¢ginas de la antolog¨ªa Els altres mons de la literatura catalana (Gal¨¤xia Gutenberg / Cercle de Lectors), que re¨²ne m¨¢s de 80 cuentos de g¨¦nero fant¨¢stico de escritores catalanes. De la selecci¨®n se ha encargado V¨ªctor Mart¨ªnez-Gil. "?sta es la literatura de la modernidad, porque arranca en el siglo XVIII. En Catalu?a empez¨® con los rom¨¢nticos", explic¨® el ant¨®logo en la presentaci¨®n del libro.
Jacint Verdaguer, Josep Carner, Merc¨¨ Rodoreda, Manuel de Pedrolo, Terenci Moix, Pere Calders, Narc¨ªs Oller, Joaquim Ruyra , Salvador Espriu, Jaume Fuster y Juan Perucho son algunos de los escritores que se incluyen en el compendio. Forman el grupo selecto de los consagrados. De otros apenas se tienen noticias. Es el caso de Elvira Augusta Lewi, autora de la novela Quan la mort s'enamora (1936), de la que se reproduce un cap¨ªtulo.
Los criterios para la selecci¨®n han sido flexibles. El volumen recoge cuentos que ponen en duda la realidad, ya sea a partir del contacto con lo sobrenatural o mediante construcciones literarias de mundos imaginarios. "Este tipo de literatura no es visible en nuestra cultura. Entre nosotros, los libros de g¨¦nero fant¨¢stico se dirigen al p¨²blico juvenil. Sin embargo, en catal¨¢n se ha escrito mucho y con calidad. El objetivo es vencer el prejuicio de que los catalanes son muy racionalistas y poco dados a la imaginaci¨®n", apunt¨® Mart¨ªnez-Gil, profesor de Literatura Catalana en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. "Me gustar¨ªa que la antolog¨ªa sirviera para dar una visi¨®n distinta de la literatura catalana. Algunos de los escritores que aparecen aqu¨ª forman parte de nuestro canon literario", agreg¨®.
A pesar de la cantidad de textos incluidos, Mart¨ªnez-Gil constata en la introducci¨®n del libro la escasa tradici¨®n en Catalu?a de una literatura no realista. La carencia se debe, en ocasiones, a causas sociales. As¨ª ocurre con la ciencia-ficci¨®n, aunque existan precendentes tempranos como las novelas Homes artificials (1912), de Frederic Pujul¨¤ i Vall¨¨s, y Retorn al sol (1927), de Onofre Par¨¦s. El atraso tecnol¨®gico del pa¨ªs lo aclara todo: sin ciencia no pod¨ªa haber ciencia-ficci¨®n.
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