Acuerdo en Alemania para fijar un salario m¨ªnimo que frene la competencia del Este
Los trabajadores de otros pa¨ªses aceptan sueldos muy inferiores a los de los alemanes
La competencia de los trabajadores del este de Europa ha llevado en Alemania a Gobierno y oposici¨®n a un consenso sobre la posible introducci¨®n del salario m¨ªnimo. Por primera vez, la oposici¨®n cristianodem¨®crata acepta negociar, aunque su intenci¨®n es que la medida tenga car¨¢cter transitorio. En Alemania no existe un salario m¨ªnimo regulado por ley, sino que son empresa y trabajadores quienes negocian las condiciones peri¨®dicamente en virtud de la llamada cogesti¨®n. S¨®lo en el sector de la construcci¨®n se reconoce algo parecido y ahora se pretende ampliarlo a otros sectores.
Sin esperar a que en Bruselas se lleguea un acuerdo sobre la discutida directiva Bolkestein, que regula la liberalizaci¨®n del sector servicios en la Uni¨®n Europea, Alemania quiere luchar contra el dumping laboral. Ciudadanos de Europa Oriental trabajan en Alemania a cambio de salarios por los que un alem¨¢n ni se molestar¨ªa en salir a la calle.
La novedad del asunto consiste en que por primera vez la oposici¨®n cristianodem¨®crata, tradicionalmente contraria al concepto de salario m¨ªnimo, est¨¢ dispuesta a tomar una medida as¨ª para proteger a los trabajadores de la competencia procedente de pa¨ªses donde los sueldos son m¨¢s bajos.
En un momento en que la sociedad alemana sufre una fase de profundo pesimismo por el alto ¨ªndice de desempleo, que en marzo alcanz¨® el 12,5% con 5,176 millones de parados, los pol¨ªticos se esfuerzan en proponer medidas contra el paro con el pensamiento puesto en la campa?a electoral de Renania del Norte-Westfalia.
Actualmente s¨®lo en la construcci¨®n hay algo parecido a lo que se considera un salario m¨ªnimo, y la idea es ampliarlo a otros sectores. Se trata de una "ley de env¨ªo de trabajadores" introducida por el ex canciller Helmut Kohl (CDU) en 1996 que obliga a las empresas extranjeras de la construcci¨®n que operen en Alemania a pagar a sus empleados los sueldos habituales en este pa¨ªs. El salario m¨ªnimo por hora se sit¨²a en 12,47 euros.
Pero el sindicato de la construcci¨®n IG-Bau denunci¨® la semana pasada que, mientras miles de obreros alemanes se encuentran en el paro, las empresas siguen pidiendo contingentes de trabajadores extranjeros que cobran hasta 4,50 euros por hora.
La iniciativa de negociar alguna medida de control similar al salario m¨ªnimo parti¨® del primer ministro de Baviera y presidente de la CSU (Uni¨®n Social Cristiana), Edmund Stoiber, y fue acogida con agrado por socialdem¨®cratas y verdes en el Gobierno federal.
Tambi¨¦n la presidenta de la CDU, partido hermano de la CSU, Angela Merkel, se pronunci¨® a favor de ampliar la ley de 1996 a otros ¨¢mbitos. "Si otros sectores, como la industria transformadora de carne, tienen el mismo problema, la pol¨ªtica tiene que estudiar las posibilidades existentes para resolver el asunto", declar¨® Merkel al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung del pasado domingo.
Tres euros por hora
Cada vez m¨¢s trabajadores del este europeo trabajan en los mataderos alemanes a cambio de hasta tres euros por hora. Ante la imposibilidad legal de ser contratados como asalariados, se registran como aut¨®nomos.
Est¨¢ por ver, sin embargo, si una ampliaci¨®n de la ley de env¨ªo de trabajadores podr¨ªa acabar con esta situaci¨®n. Tampoco est¨¢ claro c¨®mo se puede traducir la idea en medidas concretas. "?sta no es una cuesti¨®n de voluntad, sino de c¨®mo ponerlo en pr¨¢ctica", dijo el ministro de Econom¨ªa y Trabajo, Wolfgang Clement, que en principio est¨¢ a favor de la medida.
La oposici¨®n, sin cuyo voto en el Bundesrat -c¨¢mara de representaci¨®n de los estados federados- el Gobierno no podr¨ªa sacar adelante esta iniciativa, se niega a regular el salario m¨ªnimo por ley. Se tratar¨ªa m¨¢s bien de una medida transitoria para combatir un problema puntual en sectores concretos. Pero los esc¨¦pticos apuntan al riesgo de que una regulaci¨®n transitoria acabe perpetu¨¢ndose y se convierta a la larga en un freno a la competencia que no har¨ªa m¨¢s que entorpecer la creaci¨®n de empleo.
Sin polacos no hay cosecha
Con 5,17 millones de parados en Alemania, muchos pol¨ªticos consideran un esc¨¢ndalo que cada a?o lleguen 280.000 polacos a cosechar esp¨¢rragos. Por eso, algunos han propuesto que se reclute a desempleados alemanes.
Los agricultores no han tardado en protestar. Los polacos "son expertos, traen una enorme motivaci¨®n y saben perfectamente lo que tienen que hacer", explica el agricultor J?rg Buschmann a la agencia alemana DPA. Motivaci¨®n es lo que falta a los alemanes. Pocos est¨¢n dispuestos a doblar el espinazo a la intemperie hasta 12 horas diarias por lo que cobran los polacos.
El director de la Agencia Federal de Empleo, Frank-J¨¹rgen Weise, advirti¨® que obligar a personas no capacitadas para el trabajo ser¨ªa contraproducente para ellos y para la cosecha.
"Si dejan de venir jornaleros del Este nos quedamos sin cultivo de fruta, verdura y vid", lamenta Buschmann.
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