El Chelsea se consagra en M¨²nich
El cuadro de Mourinho recurre a su habitual eficacia y contundencia para confirmar la decadencia del Bayern
El Bayern se movi¨® ayer en su legendario estadio Ol¨ªmpico con la agilidad de un dinosaurio. La misma. Y as¨ª quer¨ªa sorprender al Chelsea, un equipo que se defiende con la fe de un converso siguiendo la llamada casi m¨ªstica de su controvertido entrenador, Jos¨¦ Mourinho. El mismo equipo que ataca con la voracidad y eficacia de los elegidos. El cuadro londinense especul¨® en M¨²nich, sin regalar m¨¢s que un par de remates -dos de los cuales fueron goles- y su ya habitual determinaci¨®n defensiva. Fue suficiente. Del resto se encarg¨® el mal estado del Bayern. A pesar de que al final maquillara su eliminaci¨®n con dos goles al l¨ªmite. Resultado enga?oso: el Chelsea siempre domin¨® la eliminatoria.
BAYERN 3 - CHELSEA 2
Bayern: Kahn; Sagnol, Lucio, Kovac, Lizarazu (Salihamidzic, m. 77); Demichelis (Scholl, m. 51); Schweinsteiger, Ballack, Z¨¦ Roberto; Pizarro y Makaay (Guerrero, m. 72).
Chelsea: Cech; Huth, Ricardo Carvalho, Terry, Gallas; Cole (Morais, m. 91), Lampard, Makelele, Duff (Tiago, m. 70); Gudjohnsen (Geremi, m. 87) y Drogba.
Goles: 0-1. M. 29. Lampard dispara desde la frontal, el bal¨®n rebota en Lucio y entra. 1-1. M. 64. Cabezazo de Ballack, Cech rechaza al palo y remata Pizarro. 1-2. M. 80. Cabezazo de Drogba. 2-2. M. 89. Acierto de Guerrero. 3-2. M. 93. Scholl, a pase de Pizarro.
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez, espa?ol. Amonest¨® a Kovac y Gudjohnsen.
Unos 60.000 espectadores en el Ol¨ªmpico.
A a?os luz de sus mejores tiempos, el cuatro veces campe¨®n de Europa certific¨® anoche su decadencia, que no es otra cosa que la decadencia del f¨²tbol alem¨¢n, cuya Liga lidera el Bayern a pesar de la pobreza de su juego. No hay m¨¢s que ver c¨®mo ha tenido que recuperar a Lizarazu, de 35 a?os, porque no hallaba a nadie mejor para el lateral izquierdo. Y Lizarazu no es ni una cuarta parte de lo que fue. Jugadores a la altura de su historia le quedan pocos. A excepci¨®n de Ballack y tal vez Z¨¦ Roberto, ninguno ser¨ªa titular en el Bayern de los 70. Beckenbauer, desde el palco, ni pesta?eaba.
S¨®lo el zigzagueante Z¨¦ Roberto le puso picante al ataque alem¨¢n aprovechando el poste que hab¨ªa colocado Mourinho en el lateral derecho, Huth. No le qued¨® m¨¢s remedio al extremo Cole que pasarse la noche en labores de lateral. Claro que nadie contaba con la renuncia de Makaay, una sombra de su pasado. ?D¨®nde est¨¢ el delantero centro?, se pregunt¨® Ballack cada vez que dirigi¨® su mirada al punto de penalti. No se supo.
Todos defienden en el Chelsea, desde Cole hasta Drogba, pero nadie como Carvalho. Con el pecho por delante, el central portugu¨¦s barri¨® con autoridad los pelotazos locales, seg¨²n las ¨®rdenes que le hab¨ªa transmitido el ayer enigm¨¢tico Mourinho, que fue visto subiendo a un taxi momentos antes del encuentro, cumpliendo su segundo partido de sanci¨®n.
El Chelsea se permiti¨® defenderse sin agobios e incluso lanz¨® un par de zarpazos al contragolpe. Drogba ya rompi¨® el espinazo de los centrales alemanes -Lucio y Kovac-tras un pase largo en el minuto 1. Lo raro fue la rapidez y determinaci¨®n con la que lleg¨® Kahn. Despu¨¦s Drogba recibi¨® un rodillazo de Demichelis y renque¨® un buen rato. El conjunto ingl¨¦s de Mourinho llevaba doce partidos marcando consecutivamente fuera de casa en la Champions y ayer no iba a ser una excepci¨®n. Marc¨® Lampard, por supuesto, su cuarto tanto en el torneo -dos en el choque de ida en Stamford Bridge-, confirmando que se trata del centrocampista m¨¢s determinante de Europa. Est¨¢ en estado de gracia y eso se manifiesta en los muchos goles de rebote que suma. Claro que a ello contribuye su excelente golpeo a la pelota: ayer prob¨® con el exterior del pie derecho desde unos 25 metros y se encontr¨® con la alianza de Lucio. El desali?ado central brasile?o dibuj¨® una extra?a figura con su pierna derecha que desvi¨® hacia dentro del marco un bal¨®n que iba fuera. Sin que Kahn pudiera rectificar.
F¨¦lix Magath retir¨® al intrascendente Demichelis para ganar creatividad con Scholl, otro viejo rockero venido a menos. Una reminiscencia de la ¨²ltima etapa gloria del Bayern -la Copa de Europa que gan¨® al Valencia en 2001-. El Bayern es un equipo aviejado e impotente, como dej¨® claro Lizarazu en una coz que le solt¨® a Cole cuando el bal¨®n hab¨ªa pasado de largo.
El partido estuvo bajo el control de Makelele, exponente m¨¢ximo de la propuesta defensiva de Mourinho. Y s¨®lo un enorme cabezazo de Ballack lo sac¨® de ese carril. Extraordinario cabeceador, el poderoso Ballack le gan¨® la posici¨®n a Carvalho y su remate, repelido primero por Cech y despu¨¦s por el poste, lo remach¨® a gol Pizarro. Un gol del Bayern de toda la vida. As¨ª, a cabezazo limpio, Ballack puso a temblar a Cech y Gudjohnsen hubo de sacar el cuero bajo los palos. Pero tom¨® nota Drogba y acab¨® con la ilusi¨®n alemana. De otro excelente cabezazo cruzado en el primer palo tras un centro de Cole. Lo que nunca le falt¨® al Bayern es el orgullo. Y de ¨¦l tir¨® para marcar dos tantos m¨¢s y retirarse con cierta dignidad de la competici¨®n que le hizo grande. Eran otros tiempos.
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