Una repatriaci¨®n improcedente
Una mujer boliviana vuelve a Espa?a tras ser expulsada de forma irregular
Es una historia con un final feliz. Comenz¨® como una terrible pesadilla hace cinco meses, cuando la joven boliviana Gabriela Queteguari fue arrestada en Ir¨²n (Guip¨²zcoa) y expulsada a su pa¨ªs dos d¨ªas despu¨¦s sin que mediara ninguna comunicaci¨®n oficial a su abogado. Termin¨® ayer con el reencuentro, emocionante y sobrecogedor, de esta inmigrante con sus hermanos residentes en Espa?a y la familia que le dar¨¢ un trabajo y ayudar¨¢ a regularizar su situaci¨®n laboral. "Ahora no es el momento de fiestas ni de celebraciones; s¨®lo quiero abrazarme con la gente que me quiere y ponerme a trabajar", dijo Gabriela nada m¨¢s aterrizar, con un d¨ªa de retraso, en Hondarribia.
Ha sido como borrar 146 d¨ªas del calendario. Es el tiempo que nunca debi¨® correr de esta manera tan rocambolesca en la vida de Gabriela. Cuando en abril de 2004 pis¨® territorio espa?ol para asistir a la boda de su hermana Jessica con un ciudadano espa?ol en Ir¨²n, nunca imagin¨® los avatares que le deparaba el destino. Durante su estancia, se puso a trabajar como empleada del hogar y asistenta interna de una mujer en Hondarribia. Pero un d¨ªa "maldito", el 16 de noviembre de 2004, fue detenida por la polic¨ªa. Llevaban una orden de expulsi¨®n de la Subdelegaci¨®n del Gobierno en Guip¨²zcoa, que se hizo efectiva dos d¨ªas despu¨¦s sin que la resoluci¨®n fuera notificada a su letrado. "La deportaci¨®n fue lo peor", reconoci¨® ayer esta joven de 25 a?os.
Se march¨® con una sensaci¨®n de derrota. Por eso ocult¨® a su familia que hab¨ªa sido deportada
Ya en su pa¨ªs natal, Gabriela no perdi¨® el contacto con Espa?a. Hablaba casi a diario con la familia que le daba sustento, un dinero que enviaba a su ciudad natal (Riberalta-Beni) para mantener a su hijo de seis a?os y a sus padres. M¨ªriam Salaberria, sobrina de la mujer que atend¨ªa, recuerda ahora que a Gabriela "se le cay¨® el mundo encima". "Se march¨® con lo puesto y con una sensaci¨®n de derrota, de fracaso. Hasta el punto de que en su casa ocult¨® que la hab¨ªan deportado. Dijo que estaba de vacaciones", explica.
M¨ªriam se puso en contacto con el abogado I?aki Almandoz, responsable del Turno de Extranjer¨ªa de Guip¨²zcoa, quien recurri¨® la orden de expulsi¨®n. La titular del Juzgado Contencioso Administrativo n¨²mero 1 de San Sebasti¨¢n, Ana Isabel Mart¨ªn, dict¨® a mediados de febrero pasado un auto judicial que ordenaba a la Administraci¨®n central la devoluci¨®n de esta mujer boliviana al mismo punto donde fue detenida. No hay precedentes en Espa?a de un caso similar. La historia de Gabriela dio un giro completo a partir de entonces. La devoluci¨®n a Espa?a, orden¨® la juez, ten¨ªa que ser "inmediata". Para la Administraci¨®n espa?ola, la inmediatez ha supuesto dos meses y un d¨ªa de espera.
Han sido dos meses de papeleos y tr¨¢mites burocr¨¢ticos que han hecho interminable su regreso a Espa?a. Y un d¨ªa de propina, porque este pasado martes, en el momento de tomar el vuelo, en el aeropuerto de La Paz le exigieron el pago de 70 d¨®lares para salir del pa¨ªs, una cantidad que Gabriela no ten¨ªa. Por eso retorn¨® con un d¨ªa de retraso.
Gabriela no pudo ayer contener las l¨¢grimas al ver en el aeropuerto a sus hermanos Marcelo y Jessica, y a la hija de ¨¦sta, Mar¨ªa Fernanda, un beb¨¦ del que se vio forzada a despedirse al poco tiempo de nacer. Entre felicitaciones y abrazos, anunci¨® que ahora s¨®lo piensa en conseguir pronto los papeles. Su abogado reconoci¨® que el procedimiento seguido con Gabriela -expulsarla sin notificaci¨®n al abogado- es "una pr¨¢ctica habitual en la polic¨ªa". Tras el caso de esta inmigrante se han conocido y denunciado otros seis similares, por los que declarar¨¢ como imputado en un juzgado el responsable de Extranjer¨ªa de la comisar¨ªa de polic¨ªa de Ir¨²n.
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