N¨¢ufrago sin fronteras
El marino Vital Alsar presenta en C¨¢diz su viaje de M¨¦xico a Grecia en defensa de la convivencia universal
"Aqu¨ª s¨ª que se est¨¢ a gusto". Vital Alsar respira hondo nada m¨¢s salir de una angosta calle en obras del casco antiguo gaditano y contemplar, de frente, desde la alameda, una luminosa bah¨ªa de C¨¢diz. Lleva 40 a?os navegando pero no se cansa del mar. Ni de la gente que vive de ¨¦l. "Los marinos son los mejores comunicadores del mundo". Como buen aventurero, no se priva de so?ar con nuevos retos. El ¨²ltimo lo present¨® ayer en C¨¢diz: cruzar de M¨¦xico a Grecia en un nav¨ªo de 30 metros de largo y 12 de ancho. Un viaje con mensaje. Que no hay fronteras, que no hay m¨¢s banderas que el "trapo blanco" que lleva en su barco en se?al de paz.
Vital Alsar (Santander, 1933) no ha puesto nunca l¨ªmites a sus proyectos. Mientras hac¨ªa la mili en Marruecos, conoci¨® el proyecto de la expedici¨®n Kon-tiki, un viaje a trav¨¦s del Pac¨ªfico a bordo de una balsa. "Fue un chispazo". Y, desde ese momento, enfil¨® su vida hacia el mar, con el objetivo en la mente de emular esa haza?a. Relata que se enfrent¨® a temperaturas extremas, de hasta 55 grados bajo cero, trabajando en unas minas de hierro de Canad¨¢ para ahorrar el dinero suficiente con el que emprender su primera misi¨®n: atravesar el oc¨¦ano en una embarcaci¨®n precolombina. Un gusano se comi¨® la madera y se hundi¨® a los 143 d¨ªas sin concluir el trayecto previsto.
Vinieron despu¨¦s m¨¢s intentos. ?stos acompa?ados de ¨¦xito. En 1970, sali¨® una ma?ana de Ecuador y 161 d¨ªas despu¨¦s su expedici¨®n en balsa lleg¨® a Australia. Fue todo un acontecimiento. Algunos dijeron que fue una cuesti¨®n de suerte. Rebati¨® todas las dudas al recorrer tres a?os despu¨¦s una distancia superior a la de una vuelta a la tierra a trav¨¦s de la l¨ªnea del Ecuador. Fueron 483 d¨ªas. M¨¢s tarde, cruz¨® el Amazonas para recordar a Francisco de Orellana y capitane¨® la rebautizada carabela Marigalante para homenajear a los grandes marinos de la Historia.
Vital Alsar ha recorrido el mundo, pero no presume de ello. S¨ª se jacta de haber viajado al coraz¨®n humano. Al coraz¨®n de sus compa?eros de balsa y al suyo propio. Le han acompa?ado siempre en sus viajes hombres de diferentes nacionalidades. "Nunca he colocado banderas, s¨®lo el trapo blanco de la paz", dice, para a?adir a continuaci¨®n: "Quiero transmitir la idea de la convivencia universal. ?se ha sido uno de los principales logros". Los elementos adversos no son tan enemigos como uno mismo. "Aprendes a conocerte, a controlar tus miedos. El principal, el miedo a la muerte. Cuando superas eso, ya has ganado la partida".
Vital Alsar tiene 71 a?os y ha resucitado varias veces. Mientras realizaba uno de sus viajes, llamaron por tel¨¦fono a su casa. Lo cogi¨® su mujer. "Hemos encontrado restos de una balsa. Creemos que su marido ha muerto", le dijeron. Tambi¨¦n los noticiarios utilizaron titulares f¨²nebres para despedirle ante las dudas que despertaba su atrevida aventura. "Ya ves, que yo sepa, sigo vivo". Vivo y dispuesto a emprender una nueva aventura con mensaje resumido en un trapo blanco colgado del m¨¢stil.
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