Mayor consenso que en el 'plan Ibarretxe'

El camino para la aprobaci¨®n de la reforma de los estatutos de autonom¨ªa es largo. Hay dos etapas muy diferenciadas. La primera es la elaboraci¨®n, que exige un alto grado de consenso en el Parlamento aut¨®nomo.

El Estatuto de Catalu?a de 1979 requiere para su propia reforma una mayor¨ªa de dos tercios de la C¨¢mara, que actualmente s¨®lo es posible alcanzar mediante el concurso de cuatro de los cinco grupos presentes en el Parlamento. Esto convierte en imprescindible el apoyo de CiU al proyecto.

La segunda etapa discurre en las Cortes, donde el proyecto debe seguir el mismo procedimiento utilizado para el plan Ibarretxe, aunque se supone que en este caso lograr¨ªa superar el debate de admisi¨®n a tr¨¢mite, puesto que existe para ello un compromiso expreso del presidente del Gobierno.

Este procedimiento fue fijado en 1993 mediante una resoluci¨®n de la Presidencia del Congreso de los Diputados. Para el caso de un Estatuto como el catal¨¢n, aprobado en su d¨ªa por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, se prev¨¦ la posibilidad de que si no recibe enmiendas, sea sometido directamente a un debate de totalidad en el Pleno del Congreso, en el que la aprobaci¨®n deber¨ªa producirse por mayor¨ªa absoluta.

Pero si, como es muy probable, alg¨²n grupo parlamentario desea presentar enmiendas, la previsi¨®n es otra. El debate y la votaci¨®n son entonces sobre admisi¨®n del proyecto a tr¨¢mite y apertura del periodo de enmiendas. Si lo supera, el proyecto es remitido a la Comisi¨®n Constitucional del Congreso, que lo estudia junto con una delegaci¨®n del mismo n¨²mero de miembros formada por el Parlamento catal¨¢n. Esta comisi¨®n paritaria dispone de dos meses como m¨¢ximo para dictaminar el proyecto y remitirlo de nuevo al Pleno del Congreso. Si se alcanza un acuerdo en la Comisi¨®n, el proyecto es sometido a votaci¨®n del Pleno, en el que se requiere mayor¨ªa absoluta para la aprobaci¨®n.

El proyecto debe seguir entonces parecido camino en el Senado.