"El Bloque va hacia tierra de nadie"
El pasado lunes, Xos¨¦ Manuel Beiras present¨® su dimisi¨®n como presidente del Bloque, tras acusar a la direcci¨®n actual de haberle "faltado al respeto reiteradamente". En esta entrevista explica las razones que le han hecho tomar esta decisi¨®n.
Pregunta. Me sabe mal record¨¢rselo, pero hace cuatro a?os ya le ve¨ªa bajo la estricta vigilancia de ese gran hermano, la UPG, que hoy, finalmente, le ha enviado a usted a las tinieblas exteriores...
Respuesta. Tal vez tuvo usted capacidad de predecir el futuro... Pero s¨ª que es verdad que, en los ¨²ltimos tiempos, yo estuve librando un combate de ideas dentro del BNG que se ha tropezado con un aparato de poder. As¨ª de claro. Lo peor que ha podido pasar es que esa confrontaci¨®n se produzca en el interior de una organizaci¨®n que, parad¨®jicamente, se cre¨® para dar cabida a una pluralidad de visiones. Eso se ha cerrado en los ¨²ltimos a?os.
"El sector marxista-leninista, la Uni¨®n do Povo Galego, sab¨ªa que yo no era controlable si llegaba a la presidencia de la Xunta"
"No tengo la intenci¨®n de encabezar una escisi¨®n. Yo me quedo para seguir trabajando con la gente del BNG que est¨¢ en mi sinton¨ªa"
P. Usted se sent¨ªa capaz de conjurar aquel peligro, pero su optimismo vital le ha jugado una mala pasada, ?no cree?
R. Es cierto que, en los a?os que yo llamo de vino y flores, en aquella fase de expansi¨®n del BNG en la pol¨ªtica institucional, desde finales de los 80 hasta el 96, yo tuve la oportunidad de organizar mi propio aparato de poder y no lo hice. Tuve que elegir entre una opci¨®n que ha acabado como ha acabado o traicionar mis principios.
P. No s¨¦ si se da cuenta de que lo que ha traicionado, con su autoinmolaci¨®n, es la expectativa de poder del BNG...
R. Es cierto. Pero si hubiera sido m¨¢s cauteloso es probable que me hubiera encontrado en una situaci¨®n distinta a la de ahora, pero... secuestrado. Podr¨ªa haber llegado incluso a una situaci¨®n de poder en la Xunta pero imposibilitado para hacer lo que creo que hay que hacer para transformar la sociedad. Yo no soy un revolucionario, a pesar de la leyenda, pero s¨ª creo en la participaci¨®n de los ciudadanos libre de los condicionamientos antiguos de los viejos partidos m-l, como la UPG, que es el grupo que controla hoy el Bloque.
P. Usted ha cometido muchos errores, pero el m¨¢s grave ha resultado ser aquella dimisi¨®n suya de la direcci¨®n del BNG, con la absurda pretensi¨®n de controlar el poder desde fuera de ¨¦l.
R. Lo que no se ha conocido en toda su dimensi¨®n es la realidad de nuestra situaci¨®n interna, en la que, a partir del a?o 97, en que el BNG da el famoso sorpasso, cuando se percibe que el BNG puede llegar a ser poder en la Xunta, incluso llegar a la Presidencia de la Xunta, hay un sector que es consciente de que si Beiras llega a la Presidencia de la Xunta no ser¨¢ controlado, no se le podr¨¢ poner una especie de guardia pretoriana que lo secuestre en el Gobierno. Tambi¨¦n saben que no soy un aut¨®crata y que le iba a dar participaci¨®n a todos los sectores del BNG. Desde ese momento, ese sector, la UPG, se mueve en el dilema de trabajar para llegar al Gobierno, asumiendo el riesgo Beiras, u optar por otra v¨ªa, que pasa inicialmente por intentar obligar a Beiras a aceptar sus propias reglas de juego y no las del conjunto del BNG.
P. Reconozca que nunca ha sido claro sobre las verdaderas razones que le llevaron a aquella sorprendente dimisi¨®n hace dos a?os.
R. Pues voy a ser claro ahora: yo no quer¨ªa una confrontaci¨®n que dejase roto al Bloque, no quer¨ªa ir a esa confrontaci¨®n que estaba claramente planteada.
P. No s¨¦ si a aquellas alturas usted pod¨ªa percibir que las fuerzas oscuras le estaban haciendo la vida imposible, que...
R. ?Que me estaban segando hierba debajo de los pies? Pero es que para entonces ya no era ese el problema, es que el Bloque se hab¨ªa roto. Vi claramente que si yo iba al combate, en primera l¨ªnea, todo pod¨ªa saltar por los aires. Por eso yo opt¨¦ por dar la batalla para la Presidencia del Consello, pensando que desde all¨ª podr¨ªa impulsar la recuperaci¨®n del Bloque como una organizaci¨®n plural. Reconozco que fracas¨¦ en mi intento.
P. Entonces se pens¨® en que estaba planteando una retirada estrat¨¦gica que luego no pudo controlar.
R. Podr¨ªa decirle que mi retirada, mi renuncia a ser el cartel electoral, lamentablemente no fue estrat¨¦gica. Pero como no soy un c¨ªnico no lo lamento. S¨ª que me rebelo ante una situaci¨®n dram¨¢tica: en t¨¦rminos num¨¦ricos, la mayor¨ªa de la militancia del BNG estaba de acuerdo con mis planteamientos. La UPG no representa m¨¢s del 12%, y el resto son del BNG en el sentido m¨¢s amplio. Pero esa militancia no ten¨ªa el potencial de acci¨®n que tiene una organizaci¨®n marxista-leninista de cuadros, o que tiene un aparato del propio BNG como el que se est¨¢ construyendo ahora desde la propia direcci¨®n. Y lo que yo pretend¨ªa era tener una capacidad de maniobra para tratar de reconducir la situaci¨®n con transparencia y juego limpio. Ellos, la UPG, me han dejado actuar hasta que me he convertido en un peligro, una verdadera opci¨®n de poder, no en la organizaci¨®n, sino en las instituciones.
P. No s¨¦ si usted crey¨® en Anxo Quintana. Pero, por lo que se ve, no ten¨ªa usted ning¨²n motivo, ?no?
R. Bueno...Yo no quiero hacer ahora juicios de valor que puedan da?ar las perspectivas del BNG en su candidato a la presidencia de la Xunta, estando tan pr¨®ximas las elecciones. Porque si yo promov¨ª un relevo debo ser el primer interesado en que ese relevo funcione. Los defectos, las deficiencias, las carencias, yo no las desconoc¨ªa. Pero ¨¦l fue mi apuesta. ?Qu¨¦ ha pasado? Pues que ¨¦l no ha tomado el relevo como se hace en las carreras, corriendo un tramo con el que lo va a dejar. ?l se par¨® en seco. Y luego se ha rodeado de gentes que le aconsejan y que le han metido en la cabeza que yo, por mi personalidad, o hac¨ªa sombra o supon¨ªa un obst¨¢culo, porque yo desplazaba del centro del escenario al candidato. Yo pens¨¦, sinceramente, que Quintana iba a ser el catalizador de la verdadera naturaleza del BNG, y no que apostara, como est¨¢ haciendo, por la religi¨®n de la UPG, por intereses parroquiales. Yo aguant¨¦ mucho tiempo pero, al final, Quintana provoca un clima insoportable que es lo que me lleva a mi renuncia a la Presidencia del Consello Nacional. Porque la realidad es que estaba vac¨ªa de contenido.
P. Puede ser que Quintana no tenga el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en asumir una condici¨®n de sucesor. No me explico que usted no tuviera en cuenta ese deseo tan de los hijos de querer matar al padre.
R. ?Es que yo nunca quise ser el padre del BNG, y mucho menos de Anxo Quintana! Nunca acept¨¦ ser el padre padrone, hice todo lo contrario. Y no quiero pensar que haya en la actuaci¨®n de Anxo Quintana ning¨²n tipo de motivaci¨®n psicol¨®gica determinada por alguna suerte de complejo de inferioridad. Prefiero creer que se trata de un conflicto de intereses y de visiones pol¨ªticas abiertamente confrontadas dentro del BNG, concepciones del poder. Le puedo asegurar que no he tenido nunca la intenci¨®n de ejercer ning¨²n tipo de tutelaje sobre Anxo Quintana y, por el contrario, y a lo mejor tendr¨ªa que arrepentirme, yo he ido cediendo todas mis ¨¢reas competenciales establecidas claramente para la Presidencia del Consello que yo pretend¨ª ejercer. Por su parte, Quintana respondi¨® a mi actitud elimin¨¢ndome de cualquier nominaci¨®n, ni participaci¨®n, en las listas al Parlamento de Madrid.
P. La actual direcci¨®n del Bloque, de Quintana, ha decidido excluirle a usted del encabezamiento de ninguna lista electoral. Me gustar¨ªa conocer los motivos que le fueron dados para tomar tan dr¨¢stica medida.
R. Me dijeron que yo pod¨ªa distorsionar el perfil de la opci¨®n de las candidaturas y, muy especialmente, el perfil de Quintana. Tambi¨¦n me argumentaron que era muy inconveniente que se estuviera extendiendo la idea de que Beiras podr¨ªa ser un buen presidente del Parlamento, en el caso de que se formara una coalici¨®n de Gobierno con el PSOE, y que eso pod¨ªa dar a entender que se aceptaba ese dise?o. Yo les argumentaba que para consolidar nuestra opci¨®n a la Presidencia de la Xunta, lo que era imprescindible era sumar, que lo que pudiera sumar no iba a ser para m¨ª, sino para lograr el triunfo del candidato, del que puede llegar a la Presidencia, que no es otro que Quintana. Pero la resistencia fue enorme, imposible de vencer, tan imposible como lograr que las candidaturas no se hicieran en clave interna, sino pensando en atraer a los ciudadanos a un proyecto plural. Por cierto, que nunca han querido hacer ning¨²n sondeo sobre la validez de mi candidatura, de mi inclusi¨®n en la cabecera de la lista. No tengo duda de que si el resultado hubiera sido malo para Beiras lo hubieran publicado inmediatamente.
P. Sigo sin entender d¨®nde est¨¢ la raz¨®n ¨²ltima, subterr¨¢nea, que pueda explicar tanta inquina contra usted. A no ser que usted no quiera reconocer que puede estar actuando como un resentido.
R. Yo estoy dolorido. Tanto, que no me queda lugar para albergar ning¨²n tipo de resentimiento, se lo aseguro. Y lo que puede explicar esa inquina comienza hace cuatro a?os, tiene que ver con la metamorfosis que se est¨¢ operando en el interior del BNG, y mi oposici¨®n a esa metamorfosis. Lo dram¨¢tico es que nos estamos jugando el futuro como fuerza pol¨ªtica con posibilidades de ser poder, de ser gobierno.
P. ?Sabe? Yo siempre he pensado que no fue el descenso del Bloque en las ¨²ltimas elecciones, sino el sorpasso de aquellos 18 esca?os lo que firm¨® su sentencia de muerte pol¨ªtica en el interior de la UPG.
R. Es que resulta inevitable llegar a esa conclusi¨®n. Si lo que tiene prioridad es el control del poder que se ejerza y si han llegado a la conclusi¨®n de que Beiras no es controlable, ellos no lo pueden admitir. Y cuando, efectivamente, se palpa esa perspectiva, fue en aquel momento del sorpasso. Yo en ese momento quiz¨¢s no pude percibir ese aliento en la nuca que... Pero s¨ª a ra¨ªz de los pactos municipales que pod¨ªan haber sido, por lo dem¨¢s, una plataforma de lanzamiento si las cosas se hubieran hecho bien. Yo lo dije y eso no gust¨® nada. Yo llevo mucho tiempo nadando contra corriente, pero lo que yo no pod¨ªa aceptar es que compa?eiros, entre lo que yo cre¨ªa que eran compa?eiros, no se actuase como tales. Me hubiera tenido que ir entonces y yo prefer¨ª resistir.
P. ?No le resulta inquietante que la UPG parezca interesada en una vocaci¨®n de marginalidad tan in¨²til como oscura?
R. No soy capaz de predecir en estos momentos qu¨¦ es lo que pretende la UPG. Me siento incapaz de comprender el sentido de su estrategia, ni su finalidad ¨²ltima. Pero es que tampoco creo que est¨¦n dispuestos a poner en marcha un combate de marginalidad, en absoluto. Act¨²an de una forma incomprensible. A m¨ª lo que me preocupa es a d¨®nde pueden, o quieren, conducir al Bloque. Y me temo que el aparato de la UPG va a llevar al BNG a lo que en Galicia llamamos "terra de ningunes", tierra de nadie. Ahora es f¨¢cil demostrar que ese sector del Bloque ha abierto una falsa crisis de liderazgo para enmascarar el prop¨®sito de excluirme, que s¨®lo significa una extra?a suerte de huida hacia delante. Huyen, precisamente, del an¨¢lisis de las causas que intervienen en nuestro descenso electoral. S¨®lo la determinaci¨®n de que "Beiras no vuelva a ser candidato" les tranquiliza.
P. Los que respiran hoy tranquilos son los dirigentes del PP. Porque est¨¢n seguros de que, sin Beiras, se le destroza el c¨¢lculo electoral a los socialistas para lograr un Gobierno de progreso con el Bloque.
R. De ese peligro yo fui consciente hasta el final. Y fue el ¨²ltimo factor que tuve que dilucidar para tomar mis decisiones. En la ¨²ltima fase me reten¨ªa la reflexi¨®n de que aunque yo estoy abocado a irme, si quiero mantener mi dignidad personal, si lo hago, puedo contribuir a que esa posibilidad de un Gobierno de progreso se pueda frustrar. No creo que el factor Beiras sea decisivo, pero lo que s¨ª es cierto es que hace seis meses el PP estaba derrotado, absolutamente derrotado. No me creo decisivo, s¨®lo en un peque?o margen, pero que ahora tal vez lo sea. Por eso sufr¨ª una aut¨¦ntica tortura en los ¨²ltimos d¨ªas. Pero yo no puedo ser c¨®mplice del error.
P. ?Le preocupa que pueda ahora correr la suerte del disidente que suele pasar de ser un l¨ªder imprescindible a un traidor?
R. Soy consciente de que corro ese riesgo, de que se me pueda organizar una aut¨¦ntica campa?a de desprestigio. Y la verdad es que no me agrada, pero tampoco me obsesiona. Estoy preparado. Y le dir¨¦ una cosa: yo soy una persona vulnerable y ellos lo saben... Me preocupa lo que puedan hacer contra m¨ª; pero no me disuade. Yo voy a seguir luchando para evitar que el Bloque vaya a ser conducido por caminos equivocados.
P. Supongo que ha calculado que ya pesa sobre usted el fantasma de la escisi¨®n que pudiera encabezar desde el interior del Bloque.
R. No tengo la menor intenci¨®n de encabezar una escisi¨®n. Yo me quedo, incluso, como simple miembro del Consello Nacional, para seguir trabajando, con toda la gente del BNG que est¨¢ en mi sinton¨ªa. No para mantener un BNG inmutable, sino para defender la orientaci¨®n del Bloque en su conjunto y para defender la ¨¦tica imprescindible para que una organizaci¨®n de izquierda no desaparezca. Las dos cosas est¨¢n hoy gravemente amenazadas en estos momentos por todo este proceso que sufre el BNG, en el que son muchas las gentes que se sienten marginadas y perseguidas.
P. D¨ªgame si cree usted que existe el riesgo de la UPG intente batasunizar al BNG.
R. No son capaces. Ellos sirven a una ret¨®rica autonomista suplementada tan solo por jaculatorias pol¨ªticas. Es verdad que al PSOE le preocupa la deriva radical de la UPG. Pero a m¨ª lo que me preocupa es que puedan arruinar muchos a?os de trabajo de una organizaci¨®n como el Bloque, que ha logrado consolidar un proyecto plural v¨¢lido para mucha gente.
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