El mundo de Carlos y Kelvin
Los responsables de tres centros escolares con m¨¢s del 50% de alumnado inmigrante explican sus retos y frustraciones
Carlos tiene 15 a?os, es de Madrid y comparte clase con 26 inmigrantes de m¨¢s de 10 pa¨ªses. Es el ¨²nico espa?ol de su clase de 3?de ESO. De mayor quiere ser periodista. Su mejor amigo se llama Kelvin y es dominicano. Estudian en un instituto del centro de Madrid. En la cancha donde juegan al f¨²tbol, junto a su cole, es imposible adivinar en qu¨¦ pa¨ªs se est¨¢: ni?os de todas las razas y procedencias se gritan y se hablan. Pero lo hacen en castellano.
Carlos es parte del escaso 18% de espa?oles que quedan en el IES San Mateo, pero ni a ¨¦l ni a su familia les importa ser parte de esa minor¨ªa. "Hay que adaptarse a la sociedad y cuando mi hijo trabaje se encontrar¨¢ con inmigrantes, como en el aula, y para ¨¦l ser¨¢ algo natural", explica Pilar Romero, la madre de Carlos.
"Con una caricia se consigue a veces m¨¢s que con la tiza", dice el director de un instituto
Rafael Galv¨¢n, el director de este instituto del distrito Centro, les cuenta en clase que deben sentirse afortunados porque estudiar all¨ª es como estar en Oxford, donde cada maestro conoce a sus alumnos y pueden permitirse la atenci¨®n personalizada con 20 ni?os por aula. Y es que en el San Mateo hay 30 profesores para 138 alumnos. A pesar de estas condiciones privilegiadas, cada a?o les sobran m¨¢s de 60 plazas (20 de ellas las completa la comisi¨®n de escolarizaci¨®n con alumnos que llegan a mitad de curso).
Cuando este centro educativo se construy¨®, hace m¨¢s de 25 a?os, escolarizaba a 900 alumnos, pero fueron siendo menos cada vez. En el a?o 2000 comenzaron a llegar los inmigrantes de forma masiva al barrio. Coincidi¨® con un envejecimiento de la poblaci¨®n y el descenso de natalidad de ni?os espa?oles. Cinco a?os despu¨¦s, el 82% de sus alumnos son de 20 pa¨ªses diferentes. Galv¨¢n explica que tantas nacionalidades han convertido el colegio en un centro multicultural de gran riqueza, pero tambi¨¦n han sufrido las consecuencias.
La m¨¢s dura ha sido la desaparici¨®n del bachillerato. "Nuestros alumnos tienen otras expectativas. Los estudios son un tr¨¢mite obligatorio, y la mayor¨ªa no tiene inter¨¦s en continuar estudiando. Sus familias han venido a Espa?a a trabajar y necesitan que los hijos mayores tambi¨¦n trabajen cuanto antes, necesitan el dinero", explica. El centro se plantea ahora adaptarse a las nuevas necesidades de su alumnado, m¨¢s interesado en la formaci¨®n profesional.
Para su instituto ser¨ªa un drama que se limitara el n¨²mero de inmigrantes por centro, como plantea el Defensor del Menor: "Nosotros desaparecer¨ªamos", asegura. Ya tienen asumido que su centro es pr¨¢cticamente s¨®lo para inmigrantes. "Nos hemos proyectado con m¨¢s intensidad a recabar alumnos de este colectivo y nos hemos dirigido a las embajadas ofreci¨¦ndonos como un lugar donde los inmigrantes son bien acogidos", indica el responsable del centro.
Todos los tipos de aula que la consejer¨ªa ha implantado para los 72 centros escolares con necesidades especiales est¨¢n representadas en el San Mateo: una de las 190 aulas de enlace de la Comunidad, donde estudian 12 alumnos que no conocen el idioma; una de compensaci¨®n educativa para reforzar conocimientos b¨¢sicos en alumnos que lo requieran; programas de garant¨ªa social para alumnos que fracasen en la ESO, y un aula de diversificaci¨®n para estudiantes con dificultades de aprendizaje.
Los profesores se sienten afortunados de poder asumir este reto. "Cada d¨ªa aprendes algo nuevo -de sus culturas, de su vida, de sus valores- y para los ni?os espa?oles es tambi¨¦n una oportunidad ¨²nica de aprender geograf¨ªa humana con sus propios compa?eros", explica Carlos Latorre, jefe de estudios del San Mateo. "Este trabajo engancha. Hay chavales muy perdidos, que te necesitan y agradecen la ayuda y el apoyo que les ofreces, y es muy gratificante cuando resulta bien". El director asegura que los ni?os inmigrantes suelen ser m¨¢s agradecidos y responden mejor que los espa?oles: "Muchos necesitan cari?o, echan de menos su tierra y con una caricia se consigue m¨¢s que con la tiza".
El padre capuchino Luis Pe?a es el responsable del colegio con mayor porcentaje de inmigrantes de Madrid -86%-, el San Antonio, en el distrito de Tetu¨¢n. Coincide con Latorre y Galv¨¢n en los aspectos positivos de educar a inmigrantes. "Manejamos valores de tolerancia y respeto dif¨ªciles de encontrar en un centro con mayor¨ªa de espa?oles", indica. Pero tambi¨¦n coincide con Latorre al se?alar los problemas y frustraciones que se encuentran en el d¨ªa a d¨ªa. Uno de los factores m¨¢s perjudiciales es la situaci¨®n sociol¨®gica en la que se encuentran los inmigrantes. "Toda la familia en la misma habitaci¨®n sin sitio para estudiar, los padres trabajan todo el d¨ªa y no pueden controlar que sus hijos vayan a clase, o que se pasen la tarde ante la tele", explica.
La responsable de otro instituto del distrito Centro -con un 50% de inmigrantes-, que prefiere ocultar su nombre, asegura que se ha encontrado casos de alumnos que ven¨ªan sin escolarizar. "Con 13 a?os tienes que ense?arles a leer y a escribir. Provienen de realidades muy diferentes y la educaci¨®n no entraba en sus planes. A veces, en un aula hay estudiantes de cuatro niveles educativos y es imposible acertar con la clase, bajas la exigencia. Pero tambi¨¦n hay chicos muy brillantes que quieren seguir estudiando". Los espa?oles siguen solicitando su instituto, que es un ejemplo de convivencia entre 25 pa¨ªses diferentes. "La interculturalidad es un gran valor educativo, pero pierde su sentido cuando se crean guetos s¨®lo para inmigrantes", concluye.
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