Desenchufados de Internet

La tecnolog¨ªa promet¨ªa hacer realidad la ciencia-ficci¨®n: conectarse a Internet a trav¨¦s del enchufe de la luz. El PLC era, te¨®ricamente, perfecto para llevar la banda ancha a todas las esquinas de Espa?a. Iberdrola y Endesa estrenaron sus servicios a finales de 2003 y, desde entonces, aseguran que han conseguido 6.000 clientes -de los 100.000 posibles-, un n¨²mero insignificante frente a los 2,7 millones de usuarios del ADSL. Los analistas culpan a la carest¨ªa de los equipos, la inestabilidad de la tecnolog¨ªa y la falta de inter¨¦s de las el¨¦ctricas. ?stas, por su parte, aseguran confiar a¨²n en el futuro del PLC. La UE acaba de publicar una recomendaci¨®n para alentar ese uso.

Los analistas creen que las compa?¨ªas no tienen suficiente inter¨¦s en desarrollar el PLC, entre otras cosas, por sus intereses en telecomunicaciones

Las el¨¦ctricas culpan del retraso a la falta de est¨¢ndares, las dudas sembradas sobre la tecnolog¨ªa y la carest¨ªa de los equipos

Todos los pa¨ªses desarrollados han llegado a la conclusi¨®n de que el acceso a la Red por alta velocidad es fundamental para el futuro de sus econom¨ªas. C¨®mo desarrollarlo es otra cuesti¨®n. La llamada banda ancha puede llegar por el aire (sat¨¦lite), el espacio radiol¨¦ctrico (WiFi) la fibra ¨®ptica, el cable del tel¨¦fono (ADSL) o el enchufe de la luz (PLC) y, de hecho, durante los a?os noventa hubo muchas discusiones sobre cu¨¢l de estas tecnolog¨ªas era la m¨¢s adecuada para promover el acceso veloz a la Red. A d¨ªa de hoy, en Espa?a, la vencedora absoluta es el ADSL: tiene un 80% del mercado de la banda ancha. Seg¨²n datos de la Asociaci¨®n de Internautas del pasado mes de marzo, hay 2,7 millones de clientes de ADSL y unos 800.000 que acceden a Internet a trav¨¦s del cable. Despu¨¦s, muy lejos, aparece el resto de las tecnolog¨ªas.

De todas ellas, el PLC (Power Line Communications) fue la que m¨¢s atenci¨®n e inter¨¦s despert¨® cuando se empez¨® a hablar de ella, hace unos 10 a?os. Esta tecnolog¨ªa permite utilizar el cableado el¨¦ctrico para la transmisi¨®n de datos, v¨ªdeo y voz a alta velocidad, es decir, transforma cualquier enchufe en un punto de acceso r¨¢pido a Internet. Sus ventajas son evidentes: la infraestructura ya est¨¢ desplegada y alcanza a pr¨¢cticamente el 100% de la poblaci¨®n, as¨ª que no se necesitan nuevos cables, algo especialmente importante en los cascos hist¨®ricos de pueblos y cuidades, y para esos tres millones de hogares que no tienen tel¨¦fono en Espa?a. Adem¨¢s, las velocidades son comparables a las del ADSL (1 mbps), pero, a diferencia de ¨¦ste, el PLC es sim¨¦trico: la velocidad para descargarse cosas es la misma que para subirlas a la Red.

La Comisi¨®n Europea es una firme partidaria de esta tecnolog¨ªa: "La falta de alternativas a las infraestructuras de telecomunicaciones retrae la competencia y eleva los precios de la banda ancha. El PLC podr¨ªa ayudar a estimular una nueva din¨¢mica en el mercado, introduciendo una competencia real en las infraestructuras". As¨ª que, a priori, parec¨ªa una tecnolog¨ªa nacida para tener ¨¦xito.

Espa?a fue, con Austria y Alemania, uno de los pa¨ªses pioneros en su introducci¨®n. Las primeras pruebas comerciales de PLC las realizaron, a finales de 2003, Iberdrola y Endesa en distintos lugares (barrios de Madrid, Barcelona o Zaragoza). A d¨ªa de hoy, ambas han iluminado unos 100.000 hogares; es decir, han llevado la tecnolog¨ªa a ese n¨²mero de casas. Pero s¨®lo han captado 6.000 clientes. De las dos compa?¨ªas, la m¨¢s agresiva ha sido Iberdrola, con 90.000 hogares pasados y 4.000 clientes. Las cifras de Endesa permanecen estancadas pr¨¢cticamente desde el a?o pasado en los 18.000 o 20.000 hogares iluminados y los 2.000 clientes.

?Qu¨¦ le ha ocurrido al PLC? Distintos actores del sector ofrecen respuestas diferentes, aunque todos coinciden en se?alar cuatro problemas: las dudas que se han sembrado sobre la propia tecnolog¨ªa, la falta de est¨¢ndares, la brutal evoluci¨®n del ADSL (en velocidad, precios y extensi¨®n del mercado) y la carest¨ªa de los equipos de PLC. Los analistas a?aden, adem¨¢s, cierto desinter¨¦s por parte de las compa?¨ªas el¨¦ctricas encargadas de proporcionarlo.

En el primer problema, el de la tecnolog¨ªa, se mezclan presunciones y realidades. El PLC sufre problemas como cortes en la comunicaci¨®n e interferencias con las radios de onda corta. Tanto Iberdrola como Endesa han tenido duros enfrentamientos con los radioaficionados espa?oles, pero ambas aseguran eliminar esa interferencia cuando se demuestra que la frecuencia est¨¢ siendo utilizada. Entre las presunciones, se habl¨® tambi¨¦n de que los campos electromagn¨¦ticos pod¨ªan ser perjudiciales para la salud y, aunque no hay pruebas de ello, el PLC arrastra desde entonces cierta leyenda negra.

La falta de est¨¢ndares es, tambi¨¦n, un problema cl¨¢sico de las tecnolog¨ªas emergentes. La reciente aprobaci¨®n del PLC por parte del Gobierno estadounidense (que lo denomina BPL), seguida de una recomendaci¨®n de la UE en el mismo sentido, ha dado alas a las esperanzas de muchas compa?¨ªas porque puede eliminar incertidumbres.

Al margen de estos problemas, el PLC se ha encontrado con una competencia brutal: el ADSL. La adopci¨®n de esta tecnolog¨ªa, que permite acceder a la Red por la l¨ªnea telef¨®nica, ha crecido exponencialmente: a finales de 2002 hab¨ªa unos 900.000 usuarios; un a?o despu¨¦s, eran 1,6 millones; en 2004 alcanzaban los 2,4 millones. En este tiempo, la velocidad del acceso se ha duplicado y las operadoras han mejorado sus ofertas con paquetes de voz y datos.

Hay otro problema, relacionado con el precio de los equipos. Tiene que ver, tambi¨¦n, con su escasa implantaci¨®n en el mercado, que impide que haya pedidos masivos, lo que repercute en las el¨¦ctricas, que, a su vez, terminan repercutiendo ese precio al cliente. El coste de los equipos es, para muchas compa?¨ªas el¨¦ctricas, demasiado alto -y los m¨¢rgenes que deja el negocio son demasiado bajos- para el riesgo que est¨¢n dispuestas a asumir.

El inter¨¦s de las el¨¦ctricas

Y es que, para algunos analistas, ¨¦ste es el quid de toda esta cuesti¨®n: las el¨¦ctricas no est¨¢n dispuestas a asumir riesgos porque no est¨¢n interesadas en desarrollar el PLC. Por una parte, no es un negocio muy grande ni demasiado estrat¨¦gico para ellas y, por otro, "tienen intereses en las telecomunicaciones, por lo que es dif¨ªcil que quieran competir contra ellas mismas", explica Jaime Garc¨ªa Cantero, analista de IDC. Endesa tiene un 32,8% del capital de Auna y, por eso -y mientras no se resuelva la fusi¨®n con Ono-, la compa?¨ªa est¨¢ atada por lo que internamente se denomina el cors¨¦ Auna. Iberdrola est¨¢ vendiendo a sus clientes tambi¨¦n ADSL.

"La cuesti¨®n no es que no tengamos suficiente inter¨¦s en la tecnolog¨ªa", explica Miguel ?ngel S¨¢nchez Forni¨¦, director de sistemas de control y telecomunicaciones de Iberdrola. "Es que nuestro inter¨¦s es el negocio. Creemos en la tecnolog¨ªa, pero no la aplicamos a ciegas. Tenemos que controlar las inversiones y ser muy prudentes". Para Jos¨¦ Carlos Serrano, director del proyecto PLC en Endesa, "¨¦sta es una tecnolog¨ªa magn¨ªfica que, adem¨¢s, puede ayudar al negocio principal porque es una v¨ªa de comunicaci¨®n muy potente, pero es cierto que el desarrollo ha sido muy lento porque, a veces, es complicado definir las estrategias".

La UE ha apoyado, en una nota publicada la semana pasada, el desarrollo del PLC en Europa, y las el¨¦ctricas ya prueban una segunda generaci¨®n que permitir¨¢ ofrecer a los usuarios velocidades de 2 Mbps. Los analistas son, sin embargo, pesimistas. "Esta tecnolog¨ªa perdi¨® su oportunidad en los noventa y ahora es demasiado tarde para que tenga un impacto en el mercado", dice Mark Main, analista senior de Banda Ancha en la consultora inglesa Ovum. Para ¨¦l, como para Jaime Garc¨ªa, las tecnolog¨ªas inal¨¢mbricas WiFi y WiMax tienen muchas m¨¢s probabilidades de solucionar la falta de infraestructura telef¨®nica que el PLC. Las el¨¦ctricas, por su parte, aseguran que el PLC tiene futuro. Endesa explica que, en Zaragoza, el 70% de los usuarios que utilizaron PLC en pruebas pasaron a ser clientes de pago. "S¨®lo falta que todos los agentes interesados, incluidos fabricantes y agentes locales, y no s¨®lo las el¨¦ctricas, la apoyen", explica S¨¢nchez Forni¨¦, "porque la tecnolog¨ªa funciona. Lo que falta es que haya negocio".