El irresistible ascenso de Ikea
Ingvar Kampras, el due?o de la multinacional sueca, ya es el sexto hombre m¨¢s rico del mundo
Ten¨ªa siete a?os cuando recorr¨ªa en bicicleta el vecindario de la localidad en la que viv¨ªa su familia en la cercan¨ªas de ?lhmut, en el extremo sur de Suecia, vendiendo cajas de cerillas, y en la escuela vend¨ªa l¨¢pices y relojes a sus compa?eros. El ni?o de esa historia, que el pasado 30 de marzo cumpli¨® 79 a?os, se llama Ingvar Kampras y es due?o de Ikea, la multinacional sueca del mueble.
La fabricaci¨®n y venta de muebles ha sido complementada con nuevos productos para el hogar, desde utensilios de cocina hasta textiles
Ingvar Kampras figura en el sexto lugar en la ¨²ltima lista de las personas m¨¢s ricas del mundo elaborada por la revista norteamericana Forbes. Su fortuna est¨¢ evaluada en 23.000 millones de d¨®lares (unos 17.500 millones de euros). Kampras era desde hace tiempo el hombre m¨¢s rico de Suecia. Ahora compite entre los grandes como Bill Gates -que se mantiene en el primer lugar de la lista-en la arena internacional.
Ikea, sigla que alude a las iniciales del nombre y apellido de su propietario m¨¢s las de Elmtaryd y Agunnaryd, nombres de la finca rural de la familia y de la parroquia en que estaba situada, respectivamente, est¨¢ establecida en 43 pa¨ªses, emplea un total de 76.000 personas, de las que 62.000 est¨¢n en Europa, 11.000 en Estados Unidos y Canad¨¢ y los 3.000 restantes en Australia y Asia. Alemania es la mayor plaza de negocios de Ikea, con el 20% del total de inversiones europeas. En Espa?a, est¨¢ establecida en Madrid, Barcelona y otras ciudades del territorio, la m¨¢s reciente Bilbao.
Una saga moderna
La historia de esta empresa y de su creador, tiene m¨¢s similitud con una saga que con una historia comercial y ha sido motivos de innumerables libros, una autobiograf¨ªa entre ellos, entrevistas, filmes y tesis de estudiantes en la Escuela Superior de Comercio de Estocolmo.
En 1953, cuando Ingvar Kampras ten¨ªa 17 a?os, compr¨®, al contado porque no exist¨ªa otra posibilidad, una carpinter¨ªa en la mencionada ciudad de ?lmhult que, tras algunas reformas convirti¨® en local de exposici¨®n y venta de muebles, directamente y por ordenes postales. Eran los a?os de la posguerra, en la que Suecia, que hab¨ªa permanecido oficialmente neutral, y con su estructura industrial intacta emprende la ambiciosa tarea de hacer del pa¨ªs, el Folkhem (el Hogar del Pueblo). Uno de los varios proyectos socialdem¨®cratas era la construcci¨®n de nuevos barrios suburbanos para alojar en viviendas confortables a los trabajadores industriales, muchos de ellos inmigrantes. Un prop¨®stio que armonizaba con la filosof¨ªa del creador de Ikea, que quer¨ªa amueblar los hogares suecos con muebles modernos y baratos para una creciente demanda de trabajadores con poder adquisitivo. Se suele decir en Suecia, no sin fundamento, que Per-Albin Hansson, l¨ªder socialdem¨®crata en esos a?os, construy¨® el Hogar del Pueblo y que Ingvar Kampras lo amuebl¨®.
Tres conceptos claves integran la estrategia de Ingvar Kampras para asegurar su ¨¦xito:
- Dise?os propios, al mismo tiempo que b¨²squeda de las formas m¨¢s econ¨®micas de fabricar el mueble,
- Encargar su fabricaci¨®n a proveedores altamente especializados, en grandes cantidades, preferentemente en pa¨ªses de mano de obra barata,
- Fabricar las partes del mueble de manera que puedan embalarse en paquetes planos y abaratar as¨ª el coste del almacenamiento y distribuci¨®n, ya que es el propio cliente quien lo retira y lo monta en su casa, seg¨²n las instrucciones y herramientas incluidas en el paquete.
Dem¨¢s est¨¢ decir que Ikea no fue recibida con los brazos abiertos por la industria tradicional del mueble en su pa¨ªs, que la consider¨® una intrusa que, adem¨¢s de vender a un 20% o 30% m¨¢s barato, inundaba el mercado con productos de nivel inferior al mueble artesanal tradicional. Se lleg¨® a propiciar medidas de boicoteo entre los proveedores, a lo que Kampras respondi¨® recurriendo a la importaci¨®n de muebles. No s¨®lo neutraliz¨® la medida, sino que en 1963 Ikea escal¨® al primer pelda?o en su irresistible ascenso en la arena internacional, inaugurando en Oslo su primer local de ventas fuera de Suecia. Dos a?os m¨¢s tarde abre en un suburbio al sur de Estocolmo el que ser¨¢ su mayor almac¨¦n de exposici¨®n y ventas, con una superficie de 45.800 metros cuadrados.
Una funci¨®n social
La fabricaci¨®n y venta de muebles ha sido complementada con la creaci¨®n de nuevos productos para el hogar, desde utensilios de cocina hasta textiles, s¨¢banas, acolchados y todo lo que se necesita en una casa.
El creador de Ikea, aspir¨® siempre, seg¨²n ha declarado en m¨¢s de una oportunidad, adem¨¢s de ganar dinero, a cumplir una funci¨®n social. La de "contribuir a hacer grata la vida de las personas en su hogar", algo que sin duda consigui¨® para una gran mayor¨ªa del pueblo sueco. Eso explica que cuando inaugur¨® sus dos primeros almacenes en Mosc¨² y San Petersburgo, tras algunos intentos malogrados en los que perdi¨® varios millones, manifestara que "amueblar los hogares rusos era uno de viejos sue?os". Y agregaba, "porque en Europa y Estados Unidos hay siempre una oferta de cosas disponibles, algo que apenas sucede en Rusia".
Kampras, que alterna su vida familiar entre Suiza y Suecia, mantiene pese a sus 79 a?os, una vitalidad envidiable y una inagotable energ¨ªa creadora. Pero admite que le ha llegado la hora del relevo, aunque en la pr¨¢ctica probablemente ser¨¢ el destino quien lo confirmar¨¢. Tiene tres hijos, Peter (39 a?os), Jonas (37) y Math¨ªas (34). Todos se han formado junto al padre en la evoluci¨®n de la empresa. Math¨ªas, el menor, fue nombrado jefe de la sucursal en Dinamarca. Los otros dos est¨¢n a disposici¨®n para asumir cargos de direcci¨®n en cualquier momento Pero la presencia, f¨ªsica o en el recuerdo, del creador del milagro, presidir¨¢ siempre el destino de Ikea.
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