Laicos o piadosos
Protestaba ese otro d¨ªa un grupo de mozalbetes por el hecho de no poder acudir a una escuela p¨²blica y laica, y se refer¨ªa uno de sus representantes, con tono un pel¨ªn anticlerical, a que las clases de religi¨®n las pagan todos los contribuyentes y a que "la Iglesia tiene dinero de sobra para impartir su doctrina". Eso fue en el sur valenciano, en Elche, y de la protesta tuvieron ustedes puntual rese?a en estas p¨¢ginas; en el norte, en Castell¨®n y el pasado viernes, abr¨ªa el pol¨¦mico prelado de la di¨®cesis un Congreso Diocesano del Apostolado Seglar, aludiendo a la creciente indiferencia social con respecto a la pr¨¢ctica religiosa; una indiferencia reflejada, por ejemplo, en el aumento del n¨²mero de personas que no reciben las aguas bautismales, aunque nacen en el seno de familias de tradici¨®n cristiana. No cabe duda de que esta primavera irregular est¨¢ impregnada de reflexiones religiosas. Enchufe usted su televisor o abra su peri¨®dico, y aparece la pantalla o las p¨¢ginas de su diario te?idas del rojizo color de los roquetes y capelos cardenalicios que se preparan con el ritual acostumbrado para elegir un nuevo Papa. Y esa actualidad, no sabemos si piadosa o medi¨¢tica, se respira no s¨®lo en este rinc¨®n mediterr¨¢neo que habitamos, sino en gran parte del mundo globalizado. Pero vengamos a lo de aqu¨ª, que nos es m¨¢s inmediato. En la destartalada nebulosa por la que discurre nuestro sistema educativo, la asignatura de religi¨®n, no la religi¨®n, es piedra de toque. Las reformas de la anterior ministra de Educaci¨®n, que no han llegado a ponerse en pr¨¢ctica, ofrec¨ªan algunos aspectos positivos, relacionados con el trabajo escolar como superaci¨®n y esfuerzo, siguiendo la cl¨¢sica preceptiva de que las ra¨ªces del estudio son amargas y dulces sus frutos. Y eso, para las preclaras mentes ultra modernas del pedagogismo al uso, era tanto como nombrar a la bicha. Pero las tres o cuatro t¨ªmidas medidas previstas por la anterior ministra tendentes al trabajo y al esfuerzo, se rodearon de la tr¨¢gala de la asignatura de religi¨®n, no de la religi¨®n, porque una cosa es la religi¨®n y otra muy distinta la matem¨¢tica o la f¨ªsica. M¨ªrese desde el ¨¢ngulo que se quiera, y pr¨¦stese atenci¨®n al escenario real de los centros docentes. Los mozalbetes de Elche quieren una escuela laica como en Francia, a lo mejor tienen raz¨®n. Como la tienen quienes desean una formaci¨®n religiosa en el seno de la familia o donde sea, porque creen seg¨²n el b¨ªblico libro de la Sabidur¨ªa que: "vanos son todos los hombres en los que no subyace el conocimiento de Dios". Con respecto a las riquezas de la Iglesia, se ha de informar a los laicos ilicitanos, que los caudales no se acumulan hoy en d¨ªa en las sacrist¨ªas, sino en instituciones mucho m¨¢s paganas. Y ah¨ª est¨¢ como ejemplo de dificultades y pol¨¦micas financieras el no menos pol¨¦mico prelado de Segorbe-Castell¨®n. Porque si bien es cierto que la pr¨¢ctica religiosa sigue desde hace muchas d¨¦cadas una tendencia descendente, no es menos cierto que el despegue de muchos creyentes de esa pr¨¢ctica religiosa est¨¢ m¨¢s relacionada con las actitudes institucionales de la Iglesia que con el secularismo, el ate¨ªsmo y todos los ismos que menciona el prelado. No hace falta recurrir a la historia; basta con observar cuanto sucede en casa propia. Pero en estas cuestiones de laicos y religiosos, bautizados o por bautizar, nadie se apea de su jamelgo, ni las potestades ni la clase de tropa. Aunque en la literatura sapiencial de la Biblia se encuentre m¨¢s de un consejo al respecto.
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