Ronaldinho espanta los males del Bar?a
La actuaci¨®n del brasile?o fue determinante para abatir a un Getafe que no tuvo presencia ofensiva en el Camp Nou
El borcegu¨ª de Ronaldinho raj¨® al Getafe, que acudi¨® al Camp Nou vestido de blanco, enviado por el mism¨ªsimo Madrid, que m¨¢s sabe por viejo que por diablo. La jornada exig¨ªa de todas todas una victoria del Barcelona, si es que el l¨ªder aspira a ser campe¨®n, y los azulgrana volvieron a ganar despu¨¦s de dos partidos descontando puntos. Fue un reencuentro azulgrana con la victoria y tambi¨¦n con las expectativas de ¨¦xito porque al equipo se le reconocieron varios de los rasgos que le hab¨ªan distinguido y ¨²ltimamente parec¨ªan extinguidos: la presi¨®n, la concentraci¨®n y la determinaci¨®n. Aunque se le vio un poco espantado y ya se sabe que le cuesta protagonizar partidos ¨¦picos, el Bar?a actu¨® con un punto de suficiencia en unas condiciones nada f¨¢ciles por tanto como se ha murmurado sobre su salud.
BARCELONA 2 - GETAFE 0
Barcelona: Vald¨¦s; Belletti, M¨¢rquez, Oleguer, Gio; Iniesta, Xavi, Deco (Motta, m. 88); Giuly, Maxi L¨®pez (Messi, m. 85) y Ronaldinho.
Getafe: S¨¢nchez Broto; Yanguas, Belenguer, Nano, Pern¨ªa; Cotelo, Rivas (Kome, m. 73), Gabi, Vivar Dorado; Craioveanu (Asen, m. 56) y Riki (Yordi, m. 24).
Goles: 1-0. M. 29. Gran lanzamiento de falta de Ronaldinho desde fuera del ¨¢rea que entra pegada al palo.
2-0. M. 56. Giuly marca por alto a S¨¢nchez Broto en su salida, tras un pase magistral de Ronaldinho.
?rbitro: Puentes Leira. Amonest¨® a Pern¨ªa, Iniesta, Belenguer, Rivas, M¨¢rquez, Cotelo y Belletti.
68.946 espectadores en el Camp Nou.
Al Barcelona nunca le falt¨® corriente porque ayer se aliment¨® con buenos peloteros. A falta de futbolistas que se imponen en las ¨¢reas por su calidad f¨ªsica y determinaci¨®n, como son el central y capit¨¢n Puyol y el ariete y pichichi Eto'o, Rijkaard borr¨® al medio centro defensivo para ganar un tercer centrocampista (Iniesta jug¨® por Gerard) y procurar tener siempre el bal¨®n. Xavi, Deco e Iniesta se alternaron y mezclaron para ganar con una cierta frecuencia el ¨¢rea forastera, tan poblada por defensas del Getafe como limpiada por Maxi, un delantero tan poderoso e intimidador como discreto jugador. Muy enchufados, los azulgrana apretaron en la divisoria y sometieron de salida al equipo de S¨¢nchez Flores. Tensaron el partido en la divisoria y en una cuarto de hora generaron las condiciones precisas para resolver el encuentro. Ocurri¨®, como ya es costumbre, que se tomaron m¨¢s tiempo del debido antes de atinar.
Les faltaba punter¨ªa frente a la porter¨ªa contraria y m¨¢s atenci¨®n en la defensa de la propia, sobre todo en las jugadas de estrategia, a las que se remit¨ªa siempre el Getafe, cada vez m¨¢s crecido, intimidador por sus faltas t¨¢cticas a la hora de cerrarse y por los despliegues ofensivos, atacando siempre a los laterales y buscando el centro para la llegada de los medios.
El partido hab¨ªa tomado un mal camino para el Bar?a cuando justamente el Getafe se venci¨® en uno de los muchos libres directos que concedi¨®. A la media hora, Ronaldinho elimin¨® a la barrera defensiva y meti¨® la pelota por el palo del portero en su segundo gol de falta consecutivo despu¨¦s del que ya salv¨® el gol average el domingo en Madrid.
En tanto que capit¨¢n, Ronaldinho asumi¨® el mando de un equipo agresivo y veloz, y tambi¨¦n destemplado y desequilibrado, siempre marcado por un linier que hil¨® muy fino y al que un energ¨²meno tir¨® a dar con un bote que no le alcanz¨®. El brasile?o barri¨® a su manera el frente de ataque, circunstancia que siempre comporta animaci¨®n y expectaci¨®n al tiempo que improvisaci¨®n y confusi¨®n. A veces parece que el Barcelona no est¨¢ expresamente organizado ofensivamente y, consecuentemente, quedara exento de tirar centros o incluso desmarques, sincronizar los movimientos entre laterales y volantes, conectar con el delantero centro, apelar de alguna manera a una cierta convencionalidad.
A la que Ronaldinho se enreda, se le reprocha al Bar?a que haya perdido la frescura y tambi¨¦n la contundencia con la que acostumbraba a cerrar los partidos que no admit¨ªan discusi¨®n, y se exponga a jugadas controvertidas, a refriegas nada convenientes, a marcadores adversos. Y, por la misma regla de tres, cuando aparece la vena art¨ªstica del brasile?o, el Camp Nou se relame. As¨ª ocurri¨® en la jugada del segundo gol. Jug¨® el Barcelona un largo rato en corto hasta que la pelota qued¨® a merced del capit¨¢n, que la atemper¨® para habilitar a Giuly en una acci¨®n que no se recordaba en el estadio desde cuando actuaba Laudrup. Ronaldinho mir¨® a la derecha para tocar hacia la izquierda y Giuly remat¨® de primera a la red, sin pensar, como demandaba el cuero.
El gol chaf¨® an¨ªmicamente al Getafe y anim¨® al Barcelona, que se agrad¨® y mucho por momentos, aunque no acert¨® a la hora de meter el tercero, que siempre le da mayor grandeza al resultado. La ¨²ltima media hora result¨® tan dulce que hasta Motta regres¨® al campo despu¨¦s de medio a?o de baja por un lesi¨®n muy seria. Los azulgrana recuperaron las buenas sensaciones despu¨¦s de afrontar el encuentro con el mismo atrevimiento de cuando no sent¨ªan ninguna fatiga. Jugaron de nuevo en cuarenta metros despu¨¦s que se hubieran aflojado y el campo se alargara hasta setenta, y la hinchada respir¨® a la espera de mayores afrentas, como la del domingo en M¨¢laga.
El Madrid ha recuperado su poder¨ªo en las dos porter¨ªas y el Barcelona necesita reencontrarse con la mejor versi¨®n de sus jugadores de entrel¨ªneas. El Bar?a requiere m¨¢s que nunca a Ronaldinho, y el brasile?o, resolvi¨®, de momento, ante el Getafe, que se present¨® en el estadio azulgrana como si fuera el demonio. El brasile?o espant¨® los males en un d¨ªa que no admit¨ªa dudas por parte del Bar?a.
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