El M¨¢laga sentencia al Albacete

A falta de confirmaci¨®n matem¨¢tica, de que los n¨²meros den cuerpo a la realidad, el Albacete es ya equipo de Segunda. S¨®lo un paso le separa del abismo y s¨®lo es cuesti¨®n de tiempo que caiga en ¨¦l. Por ejemplo, en sus pr¨®ximas visitas a Mestalla y al Camp Nou. El M¨¢laga, con lo justo y sin despeinarse, dej¨® al equipo manchego a punto para la defunci¨®n. En un partido jugado a c¨¢mara lenta, sin ritmo ni picante alguno, el equipo de Tapia se llev¨® la victoria en dos zarpazos.

El Albacete quiso, pero no pudo. Su manual de juego es tan simple que hasta su portero, Valbuena, es muchas veces el que arranca las jugadas. Con un balonazo en busca de Mikel o Francisco, claro. El Alba acumula futbolistas detr¨¢s del bal¨®n, todos bien juntos, pero ni as¨ª ofrece una sensaci¨®n de seguridad. Las ocasiones del M¨¢laga, que apenas puso inter¨¦s en el encuentro, llegaron casi sin querer. Como un bal¨®n dentro del ¨¢rea que cabece¨® Baiano alto a los tres minutos sin la oposici¨®n de ning¨²n defensa. As¨ª que, entre el voluntarismo sin peligro del Albacete y el conformismo del M¨¢laga, los minutos pasaron con m¨¢s aburrimiento que otra cosa. Uno no pod¨ªa y el otro no quer¨ªa.

El M¨¢laga tampoco se complic¨® mucho. M¨¢s que nada, busc¨® la rapidez de Baiano en la punta, un recurso que ya le hab¨ªa dado fruto otras jornadas. Eso y los disparos lejanos de sus medios. Fue precisamente Duda, que ya marc¨® la semana pasada al Valencia, el que abri¨® la lata del mismo modo. Buades despej¨® de cabeza y el rechace lo empalm¨® con rabia Duda a la derecha de Valbuena, que se estir¨® para la foto. El tanto en contra dej¨® al Albacete como estaba: no tiene m¨¢s que lo puesto. Es decir, los correteos de los dos uruguayos, Peralta y Pacheco, gente al menos de una entrega irreprochable, y alguna que otra internada de Francisco entre los centrales rivales.

Pacheco solt¨® las ¨²ltimas energ¨ªas de su equipo en un disparo lejano que sorprendi¨® a Arnau y el Albacete se lanz¨® al ataque a la desesperada. Con el empate se quedaba a mitad y, en su agon¨ªa por alargar su vida en Primera, concedi¨® el segundo gol en un penalti de Montiel a Amoroso tras un gran disparo de Gerardo. Si sus esperanzas de salvaci¨®n eran m¨ªnimas, el tanto le dej¨® casi sentenciado. El M¨¢laga, jugando a medio gas, se march¨® con los tres puntos.