El papel del 'experto' en el 'comit¨¦ de sabios' y su propuesta sobre TVE
Como era de esperar, la presentaci¨®n del informe del "Consejo para la reforma de los medios de comunicaci¨®n de titularidad estatal" (en adelante, Consejo) ha levantado una encendida pol¨¦mica. En el curso de la misma se han producido algunas declaraciones poco ajustadas a la realidad sobre el papel del experto financiero de ese Consejo y el contenido de sus propuestas sobre Televisi¨®n Espa?ola. Habiendo sido elegido para desempe?ar ese puesto, me veo obligado a presentar mi parecer, para lo cual me centrar¨¦ en tres aspectos.
1. El primero se refiere al papel del experto en el Consejo. El art¨ªculo 4 del Real Decreto 744/2004, de 23 de abril, establece que el Consejo "contar¨¢ con un secretario... y un experto en temas de financiaci¨®n propuesto por el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda". La norma de creaci¨®n del Consejo determinaba, por tanto, mi plena participaci¨®n en los trabajos del mismo, en contra de lo sugerido por algunos vocales a quienes pudo haber desagradado la incorporaci¨®n de un miembro con funciones de esta naturaleza.
Es urgente reducir los costes de personal de RTVE y RNE mediante la racionalizaci¨®n
Los aspectos financieros son tan importantes como los de la programaci¨®n
Tambi¨¦n se ha dicho que las atribuciones del experto se limitaban a informar sobre la situaci¨®n financiera de RTVE y Efe, sin que estuviese autorizado a presentar propuestas. ?sta es una interpretaci¨®n que desconoc¨ªa hasta ahora y que no hubiese aceptado de haberse convenido as¨ª en su d¨ªa por el Consejo. Adem¨¢s, carece de sentido encargar a una persona de mi experiencia profesional la elaboraci¨®n de un an¨¢lisis financiero sobre la situaci¨®n de una empresa e impedirle presentar recomendaciones sobre las posibles medidas a adoptar para rehabilitarla. ?A qui¨¦n si no deber¨ªa haber correspondido esa tarea?
En cuanto a las implicaciones del nombramiento por el ministro de Econom¨ªa y Hacienda, conviene aclarar que, como en el caso de los vocales, mi designaci¨®n fue a t¨ªtulo personal. No se entiende, pues, que uno de ellos haya sostenido que el rechazo de mis propuestas reflejaba la independencia del Consejo respecto del Gobierno. Con independencia de la contradicci¨®n existente entre ese punto de vista y el que negaba mi representatividad, puedo asegurar que no recib¨ª instrucciones durante mi mandato ni las hubiera aceptado.
2. El segundo aspecto se refiere al cometido del Consejo. El art¨ªculo 2 del Real Decreto citado establece que, entre las misiones encomendadas al mismo, se encontraba la de elaborar "un informe sobre... la financiaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n estatal". No es sostenible, por tanto, atribuir a esta tarea un car¨¢cter marginal con relaci¨®n a las otras dos recogidas en ese art¨ªculo. Sobre todo, cuando el an¨¢lisis de los problemas de RTVE demuestra que los aspectos financieros del problema son tan importantes como los relativos a la programaci¨®n o la forma de designaci¨®n de sus ¨®rganos directivos; todos los cuales est¨¢n, adem¨¢s, interrelacionados.
3. El tercero y ¨²ltimo concierne a la calificaci¨®n de mi propuesta como "catastrofista". Como puede comprobarse (mis informes se consiguen en Internet buscando mi nombre), lo que yo propuse, lejos de pretender el "desguace" de RTVE como se ha afirmado, consist¨ªa b¨¢sicamente en tres actuaciones. a) En primer lugar, la urgente adopci¨®n de medidas para enderezar la situaci¨®n financiera actual del Ente, sin esperar a la aprobaci¨®n del proyecto de ley sobre su reforma. Dichas medidas deber¨ªan dirigirse, sobre todo, a mejorar la rentabilidad de los espacios publicitarios de TVE y la eficiencia de su pol¨ªtica de adquisici¨®n de derechos de emisi¨®n, as¨ª como a reducir los costes de personal de RTVE y RNE mediante la racionalizaci¨®n de sus plantillas. b) En segundo lugar, la desaparici¨®n del Ente P¨²blico en su configuraci¨®n jur¨ªdica actual, ya que su existencia no se justifica tras la evoluci¨®n t¨¦cnica y jur¨ªdico-doctrinal experimentada desde la aprobaci¨®n del Estatuto de la radio y la televisi¨®n en 1980. Adem¨¢s, como reconocen hasta los propios informes de reestructuraci¨®n elaborados en RTVE, la configuraci¨®n del holding como Ente P¨²blico ha sido un factor esencial en la generaci¨®n y el mantenimiento del c¨ªrculo vicioso p¨¦rdidas-endeudamiento que ha caracterizado la evoluci¨®n financiera de la radiodifusi¨®n estatal desde comienzos de la d¨¦cada de 1990. c) Y, en tercer lugar, la sustituci¨®n de TVE y RNE por dos sociedades an¨®nimas p¨²blicas, cada una de las cuales cubrir¨ªa tanto los servicios p¨²blicos de televisi¨®n como de radio. Una de ellas tendr¨ªa car¨¢cter comercial y se financiar¨ªa con publicidad y el producto de sus actividades, mientras que la otra tendr¨ªa un mandato m¨¢s estricto de servicio p¨²blico y se financiar¨ªa con subvenciones, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, y con las ventas que realizase. Este esquema organizativo, como pude comprobar despu¨¦s de haberlo presentado al Consejo, presenta similitudes con una propuesta del profesor Barea, aunque (al rev¨¦s que yo) ¨¦l se inclinaba por privatizar la TVE de car¨¢cter comercial. Pero no tiene nada que ver con el se?or Berlusconi, como se ha pretendido, sino con la reciente propuesta sobre la RAI del Tribunal de la Competencia italiano. Seg¨²n expliqu¨¦ al Consejo sin ¨¦xito aparente, dicho organismo, en su trabajo "Indagine conoscitiva sul settore televisivo: La racolta pubblicitaria", de 16 de noviembre del a?o pasado, se muestra partidario de aplicar a la RAI una soluci¨®n muy similar a la que yo propuse para RTVE. Debiendo significarse que bajo dicho esquema las posibilidades de privatizar RTVE son las mismas que con el entramado defendido en el informe del Consejo; para poderse materializar bastar¨ªa con que un gobierno lo decidiese. Con independencia de ello, resulta sorprendente que las cr¨ªticas del sector mayoritario contra los discrepantes hayan ignorado la unanimidad que existi¨® desde el principio en rechazar la privatizaci¨®n como forma de solucionar los problemas de RTVE, circunstancia se?alada con fortuna en el voto particular discrepante.
Espero haber aclarado mi posici¨®n. No obstante, para no dejar ninguna posibilidad de duda, quisiera terminar reafirmando mi convicci¨®n en la necesidad de una radio y televisi¨®n p¨²blicas que cubran las necesidades que el mercado no atiende. Creo tambi¨¦n en la existencia de una radiodifusi¨®n p¨²blica de car¨¢cter comercial que, con una gesti¨®n adecuada, pueda ser rentable. Pero con la misma contundencia afirmo que, si se demostrase que esto ¨²ltimo no es posible, el Estado no tendr¨ªa ning¨²n motivo para sostenerla. Porque el argumento de que la gesti¨®n de un servicio p¨²blico justifica la ineficiencia no deber¨ªa tener cabida en una sociedad en la que hay pocos recursos para tan grandes necesidades.
Miguel ?ngel Arnedo Orba?anos es vicepresidente honorario del Banco Europeo de Inversiones, consejero em¨¦rito del Tribunal de Cuentas de Espa?a.
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