Lo que el nuevo Papa puede cambiar en la Iglesia
El nuevo pont¨ªfice tendr¨¢ poder para acabar con el celibato y autorizar los anticonceptivos y el aborto sin comprometer la fe
El Papa, en la Iglesia cat¨®lica, tiene quiz¨¢s m¨¢s poder del que le corresponder¨ªa seg¨²n la tradici¨®n ya que, antiguamente, eran sobre todo los obispos y las Iglesias locales, los concilios y los s¨ªnodos episcopales quienes tomaban, aunque junto con ¨¦l, las grandes decisiones. Pero, precisamente porque el poder en la Iglesia ha quedado muy centralizado en el papado, un nuevo Papa, si quisiese, podr¨ªa realizar grandes cambios. Cambios que son compatibles con la doctrina del magisterio y la tradici¨®n b¨ªblica. Lo que un Papa puede cambiar en la Iglesia es m¨¢s de lo que la opini¨®n p¨²blica imagina. He aqu¨ª algunos ejemplos:
- Puede abandonar el poder temporal. Dejar de ser jefe de Estado y de todo el aparato que ello conlleva, como el tener embajadores y nuncios apost¨®licos, para convertirse en un simple l¨ªder espiritual de los creyentes. Las objeciones que suelen poner los contrarios a la idea es que con los poderes de jefe de Estado y un territorio independiente como el Vaticano -que le fuera concedido por el dictador fascista Mussolini-, el papado tiene mayor espacio de libertad. ?Y el contrapeso de las otras ataduras mundanas?
El Papa, quiz¨¢s con una consulta a los obispos, puede admitir a la mujer en el sacerdocio
- Puede dejar el Vaticano, que ser¨ªa destinado a alguna otra instituci¨®n italiana o internacional. De querer quedarse en Roma -muchos papas han vivido fuera de la ciudad eterna durante largos periodos-, lo l¨®gico es que colocara su sede en la bas¨ªlica de San Juan de Letr¨¢n, que es la primera iglesia de Roma, y no en San Pedro. De querer llevar la sede del Papa a otro lugar del mundo, cualquiera ser¨ªa bueno. Se habla de que Juan Pablo II hab¨ªa "amenazado" al poder comunista polaco con trasladarse a Polonia. Y Juan Pablo I, al parecer, se hab¨ªa planteado irse a vivir con la curia a un barrio pobre de Roma, aunque quiz¨¢s eso le costara la muerte a los 33 d¨ªas de pontificado.
- Tambi¨¦n puede cambiar el proceso de elecci¨®n del Papa, que ha tenido a lo largo de la historia de la Iglesia innumerables formas, comenzando desde cuando a los papas los eleg¨ªan los fieles junto con sus pastores. Podr¨ªan elegirlo los obispos o un s¨ªnodo, o una representaci¨®n de obispos y comunidades de fieles y sin tantos secretos y misterios.
- Puede cambiar el nombramiento de los obispos, que hoy es un complejo juego de poder en el que tanto peso tienen la diplomacia de las nunciaturas y el poder de la curia. Pueden ser elegidos como anta?o, por los sacerdotes de la di¨®cesis junto con las comunidades de fieles.
- El celibato obligatorio del clero secular puede ser abolido. Depende s¨®lo de la voluntad del Papa. Los ap¨®stoles de Jes¨²s estaban casados, quiz¨¢s ¨¦l mismo lo estuviera, y los obispos de los primeros siglos del cristianismo tambi¨¦n. Incluso se les ped¨ªa que tuvieran una sola mujer para dar ejemplo. Los sacerdotes cat¨®licos de rito ortodoxo se casan.
- ?Y el sacerdocio de la mujer? Hasta ahora los papas se han fundado en la tradici¨®n para sostener que Cristo no quiso sacerdotisas. Pero no existe consenso entre los te¨®logos y menos entre los biblistas, muchos de los cuales sostienen que en tiempos de Pablo hubo sacerdotisas y que no existen impedimentos de fe a su existencia. El Papa, quiz¨¢s con una consulta a los obispos, puede admitir a la mujer en el sacerdocio.
- La prohibici¨®n del aborto tampoco es un dogma de fe, sobre todo en el primer momento de la gestaci¨®n y en ciertas circunstancias. Al parecer, el Vaticano ya permiti¨® en secreto abortar en el Tercer Mundo a algunas monjas que hab¨ªan concebido desp¨²es de haber sido violadas. La Iglesia puede abrir un di¨¢logo con la ciencia. La Iglesia hered¨® de la filosofia griega el concepto del alma separada del cuerpo. Los jud¨ªos no conceb¨ªan un alma separada del cuerpo. Para ellos exist¨ªan s¨®lo las personas. ?Cu¨¢ndo puede considerarse a un feto persona?
- La prohibici¨®n del derecho a morir libremente y sin dolor en casos de enfermedades incurables tampoco es un dogma. El Papa puedeautorizar alg¨²n tipo de eutanasia para los cat¨®licos.
- Por supuesto que un Papa puede autorizar el uso de anticonceptivos. Eso nada tiene que ver con la fe ni con la exigencia b¨ªblica del crecer y multiplicarse. Puede si acaso considerarse contra la voluntad de Dios que un matrimonio recusase, sin motivo, usar del don de la procreaci¨®n, no el control de la natalidad.
- El divorcio tampoco est¨¢ condenado como dogma de fe en ning¨²n lugar. Seg¨²n los te¨®logos y expertos b¨ªblicos, incluso cuando Jes¨²s habla en contra del divorcio, lo hace en el contexto de su tiempo para criticar la discriminaci¨®n contra la mujer que no se pod¨ªa divorciar. El hecho de que la Iglesia acepte ya la anulaci¨®n matrimonial demuestra la incongruencia al no aceptar el divorcio. El Papa puede admitirlo, por lo menos, en algunas circunstancias.
- Puede abrir un di¨¢logo con la ciencia para los temas de bio¨¦tica limit¨¢ndose a los grandes principios sobre el respeto a la dignidad de la persona, pero sin olvidarse de que Dios dej¨® al hombre la libertad de dominar la tierra y de usar su inteligencia al servicio de la humanidad.
- El nuevo Papa puede autorizar la teolog¨ªa de la liberaci¨®n ahora que ha acabado la guerra fr¨ªa y devolver la libertad de expresi¨®n a los 140 te¨®logos condenados en los ¨²ltimos a?os.
- El Papa puede permitir el acceso a los sacramentos a los divorciados cat¨®licos. Hay obispos que lo permiten, aunque a la chita callando. No es contrario a la fe.
- Puede eliminarse la confesi¨®n privada, una pr¨¢ctica tard¨ªa. Al principio exist¨ªa s¨®lo la confesi¨®n p¨²blica y la petici¨®n de perd¨®n ante la comunidad.
Si el pr¨®ximo Papa realizara s¨®lo la mitad de estos cambios que le permite su poder sin comprometer la fe, la Iglesia podr¨ªa ser muy diferente; el ecumenismo podr¨ªa tomar otro rumbo, los obispos y comunidades cristianas podr¨ªan recobrar su dignidad perdida dentro de la Iglesia y la instituci¨®n acabar¨ªa siendo m¨¢s transparente. Las iglesias locales recuperar¨ªan su libertad cultural y la Iglesia ser¨ªa m¨¢s cercana a los latidos de sus fieles.
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