Reforma educativa

S¨®lo el 67% de los alumnos varones espa?oles obtiene el t¨ªtulo de graduado en educaci¨®n secundaria obligatoria. Este dato contiene en s¨ª mismo dos dimensiones que una reforma del sistema educativo como la que actualmente se est¨¢ planteando en Espa?a debiera considerar.

Por un lado, se trata de uno de los porcentajes de fracaso escolar m¨¢s altos del mundo, lo que, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la OCDE referido a 2004, acabar¨¢ teniendo repercusiones sobre la productividad de la econom¨ªa espa?ola.

Por otro lado, y teniendo en cuenta que el n¨²mero de chicas que alcanzan el citado t¨ªtulo se sit¨²a en el 82%, abre el interrogante de explicar la enorme brecha que separa a los unos de las otras, y, en cualquier caso, 15 puntos porcentuales de diferencia entre ambos sexos parecen excesivos para una sociedad que est¨¢ empe?ada en corregir las diferencias de g¨¦nero.

Otro aspecto important¨ªsimo que debiera contemplar la reforma, y del que pr¨¢cticamente no se est¨¢ hablando nada, es el referido a la ausencia de nivel de excelencia entre nuestro alumnado, como pone de manifiesto el Informe PISA. Nuestro sistema falla por arriba y por abajo, y la futura reforma, al abordar el cap¨ªtulo de atenci¨®n a la diversidad, convendr¨ªa que atendiera como se merecen uno y otro flanco.