?Qu¨¦ har¨¢?

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jos¨¦ Chamizo, que es sacerdote, ha dicho sobre el nuevo Papa que se ha sentido decepcionado porque el Pont¨ªfice "debe ser un mediador entre todas las tendencias teol¨®gicas de la Iglesia". Decepci¨®n porque el nuevo Papa se ha distinguido por su intransigencia con los te¨®logos m¨¢s progresistas y desde luego con los representantes de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, que tanta esperanza dio a los m¨¢s pobres de Am¨¦rica Latina y a los que claman por cambios, en la distancia de la gente que provoca la ortodoxia m¨¢s extrema que es la que, al menos hasta ahora, ha defendido Ratzinger. ?Qu¨¦ har¨¢ como Benedicto XVI?

Dicen los que est¨¢n deseando que algo cambie en la Iglesia, que no hay que perder la esperanza, porque est¨¢ demostrado que los considerados de antemano papados de continuidad, siempre han dado la sorpresa. Lo dec¨ªa ayer el Defensor del Pueblo Andaluz, tras haber declarado su decepci¨®n, y antes de resumir que la Iglesia tendr¨ªa que abordar, como asuntos m¨¢s importantes de cambio, el papel de la mujer en su estructura, porque, dice, "sin ellas no hay Iglesia"; luchar por "erradicar el hambre en el mundo"; analizar la moral sexual, "ya que hay aspectos que no se conciben" y reformar la organizaci¨®n interna de la curia para que "est¨¦n en ella representadas todas las corrientes". Me gusta el Defensor del Pueblo Andaluz, me gusta ese cura que se moja porque sabe todo lo que no se puede olvidar cuando se est¨¢ cerca de la gente, que cuando eso pasa se aprende todo lo que los pr¨ªncipes de la Iglesia, atrapados en la enormidad de la distancia, desconocen. Los papas deben tener f¨¢cil guardar la ortodoxia, no caer, no pecar, ser m¨¢s divinos que humanos. La vida al otro lado del Estado Vaticano est¨¢, sin embargo, necesitando m¨¢s ox¨ªgeno y menos dogma. Aquel que dijo que su reino no era de este mundo fue sin embargo un tipo bien metido este mundo, me dec¨ªa otro cura que coincid¨ªa con el brasile?o Casald¨¢liga, uno de los procesados por Ratzinger, en que alejarse del mundo, tenerle miedo, no es propio de quien cree en el

Evangelio. Son cosas sobre las que he andado estos d¨ªas, ya que todo, desde dentro de un medio de comunicaci¨®n, nos parec¨ªa estar monopolizado por esa gran noticia del peque?¨ªsimo y poderos¨ªsimo Estado Vaticano.