El presidente de Italia encarga de nuevo a Berlusconi la formaci¨®n de Gobierno
'Il Cavaliere' se compromete a constituir "en poco tiempo" un nuevo equipo de centro-derecha
El presidente de la Rep¨²blica Italiana, Carlo Azeglio Ciampi, encarg¨® ayer al primer ministro en funciones, Silvio Berlusconi, la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. No hubo sorpresas, y el jefe del Estado confi¨® en el compromiso de los partidos del centro-derecha de apoyar a Berlusconi hasta que el a?o pr¨®ximo concluya la legislatura. Il Cavaliere asegur¨® que la lista de nuevos ministros estar¨ªa preparada "en muy poco tiempo", aunque acept¨® el encargo "con reservas" para presionar a los aliados d¨ªscolos con la amenaza de una nueva dimisi¨®n, esta vez definitiva.
Silvio Berlusconi anunci¨®, tras ser recibido por Ciampi, que los objetivos de su nueva Administraci¨®n ser¨ªan "el relanzamiento de la econom¨ªa italiana, la defensa del poder adquisitivo de las familias y la creaci¨®n de puestos de trabajo en el sur". Cuando le preguntaron por el plazo que se conced¨ªa para dar a conocer la composici¨®n del Gabinete, asegur¨® que todo estar¨ªa a punto para prestar juramento hoy, s¨¢bado.
Desde el palacio del Quirinal se dirigi¨® a la C¨¢mara de Diputados para entrevistarse con su presidente, el democristiano Pierferdinando Casini, y acelerar los tr¨¢mites constitucionales. Las votaciones de respaldo al nuevo Gobierno deber¨ªan realizarse la semana pr¨®xima tanto en la C¨¢mara como en el Senado.
No hubo vencedores claros en la crisis. Berlusconi impuso al fin su autoridad, pero al precio de una dimisi¨®n que le hiri¨® el orgullo, le impidi¨® alcanzar la marca hist¨®rica de cinco a?os de estabilidad gubernamental y erosion¨® su prestigio como caudillo indiscutible del centro-derecha.
Los rebeldes, la Uni¨®n de los Dem¨®cratas Cristianos (UDC) y en menor medida la posfascista Alianza Nacional, consiguieron que Berlusconi asumiera sus prioridades (sur, familia y empresas) al precio de crispar como nunca las relaciones internas en la coalici¨®n y de admitir que segu¨ªan dependiendo totalmente del liderazgo berlusconiano.
La oposici¨®n, que acariciaba la posibilidad de unas elecciones anticipadas, no logr¨® emitir durante la semana tr¨¢gica de Berlusconi ning¨²n mensaje pol¨ªtico alternativo. "Esperaremos con serenidad", declar¨® ayer Romano Prodi.
Faltaba conocer c¨®mo se repart¨ªan las carteras los partidos de la Casa de las Libertades, qui¨¦n se iba y qui¨¦n llegaba. Parec¨ªa casi seguro el retorno al Gobierno de Giulio Tremonti, superministro de Econom¨ªa hasta el pasado mes de julio, cuando otra rebeli¨®n democristiana le oblig¨® a dimitir. Tremonti se perfilaba como vicepresidente en sustituci¨®n del l¨ªder democristiano Marco Follini, quien prefer¨ªa quedarse fuera para gozar del m¨¢ximo margen de maniobra y para seguir zancadilleando de vez en cuando a sus colegas de coalici¨®n.
Partido centrista
La estrategia de Follini, nunca explicitada pero evidente, consist¨ªa en sostener a Berlusconi en el poder tratando a la vez de debilitarle: el objetivo era evitar que Il Cavaliere mantuviera el mando en la oposici¨®n cuando llegara la derrota del centro-derecha y se abriera la posibilidad de reconstituir un partido centrista con los otros democristianos, los actualmente alineados con Romano Prodi.
La presencia de Tremonti constituir¨ªa una garant¨ªa a ojos de la Liga Norte, recelosa de que la reforma constitucional federalista (ya aprobada por el Parlamento, pero pendiente de refer¨¦ndum y aplicable s¨®lo a partir de 2011) acabara olvidada en un caj¨®n. El destino del conflictivo Ministerio para las Reformas segu¨ªa siendo anoche una inc¨®gnita. Tremonti milita en Forza Italia, pero su relaci¨®n personal e ideol¨®gica con Umberto Bossi, el l¨ªder carism¨¢tico de la Liga Norte, es muy estrecha. UDC y AN, los dos partidos sudistas de la coalici¨®n, le obligaron a dimitir un a?o atr¨¢s porque consideraban que su pol¨ªtica econ¨®mica se decantaba demasiado hacia posiciones liguistas: rechazo al euro, proteccionismo y limitaciones a la inmigraci¨®n.
El ingreso de Tremonti como vicepresidente deber¨ªa verse compensado con el mantenimiento de la vicepresidencia hasta ahora ejercida por el l¨ªder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, quien seguir¨ªa adem¨¢s dirigiendo el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Otro nombre que podr¨ªa figurar en la lista de Berlusconi era el de Francesco Storace, reci¨¦n derrotado gobernador de la regi¨®n de Lacio (Roma) y representante del ala m¨¢s populista del posfascismo. Storace tiene tir¨®n entre el electorado conservador del centro y del sur y podr¨ªa encarnar el compromiso de Berlusconi de favorecer el crecimiento econ¨®mico en las deprimidas regiones sure?as.
El reparto de carteras entre los dirigentes de Alianza Nacional constitu¨ªa un problema adicional para Il Cavaliere, dada la complejidad del partido posfascista, inquieto por la evoluci¨®n hacia el centro dirigido por Fini y dividido en corrientes mal avenidas.
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