Ley draconiana
El proyecto de ley contra el tabaco aprobado ayer por el Consejo de Ministros es extraordinariamente severo, en contraste con la relativa permisividad hasta ahora mantenida en este terreno. Espa?a, junto con Alemania, es uno de los pa¨ªses de la UE con m¨¢s baja puntuaci¨®n en legislaci¨®n sobre fumadores en espacios p¨²blicos y sobre publicidad del tabaco; es tambi¨¦n uno de los pa¨ªses en los que la reducci¨®n del tabaquismo ha avanzado m¨¢s lentamente, de forma que todav¨ªa el 35% de los mayores de 15 a?os son fumadores. La duda que plantean estos datos es si el cambio no ser¨¢ demasiado brusco y la normativa se convertir¨¢, como suele ocurrir con las leyes poco realistas, en papel mojado. La Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios denunci¨® el pasado a?o que la prohibici¨®n de fumar en determinados espacios -hospitales, colegios, bibliotecas-, vigente hace a?os, se incumple en un 75%.
La otra cara de la moneda es la de los efectos del tabaquismo. A las 55.000 muertes prematuras al a?o por enfermedades atribuibles a esa droga hay que sumar las enfermedades cr¨®nicas derivadas y el coste social de la atenci¨®n sanitaria correspondiente.
Durante a?os, el debate sobre la cuesti¨®n se plante¨® en t¨¦rminos de libertad individual frente a efectos sociales. Nadie pod¨ªa ser obligado a renunciar a matarse lentamente. El equilibrio se rompi¨® en Estados Unidos en la d¨¦cada de 1980 con la difusi¨®n de estudios acerca de los efectos del tabaco sobre los no fumadores, que pasaron a ser denominados, para subrayar el mensaje, fumadores pasivos. Desde entonces la legislaci¨®n evolucion¨® en el sentido de dar prioridad a los derechos de los no fumadores sobre los de los fumadores.
Lo m¨¢s llamativo del proyecto es la prohibici¨®n de fumar en todos los centros de trabajo, eliminando incluso la posibilidad de habilitar espacios separados para fumadores y toda publicidad en los medios. Sobre lo primero, los sindicatos se han mostrado de entrada reticentes, recordando que el tabaquismo es una enfermedad adictiva que no se corrige s¨®lo con prohibiciones. Tambi¨¦n pueden ser pol¨¦micas las restricciones establecidas para bares y restaurantes, que ya han provocado protestas del sector. El proyecto puede afinarse en el tr¨¢mite parlamentario, reforzando sus aspectos preventivos, sobre todo en relaci¨®n a los adolescentes, que cada vez se inician a edad m¨¢s temprana. Pero tambi¨¦n conviene prevenir reacciones inquisitoriales, de coacci¨®n social, como las producidas en Estados Unidos, donde ya hay empresas que han establecido la prueba de la nicotina en sangre para seleccionar o despedir a su personal. Un fumador es un problema social, pero es tambi¨¦n un enfermo.
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