Matrimonio
Aunque mi deseo es la desaparici¨®n del matrimonio, y con efecto retroactivo, tengo que aceptar como justa su ampliaci¨®n a los homosexuales, aprobada en el Congreso salvo los eternos enemigos de toda izquierda. La desaparici¨®n del matrimonio no se refiere a una opci¨®n contra la pareja, de la que soy partidario en general, sino a la necesidad de que el acuerdo entre dos personas para mezclar sus vidas, sus fortunas, tener o no tener hijos, tenga que hacerse mediante la intervenci¨®n del Estado. Se consigui¨® que no interviniese la Iglesia excepto para quien lo desee; no hay raz¨®n para que el amor -en el cual, con perd¨®n, creo seriamente- se codifique, se eternice y que, cuando se disuelva, tengan que ser los representantes del Estado los que acepten su divorcio, por acuerdos distintos de los que desear¨ªan los que se separan.
Tengo una idea de un Estado con menos fuerza de Estado, con menos capacidad de intervenci¨®n en las vidas y en los trabajos, que tendr¨¢ que estar impulsado por asociaciones libres, y acordes entre s¨ª. Una utop¨ªa; incluso antigua, que aparece en escritos del Dieciocho y del Diecinueve. Una utop¨ªa es algo posible o incluso palpable. Desde su nombre (u-topos, ning¨²n lugar) hasta sus cr¨ªticos poderosos hacen de la palabra sin¨®nimo de imposible: y no es eso. Muchas de las utop¨ªas de aquellos siglos, y hasta de ¨¦ste, se han convertido en realidades. Parte del amor libre est¨¢ instaurado ya. El amor homosexual consagrado con esta ley que ha de pasar a¨²n por el Senado es un paso enorme que pocos pa¨ªses han dado. Para nosotros la sem¨¢ntica de las utop¨ªas como sin¨®nimo de imposible son muy recientes: en la larga vida de Franco nada era posible y la homosexualidad estaba castigada con la ley inicua "Vagos y maleantes", que invent¨® el "bienio negro" (los prefascistas en el Gobierno) de la Rep¨²blica. Tendr¨¦ que creer en la utop¨ªa cuando se consigue que otra trascendental se produzca legalmente, como esta del matrimonio homosexual. La derecha no la acepta, porque no quiere la Iglesia (es tonto hablar de derecha y de Iglesia como cosas distintas, cuando son una sola; y peligrosa), pero es porque se estanc¨® cuando era necesaria una demograf¨ªa fuerte: siervos de la gleba, soldados abundantes, buenas paridoras. Ahora lo que no es necesaria es la Iglesia.
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