En la cola del empadronamiento
Miles de inmigrantes pasan d¨ªas enteros ante los ayuntamientos para intentar regularizar su situaci¨®n, mientras las mafias venden contratos de trabajo por 2.000 euros y falsean documentos
Abdeljalil, Mohamed, Abdel... han pasado de jugarse su futuro en una patera a jug¨¢rselo en una ventanilla del Ayuntamiento de El Ejido. La palabra espa?ola que m¨¢s y mejor pronuncian estos extranjeros indocumentados es "empadronamiento". Se ha convertido en una obsesi¨®n para ellos desde que la semana pasada el ministro de Trabajo, Jes¨²s Caldera, anunciara que se iban a flexibilizar las condiciones para obtenerlo, dado que era uno de los requisitos indispensables para regularizarse en ese proceso llamado de "normalizaci¨®n", que comenz¨® el pasado 7 de febrero y que concluye el 7 de mayo. Su obsesi¨®n es tal que parecen haberse olvidado de los otros requisitos: tener un contrato de trabajo y un certificado de antecedentes penales.
Los funcionarios municipales disciernen y deciden a discreci¨®n la validez de los papeles
La pregunta m¨¢s repetida en las colas de los inmigrantes es: "?Este papel sirve?"
Pero el tiempo apremia y los inmigrantes se afanan en encontrar "pruebas" que demuestren que estaban en Espa?a antes del 8 de agosto de 2004, fecha l¨ªmite para acogerse al proceso.
Y esta semana ha ocurrido lo previsible. Decenas de ayuntamientos, sobre todo aquellos municipios que cuentan con una poblaci¨®n inmigrante importante como los de la costa mediterr¨¢nea, se han visto desbordados ante las inmensas colas que se formaban a sus puertas.
Los alcaldes de esos municipios, en su mayor¨ªa del PP, pon¨ªan el grito en el cielo: "Nos han pasado el marr¨®n a nosotros", dec¨ªa Daniel Garc¨ªa, alcalde de Torre Pacheco (Murcia); "ahora nos dan a nosotros la patata caliente", se quejaba Gabriel Amat, edil de Roquetas de Mar (Almer¨ªa); "nos echan a nosotros la pelota", se lamentaba Juan Enciso, en El Ejido (Almer¨ªa); "vamos a presentar mociones en los ayuntamientos afectados para que el Gobierno nos dote de recursos materiales y humanos", anunciaba Juan Jos¨¦ Volante, alcalde de Moguer, municipio fresero de Huelva.
Y ah¨ª estaban los inmigrantes, de todas nacionalidades, a las puertas de sus consistorios, armados con carpetas llenas de todos los papeles que hab¨ªan sido capaces de reunir durante su ajetreada estancia en Espa?a.
Porque detr¨¢s de cada uno de ellos hay, no una historia de inmigraci¨®n, sino muchas. "He venido tres veces en patera", cuenta en la cola del Ayuntamiento de El Ejido Abdeljalil Lahmama, un marroqu¨ª de 30 a?os. "La primera, llegu¨¦ aqu¨ª y me fui a Italia, pero me devolvieron a Marruecos. Volv¨ª otra vez y trabaj¨¦ en Almer¨ªa, Murcia, Huelva y Ja¨¦n, hasta que me abrieron un expediente de expulsi¨®n. Y regres¨¦, por ¨²ltima vez, y estuve aqu¨ª y luego me fui a Valladolid. Siempre detr¨¢s del trabajo, buscando la vida", cuenta.
Y de cada uno de sus viajes aporta una prueba: dos tarjetas sanitarias, una de El Ejido en 2001 y otra de Huelva en 2003; varios partes sanitarios del Hospital del Poniente (El Ejido): "Ingresa trasladado por la Guardia Civil al llevar tres d¨ªas en una patera..."; un certificado de solicitud de permiso de residencia denegado en ?beda (Ja¨¦n) de julio de 2003; un extracto de su cuenta en Caja Murcia; y un expediente de expulsi¨®n abierto en Valladolid en 2003. Parad¨®jicamente, este ¨²ltimo es una de las mejores pruebas que tiene para demostrar su estancia en el pa¨ªs y coincide con uno de los siete documentos que el ministerio dar¨¢ por v¨¢lidos para reconocer lo que han llamado el "empadronamiento retroactivo o por omisi¨®n".
"??ste papel sirve?". Es la pregunta m¨¢s repetida en las colas de inmigrantes. Y la peor contestada. Los funcionarios de los ayuntamientos, que han tenido que dar n¨²meros hasta mayo y que abren ma?anas y tardes, act¨²an sobre la marcha y se aprenden los requisitos al mismo tiempo. Tienen el listado de "documentos p¨²blicos que acreditan la estancia en Espa?a con anterioridad al 8 de agosto de 2004": una copia de solicitud de empadronamiento denegada, tarjeta de residencia sanitaria, copia de solicitud de escolarizaci¨®n, copia de alguna solicitud realizada a los servicios sociales, certificado de alta de la seguridad social, copia de solicitud de asilo y notificaciones emitidas por el Ministerio del Interior. Siete, ni m¨¢s ni menos.
"?Por qu¨¦ esos siete?", se pregunta Juan Miralles, responsable de la ONG Andaluc¨ªa Acoge, que estos d¨ªas recibe a inmigrantes con toda clase de papeles. "Porque son los que propuso el Consejo de Empadronamiento en su resoluci¨®n del pasado 14 de abril. Deb¨ªan ser documentos p¨²blicos y con registro para poder contrastar su veracidad", responde Consuelo Rum¨ª, secretaria de Estado de Inmigraci¨®n.
"?Por qu¨¦ no vale un certificado de escolarizaci¨®n de adultos, o uno de Correos, que tambi¨¦n llevan sus nombres? Los abogados que colaboraron en el Reglamento hablaban de documentos sujetos a Derecho", replica Miralles.
Seg¨²n Julio Ortiz, responsable de inmigraci¨®n de CC OO, los siete documentos estipulados son algunos de los que se propusieron en las primeras reuniones, "si bien es cierto que a otros no se hace referencia, como los certificados de estudios. Pero eso lo deben valorar los ayuntamientos. De hecho, el Ayuntamiento de Madrid est¨¢ admitiendo el abono transporte".
Lo cierto es que todos esos documentos y muchos m¨¢s son los que est¨¢n aportando los inmigrantes y son los funcionarios municipales los que terminan por decidir, a veces de forma precipitada, su validez. De hecho, las diferencias en la interpretaci¨®n de las condiciones ha obligado a que esta misma semana se enviase una aclaraci¨®n a los consistorios especificando qu¨¦ documentos no eran v¨¢lidos: cartillas del banco, certificados m¨¦dicos, certificados de ONG, pasaportes con visados, informes de la Polic¨ªa Local...
La llamada normalizaci¨®n estaba basada en la realidad laboral y pretend¨ªa hacer aflorar el trabajo ilegal y la econom¨ªa sumergida, que seg¨²n algunos estudios en Espa?a alcanza un 20% del PIB (7.800 millones de euros). Dejaba as¨ª casi todo en manos de los empresarios, que deb¨ªan contratar a los indocumentados con los que trabajaban o quer¨ªan hacerlo.
Sin embargo, los requisitos, como el empadronamiento o el certificado de penales, requeridos a los inmigrantes, son cuestiones complicadas para ellos y que requieren una burocracia que les desborda porque implica la solicitud de documentos a sus pa¨ªses de origen. La mayor¨ªa no est¨¢n empadronados, por miedo, por ignorancia o porque no han podido hacerlo a falta de un domicilio oficial. Ya que, si otro problema ha salido a la palestra con este proceso, ha sido el de la vivienda. Much¨ªsimos inmigrantes viven hacinados en casas o en infraviviendas, como ocurre en El Ejido con los 300 que residen en el invernadero de San Isidro.
"Es una situaci¨®n conocida por todos. ?sa es la realidad que habr¨ªa que normalizar. Ahora tenemos una regularizaci¨®n sujeta a un posible empadronamiento con requisitos arbitrarios", dice Miralles.
Ante el fracaso del proceso por la falta de solicitudes presentadas (algo m¨¢s de 330.000 la semana pasada y se estimaba que en Espa?a hab¨ªa cerca de un mill¨®n de inmigrantes irregulares trabajando), el Gobierno decidi¨® "flexibilizar" el empadronamiento dejando que aportaran otros documentos que certificasen su presencia en el pa¨ªs.
"Las demandas de los agentes sociales ante la diversa casu¨ªstica nos hizo replantearnos la situaci¨®n. La Mesa de Di¨¢logo Social lo estudi¨® y encontr¨® una figura legal, el empadronamiento por omisi¨®n, que pod¨ªa dar respuesta a esas situaciones injustas. Lo pusimos en marcha en cuanto encontramos la v¨ªa legal", explica Rum¨ª.
Para las asociaciones de inmigrantes, demasiado tarde: "La modificaci¨®n est¨¢ bien pero llega tarde. Los empresarios ya est¨¢n terminando la temporada y no hacen contratos", dice Hanafi Hamza, responsable de Atime en Almer¨ªa.
Y ahora hay inmigrantes "con papeles" que no tienen empresario que le contrate. Y empresarios con indocumentados "sin pruebas". Y las mafias funcionan. Unos venden o falsifican documentos, como han denunciado ya los ayuntamientos de El Ejido y de Roquetas. Y otros venden contratos: "S¨¦ que hay empresarios que comercian con contratos de trabajo o que imponen condiciones que rozan la ilegalidad", asegura Inmaculada Rodr¨ªguez, responsable de inmigraci¨®n de CC OO en Almer¨ªa.
Y en las colas se ve y se oye de todo. "Los contratos est¨¢n muy caros: 2.000 euros", dice Mohamed, un inmigrante marroqu¨ª que lleva 17 a?os en Espa?a y que les cobra 50 euros a sus compatriotas por hacer de int¨¦rprete y "ayudarles" en la tramitaci¨®n del empadronamiento en el Ayuntamiento de El Ejido. "V¨¦ndeme tu n¨²mero mientras consigues los papeles", le dice Abdel a otro compatriota al que le faltan documentos pero que tiene cita varios d¨ªas antes que ¨¦l, que ya los tiene. "?Ya tengo contrato!, 1.500 euros", exclama Abdeljalil.
Por la marcha del proceso (casi 435.000 solicitudes el viernes), m¨¢s de medio mill¨®n de empleos ilegales saldr¨¢n a la luz, pero nadie duda de que la bolsa de indocumentados persistir¨¢. Hasta la pr¨®xima regularizaci¨®n.
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