Hacia un h¨¢bitat avanzado
Cada generaci¨®n desarrolla su propia forma de habitar respondiendo en cada caso a las condiciones econ¨®micas, sociales y urbanas de su ¨¦poca. La vivienda protegida es un claro reflejo de ello. Si en los a?os cuarenta se desarrollaron en Espa?a los poblados de reconstrucci¨®n, en los sesenta los pol¨ªgonos perif¨¦ricos y en los ochenta los ensanches residenciales, en el comienzo del siglo XXI debemos desarrollar nuevos conceptos de viviendas que permitan el acceso a ellas a miles de ciudadanos seg¨²n los modos de vida actuales.
De hecho, m¨¢s que hablar de vivienda, deber¨ªamos considerar como objeto de proyecto el concepto de "h¨¢bitat" que define los entornos habitacionales en s¨ª mismos y en relaci¨®n con su entorno, centrando las cuestiones a resolver en torno a la "persona" y sus modos de vida, m¨¢s que en relaci¨®n a la propia vivienda como objeto comercializable.
Lo realmente decisivo es que hoy no existe una ¨²nica soluci¨®n para todos los ciudadanos
Lo realmente decisivo es que hoy no existe una ¨²nica soluci¨®n para todos los ciudadanos. Cada persona deber¨ªa poder desarrollar al menos 13 funciones b¨¢sicas en un entorno propio (descanso, almacenaje, higiene, salud, ba?o, belleza, cocina, conservaci¨®n, alimentaci¨®n, limpieza, descanso, comunicaci¨®n y entretenimiento), que tendr¨ªa diversas configuraciones en funci¨®n de su edad y condici¨®n familiar. Las nuevas unidades familiares (j¨®venes emancipados, familias monoparentales, inmigrantes de diversas culturas, mayores que viven solos, etc.), hacen necesario abordar la cuesti¨®n con una gran amplitud de miras. Los planes de vivienda y las normas de habitabilidad, documentos clave para fijar el marco en el que operar, m¨¢s que limitar las posibilidades, deber¨ªan permitir el desarrollo de los potenciales de la propia sociedad, de una forma abierta y estimulante.
Por todo ello se deber¨ªa invertir m¨¢s en investigar c¨®mo hacer una vivienda mejor. Construir todas las viviendas protegidas que necesita Espa?a en los pr¨®ximos a?os requerir¨¢ una inversi¨®n de al menos 6.000 millones de euros. Para optimizar los resultados de esta inversi¨®n se deber¨ªan destinar, de forma sistem¨¢tica, fondos p¨²blicos y privados para proyectos de investigaci¨®n orientados a mejorar la organizaci¨®n del espacio dom¨¦stico, la tecnolog¨ªa de construcci¨®n, el impacto territorial o la relaci¨®n con el medio ambiente. Asimismo se deber¨ªan realizar proyectos piloto, que permitan construir simult¨¢neamente viviendas y barrios de calidad, que sirvan de orientaci¨®n a futuros desarrollos y fomenten la excelencia. La sociedad del conocimiento exige generar conocimiento en torno a una de las actividades fundamentales de nuestra econom¨ªa.
Adem¨¢s de los principios ya conocidos, se deber¨ªan considerar nuevas situaciones:
1. Viviendas compartidas: muchos j¨®venes, en ¨¦poca de estudiante viven en grandes pisos compartidos, como una estrategia para ahorrar recursos, y tener una mayor interacci¨®n social con sus semejantes. Los planes actuales de vivienda no contemplan esta posibilidad.
2. Viviendas flexibles: los cambios tecnol¨®gicos han permitido que la vivienda no sea ya s¨®lo un lugar donde se descansa, sino donde se vive, se juega y se trabaja. Por ello las normativas deber¨ªan reconocer este car¨¢cter abierto y transversal y permitir una mayor flexibilidad en las distribuciones (lofts).
3. Viviendas para el teletrabajo. Las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n han permitido diferir en el espacio y en el tiempo el momento del trabajo. Con el fin de evitar desplazamientos innecesarios, se deber¨ªa permitir el trabajo en la propia vivienda, o en espacios compartidos creados a tal fin en los propios edificios de vivienda.
4. Viviendas discontinuas: las viviendas actuales incluyen en muchas ocasiones una plaza de aparcamiento y un trastero, situados en lugares diferentes del edificio. La normativa deber¨ªa permitir incorporar espacios de trabajo, de lavado, de ocio o de cultivo, entendidos como una extensi¨®n de la propia vivienda, que se pudieran organizar a nivel de cada planta o de todo el edificio.
5. Viviendas personalizables: se deber¨ªa permitir vender viviendas protegidas sin terminar, compuestas por un espacio vac¨ªo y las conexiones de los servicios b¨¢sicos, como ocurre en el centro de Europa, de forma que cada habitante se personalice su vivienda.
6. Viviendas bioclim¨¢ticas: La vivienda de iniciativa p¨²blica deber¨ªa servir para la introducci¨®n de las llamadas tecnolog¨ªas bioclim¨¢ticas, entre las que destacan las energ¨ªas pasivas y el reciclaje de aguas. Las viviendas bioclim¨¢ticas deber¨ªan ser primadas econ¨®micamente.
7. Viviendas accesibles: con el fin de no marginar a los discapacitados, y que puedan ir a visitar a sus familiares, todas las viviendas deber¨ªan garantizar una m¨¢xima accesibilidad.
8. Viviendas intergeneracionales: las normativas no deber¨ªan fomentar la especializaci¨®n de edificios monogeneracionales (tal como parece que hoy ocurre con la clara segmentaci¨®n de tipolog¨ªas seg¨²n edades), sino que deber¨ªan estimular la hibridaci¨®n, y la mezcla para hacer m¨¢s fuerte y cohesionada la sociedad.
9. Viviendas digitales: la conexi¨®n a Internet deber¨ªa considerarse una infraestructura b¨¢sica de la vivienda, con el fin de fomentar el acceso a la sociedad de la informaci¨®n a j¨®venes y mayores.
10. Viviendas-equipamiento: ante la falta de suelo, diversas administraciones han decidido construir viviendas de alquiler en suelos de equipamiento, surgiendo una nueva tipolog¨ªa hasta ahora no explorada en la que hay que mezclar funciones residenciales con otras de car¨¢cter dotacional.
Espa?a es un pa¨ªs maduro, mundialmente reconocido por la excelencia de su arquitectura y por la calidad de sus ciudades. Por ello la normativa deber¨ªa fomentar la excelencia urbana y la calidad de los proyectos, m¨¢s que restringir la innovaci¨®n con el pretexto de que las limitaciones impuestas evitan la producci¨®n de infraviviendas. Los nuevos ejes sobre los que ha de cambiar el paradigma que ha seguido hasta ahora la construcci¨®n de vivienda social son la investigaci¨®n, la flexibilidad normativa, la atenci¨®n a los nuevos fen¨®menos sociales y formas de vivir, la sociabilidad, el intercambio, el mestizaje de los distintos segmentos sociales y la arquitectura de calidad.
Vicente Guallart, arquitecto, es director del Master de Arquitectura Avanzada del Iaac, y del proyecto Soci¨®polis.
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