Los efectos de la regulaci¨®n comercial en la inflaci¨®n
En los ¨²ltimos meses estamos asistiendo a un debate sobre los efectos que la regulaci¨®n de la actividad comercial puede tener sobre la evoluci¨®n de los precios y sobre la competitividad. De todas formas, es preciso decir que cualquier an¨¢lisis que se haga no se puede desvincular de la vertiente territorial del comercio, y existe un gran n¨²mero de ejemplos del papel estructural y cr¨ªtico que ha desempe?ado el comercio en la historia morfol¨®gica de las ciudades.
Por lo tanto, la pol¨ªtica o regulaci¨®n del sector que se quiera llevar a cabo deber¨¢ tener en cuenta las caracter¨ªsticas de distribuci¨®n y concentraci¨®n, tanto del comercio como de la poblaci¨®n e, igualmente, es necesario que a la hora de realizar la planificaci¨®n urban¨ªstica del territorio se tenga en cuenta cu¨¢l es la respuesta y el papel que se quiere que tenga el comercio.
Hay que vincular comercio y territorio para determinar la funci¨®n de los espacios urbanos, la movilidad o la din¨¢mica social
As¨ª pues, sin entrar en la discusi¨®n sobre la idoneidad de la tipolog¨ªa de comercio (grande o peque?o, de alimentaci¨®n o de no alimentaci¨®n, de peque?a, media o gran empresa, etc¨¦tera), es necesario vincular comercio y territorio. Esta integraci¨®n determinar¨¢ aspectos futuros tan cr¨ªticos como la funcionalidad de los espacios urbanos, la movilidad o la misma din¨¢mica social (no despreciable de cara a afrontar fen¨®menos como la inmigraci¨®n o el incremento del colectivo de la tercera edad).
A partir de aqu¨ª, la regulaci¨®n comercial que se ha venido desarrollando en Catalu?a ha tenido como premisa fundamental la preeminencia del tejido comercial preexistente en la respuesta a los crecimientos de la demanda. Por lo tanto, la regulaci¨®n de los horarios comerciales o los planes territoriales de equipamientos comerciales no dejan de ser pol¨ªticas dirigidas a favorecer esta interrelaci¨®n entre la estructura comercial que exist¨ªa en Catalu?a a principios de la d¨¦cada de 1980 y el territorio. En este sentido, y viendo lo ocurrido en otros pa¨ªses europeos como Francia o el Reino Unido, donde cada vez se ha puesto m¨¢s ¨¦nfasis en la necesidad de imbricar comercio y territorio, o en otras comunidades aut¨®nomas donde las pol¨ªticas comerciales se han ajustado a los respectivos modelos territoriales aceptados, podemos decir que la pol¨ªtica y la regulaci¨®n comercial desarrollada en Catalu?a en los ¨²ltimos a?os ha sido coherente con su modelo territorial.
Ahora bien, es preciso ver si esta regulaci¨®n comercial basada en el modelo territorial catal¨¢n ha tenido, por contra, elementos negativos desde el punto de vista de la evoluci¨®n de los precios, y la respuesta es que no.
El Instituto Cerd¨¤ viene trabajando desde hace m¨¢s de 15 a?os en el an¨¢lisis del sector de la distribuci¨®n comercial. Recientemente ha desarrollado un estudio conjuntamente con el profesor Jordi Gual, director del Departamento de Econom¨ªa del IESE, con el objetivo de determinar las causas de los diferenciales de inflaci¨®n en las diversas comunidades. Para el estudio se utilizaron m¨¢s de 20 variables vinculadas al grado y evoluci¨®n de la regulaci¨®n comercial auton¨®mica, la estructura comercial existente, la productividad o el precio del suelo.
Los resultados fueron suficientemente concluyentes:
1) los diferenciales de inflaci¨®n entre comunidades aut¨®nomas en Espa?a son persistentes en el tiempo; 2) la regulaci¨®n comercial no tiene ning¨²n efecto desde el punto de vista estad¨ªstico sobre la inflaci¨®n relativa; 3) las dos variables explicativas de la evoluci¨®n de la inflaci¨®n relativa son: la productividad relativa y el precio del suelo, esta ¨²ltima determinante en la gesti¨®n y explotaci¨®n de la actividad comercial.
En resumen, la pol¨ªtica y regulaci¨®n comercial tienen que ser coherentes con el desarrollo territorial debido a que la estructura comercial acaba siendo un componente cr¨ªtico en la funcionalidad y din¨¢mica urbana y social. No nos tiene que extra?ar, pues, que haya diferencias significativas entre comunidades aut¨®nomas a la hora de plantearse la visi¨®n del comercio y que desde las Administraciones p¨²blicas respectivas se puedan impulsar pol¨ªticas radicalmente opuestas. Otra cosa es que nos puedan agradar m¨¢s o menos los modelos urban¨ªsticos que se adopten y que se vayan desarrollando.
Esta visi¨®n integrada territorio-comercio ser¨¢ cada vez m¨¢s importante, y es imprescindible pedir al comercio la m¨¢xima eficiencia, productividad y competitividad, olvidando pol¨ªticas proteccionistas que tienen un corto recorrido, y s¨ª desarrollando pol¨ªticas dirigidas a la modernizaci¨®n del comercio y a su adecuaci¨®n a las exigencias de la demanda, y en definitiva, como se ha mencionado a lo largo de este art¨ªculo, al territorio.
Del mismo modo, la planificaci¨®n urban¨ªstica tendr¨¢ que incorporar desde sus primeras fases la definici¨®n del papel que se quiere que tengan el comercio y la estructura comercial.
Carles Cabrera es director general del Instituto Cerd¨¤.
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