Ir hasta el final
Zapatero explic¨® el pasado domingo en este peri¨®dico qu¨¦ quiere decir que est¨¢ dispuesto "a ir hasta el final" en el Pa¨ªs Vasco: "No regatear ning¨²n esfuerzo de todo el abanico que permite el Estado de derecho y la pol¨ªtica para el fin de la violencia".
Lo que el Estado de derecho permite est¨¢ bastante claro: la acci¨®n policial y judicial contra los terroristas y su entorno que tan eficaz ha sido para debilitar a ETA; y determinadas medidas de gracia y reinserci¨®n cuando los terroristas abandonen las armas.
Lo que permite la pol¨ªtica es m¨¢s impreciso. Sabemos que Zapatero est¨¢ comprometido por el pacto antiterrorista a no pagar precio pol¨ªtico por la paz. Lo cual marca un l¨ªmite nada irrelevante a su acci¨®n, m¨¢s teniendo en cuenta la enorme eficacia que ha tenido este principio, solemnizado como compromiso por parte del PP y PSOE, para que ETA se encontrara en un callej¨®n sin salida. La pol¨ªtica tendr¨¢ que hacerse en relaci¨®n con los dem¨¢s partidos. Pero no parece que est¨¦n en la misma sinton¨ªa que Zapatero. Cuando Ibarretxe hace caso omiso de su retroceso electoral y del rechazo del plan que lleva su nombre en las Cortes e insiste en mantenerlo caben dudas fundadas de que est¨¦ por la labor. Y cuando el PP manda a todos sus tenores pol¨ªticos y medi¨¢ticos contra Zapatero por no instar la ilegalizaci¨®n de EHAK, no se puede evitar la impresi¨®n de que la derecha ha sentido el v¨¦rtigo del fin de ETA, como ya ocurri¨® en otros momentos en el pasado. Es triste que el PP lance una estrategia que para que resulte ganadora -es decir, para que los nueve esca?os de EHAK caigan como una losa sobre Zapatero- necesita que ETA vuelva a atentar.
Para ir hasta el final, Zapatero necesita la complicidad de las fuerzas democr¨¢ticas. De momento no la tiene. Quiz¨¢s, porque no tienen la misma idea de qu¨¦ significa ir hasta el final. El PP quiere quedarse m¨¢s corto. Habiendo conseguido colocar a ETA en un estado de considerable inoperancia, la tentaci¨®n conservadora es que todo siga como est¨¢. Con la idea de que si esta situaci¨®n de semiderrota es sostenible, el Estado se ahorra las concesiones graciosas que pudieran derivarse de un fin definitivo de la violencia y las consecuencias de un cambio de paradigma. Por el otro lado, el PNV, en tanto que Imaz no gane la batalla interna, parece seguir en la v¨ªa de convertir el plan Ibarretxe en un proceso irreversible hacia la separaci¨®n. Si los populares temen que el final de la violencia signifique el principio de la independencia de Euskadi, los nacionalistas vascos recelan de que la paz pudiera parecer un punto de llegada y, por tanto, frenar el proceso soberanista. Con lo cual, Zapatero se puede encontrar en que sea el ¨²nico interesado en acelerar las cosas. Su principal problema es que no es f¨¢cil encontrar un camino en que los dos, PP y PNV, entiendan que salen ganando.
El fin de la violencia en Euskadi sacudir¨ªa el actual estado de las cosas. Los partidos han crecido dentro de un orden determinado -que, en buena parte les configura- y son bastante r¨ªgidos en sus movimientos: las situaciones nuevas les dan v¨¦rtigo, porque preparados para trabajar el d¨ªa a d¨ªa, los cambios de paradigma exigen esfuerzos que en primera instancia les sobrepasan. Que el Partido Popular utilice la lucha antiterrorista para desgastar a Zapatero no s¨®lo es una violaci¨®n del pacto, sino una manera de anteponer los intereses de partido -herido despu¨¦s de una dura derrota electoral- a los intereses generales. Y que el PNV no se haya puesto a trabajar ya con el PSOE para empezar a preparar el futuro en Euskadi demuestra que no s¨®lo los intereses de partido sino incluso los conflictos internos est¨¢n a menudo por encima de lo que aparentemente deber¨ªan ser objetivos principales y comunes. Pero la pol¨ªtica es as¨ª. Para justificarlo, algunos se apoyan en la equ¨ªvoca distinci¨®n weberiana entre ¨¦tica de la convicci¨®n y ¨¦tica de la responsabilidad. Me permito recordarles la advertencia de Karl Jaspers: "La ¨¦tica de la responsabilidad incluye la convicci¨®n de tener que responder de las propias acciones".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- VII Legislatura Pa¨ªs Vasco
- Opini¨®n
- PCTV-EHAK
- Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero
- Declaraciones prensa
- Plan Ibarretxe
- Orden p¨²blico
- Pactos antiterroristas
- Presidencia Gobierno
- EAJ-PNV
- Seguridad ciudadana
- Gobierno Vasco
- Parlamentos auton¨®micos
- Gobierno auton¨®mico
- Pa¨ªs Vasco
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Parlamento
- ETA
- Lucha antiterrorista
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Grupos terroristas
- Gente
- Administraci¨®n auton¨®mica