Inmigrantes bienvenidos
Sentado en una estaci¨®n de autobuses escuchaba una conversaci¨®n que manten¨ªan dos muchachos y dos muchachas acerca del proceso de regulaci¨®n. No me pude negar a ser testigo de sus palabras, porque su tono era demasiado alto y el contenido importante. Conclu¨ªan la charla con la siguiente frase: "Como sigamos as¨ª, nos invaden".
No se puede separar al ser humano de la fuerza de trabajo. Ya se intent¨® durante siglos, pero los esclavos tienen la cualidad de pensar, sentir y organizarse.
La globalizaci¨®n ha conllevado a su vez la movilidad de capital, mercanc¨ªas y personas. La internacionalizaci¨®n del trabajo que ya vivieron nuestros padres en sus carnes cuando cogieron la maleta de cart¨®n y se marcharon en vagones de madera para hacer turismo por medio mundo. Eso alej¨® de nuestras mentes la posibilidad de que en un futuro, hoy presente, nosotros fu¨¦ramos a ser receptores de fuerza de trabajo, y que tambi¨¦n se reproducir¨ªan los beneficios e inconvenientes que ellos vivieron.
Lo dice mi madre, lo nuevo empuja a lo viejo. Nuestras vidas cambian con el contacto con otras culturas. Los trabajadores que han llegado vienen llenos de ilusiones, inundados de esperanzas, esperan encontrar aqu¨ª el para¨ªso prometido y de sus ilusiones nos contagian tambi¨¦n a nosotros, remueven nuestros cimientos y nos ense?an que el color de la vida est¨¢ lleno de matices.
La cultura obrera cl¨¢sica de aqu¨ª no los esperaba y est¨¢ sufriendo su parto. Desde los barrios m¨¢s humildes a los intelectuales m¨¢s preclaros, han tenido que asumir su llegada y, con ello, alterar el lenguage. Ya no estamos solos, han venido nuestros vecinos del Sur y del Este. Invitados, c¨®mo no. Bienvenidos sean.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.