Gervasio
Como complemento para las rutas literarias del d¨ªa de Sant Jordi, hice una ruta m¨¢s ambiciosa hacia las profundidades de san Gervasio, no del barrio barcelon¨¦s, sino del santo real, aunque en el fondo algo tendr¨¢n que ver el barrio y su santo, quiz¨¢ m¨¢s de lo que tiene que ver un escritor con la ruta literaria que alg¨²n otro ha trazado de su cotidianidad, por ejemplo: "El escritor tal beb¨ªa en este bar todos los d¨ªas su aperitivo, acodado en esta barra; con el pelo engominado y su sempiterna americana de gamuza, escribi¨® aqu¨ª sus p¨¢ginas m¨¢s entra?ables". Algo as¨ª hay que reconstruir para que exista un recorrido, porque de otra forma el gu¨ªa, si se pusiera a hacer la ruta verdadera, tendr¨ªa que hacer una de este tipo: citar a todos a las once de la ma?ana en la habitaci¨®n donde el escritor tal escrib¨ªa, un habit¨¢culo seguramente oscuro y muy probablemente h¨²medo; poner a todos los visitantes en pijama (vestimenta con la que sin duda este escritor ejecutaba su trabajo) y sentarlos ante un folio a que escribieran algo, con la ayuda optativa de un paquete de cigarros o la puntual inspiraci¨®n de medio chato de whisky. Y una vez que estuvieran todos listos frente a su folio, que empezaran a correr las cuatro horas que dura la verdadera ruta por la vida cotidiana de este escritor. Al final el gu¨ªa podr¨ªa decirles una l¨ªnea que fijase la experiencia en la memoria: "?sta era la vida del escritor tal, lo dem¨¢s, sus aperitivos
San Gervasio se acompa?a siempre de su tambi¨¦n milagroso hermano gemelo Protasio. En Barcelona se ha sustituido por Sarri¨¤
[seguramente hab¨ªa m¨¢s despu¨¦s de aquellos chatos inspirativos], sus pasiones, sus excesos, eran muy parecidos a los de cualquier persona
. "Y su sempiterna americana de gamuza no exist¨ªa", podr¨ªa decir como final el gu¨ªa, "era la camisa del pijama".
Pero regresemos a la ruta hacia la profundidad biogr¨¢fica de san Gervasio, que no era escritor pero s¨ª tuvo, como cualquier santo, una vida que alguien le escribi¨®. Aunque hoy, con tanta informaci¨®n como pulula por ah¨ª, el pobre san Gervasio va a la baja, ha sido desplazado por dos Gervasios, uno de Yucat¨¢n, en M¨¦xico, y otro uruguayo a secas. Evitemos conclusiones amargas, ya bastante amargura ha producido nuestro escritor que no era un h¨¦roe de gamuza sino un borrach¨ªn de pijama, y no miremos con demasiada atenci¨®n el desplazamiento que ha sufrido Gervasi frente a la voracidad de los Gervasios. El san Gervasio m¨¢s famoso del mundo est¨¢ en el norte de la isla de Cozumel, en una zona arqueol¨®gica maya que fue construida para homenajear a Ixchel, la diosa de la lujuria y, de paso, de la fertilidad. Aquel san Gervasio es sin duda un infiltrado, no se sabe c¨®mo lleg¨® hasta all¨¢ porque las zonas arqueol¨®gicas del entorno tienen nombres mayas: Kohunlich, Oxtankah, Kinichna. El otro Gervasio no es santo pero, ?por qu¨¦ no?, quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa lo sea; se trata de un cantautor uruguayo que tiene una obra cuyos t¨ªtulos son una invitaci¨®n a tomar partido, a romper una lanza, a cerrar filas o salir corriendo en estampida; cito tres como ejercicio informativo: Collar de ranas, Con una pala y un sombrero y La azafata me mira.
La ruta de san Gervasio comienza con el santo real, el Gervasio original, que era, en realidad Gervaso, porque era un italiano de Mil¨¢n, hermano gemelo de Protaso, o Protasio, que tambi¨¦n es santo. La etimolog¨ªa germ¨¢nica de Gervasio es: "audaz con lanza", y la de Protasio, que es griega: "el preferido". Gervasio y Protasio son dos santos m¨¢rtires que murieron a causa de la defensa que hicieron del nombre de Jesucristo frente a una turba de milaneses paganos: un error, o un acierto, elemental. Los dos gemelos, que eran al parecer muy corpulentos, fueron enterrados sin l¨¢pida, ni cruz, ni ¨¢rbol frondoso que indicara el sitio. La muerte, por lapidaci¨®n, de los gemelos sucedi¨® en el siglo II, y en el a?o 386 san Ambrosio visitaba Mil¨¢n cuando sinti¨® que un metro cuadrado de tierra, donde no hab¨ªa nada m¨¢s que pasto, le lanzaba una se?al. Siguiendo la visi¨®n del santo, se escarb¨® en ese metro de pasto y se dio con los cuerpos incorruptos de Gervasio y Protasio. Aunque los cuerpos estaban incorruptos, despu¨¦s de dos siglos de haber sido lapidados, no est¨¢ de m¨¢s aclarar que tambi¨¦n estaban sin cabeza. Los gemelos fueron reensamblados y metidos en dos f¨¦retros y, cuando iban siendo trasladados a la iglesia, un ciego bien informado se acerc¨® a ¨¦stos, les puso la mano encima y recuper¨® la vista.
Todos los Gervasios del mundo, por ser gemelos de un hermano tambi¨¦n milagroso, van acompa?ados de Protasio; hay, por ejemplo parroquias de san Gervasio y san Protasio; el otro caso que existe es el de san Gervasio solo, como el de Yucat¨¢n; lo que desde luego no existe en ning¨²n lugar del mundo es esta excentricidad barcelonesa de cambiar a Protasio por Sarri¨¤. Tampoco queda clara la filiaci¨®n del barrio de Sant Gervasi con la hagiograf¨ªa de su santo, cosa no muy rara porque no siempre los barrios coinciden con sus nombres; sin embargo una investigaci¨®n a fondo, que saque a la luz a qu¨¦ san Gervasio hace homenaje nuestro barrio, no estar¨ªa de m¨¢s, porque cuando se camina por la calle de Mari¨¤ Cub¨ª, que est¨¢ sembrada de bares de alterne y puticlubes, se tiene la impresi¨®n de que no es el "audaz con lanza", sino el san Gervasio maya, el dedicado a la diosa Ixchel de la lujuria, el due?o original del nombre.
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