Homenaje de Carod a ?ngel Colom
No hay nada m¨¢s ingrato con la memoria que el poder. Los que llegan a la alta categor¨ªa de poseer el despacho de turno, en una direcci¨®n de partido, en un ministerio, en una alcald¨ªa, generalmente son personas con una excelente mala memoria. Nunca les ver¨¢n recordando el trabajo de sus predecesores, ni admitir¨¢n las herencias que han recibido, a no ser que ¨¦stas sean criticables, ni mentar¨¢n el nombre de la bicha. A excepci¨®n de algunos pol¨ªticos de raza, que no tienen este tipo de problema, la mayor¨ªa padecen una especie de inseguridad cr¨®nica respecto al pasado. Servidora lo ha vivido en propia carne con Jordi Portabella, cuyo rutilante presente parece necesitar de una negaci¨®n rotunda del pasado para ser tenido en cuenta. Por ejemplo, ahora que inaugurar¨¢ uno de los proyectos por los que m¨¢s luch¨¦ cuando era teniente de alcalde, la reforma de Santa Caterina, nuestro flamante regidor necesita no invitarme para sentirse seguro. Personalmente me divierte hasta el punto de que me estoy debatiendo entre mi maldad inequ¨ªvoca y mi tendencia a la bondad: ?me quedo en casa y el bueno de Jordi triunfa tranquilo, o me presento y le provoco una indigesti¨®n? ?Por qu¨¦ ser¨¢n tan infantiles algunos maduritos?
Complejos de Portabella al margen, la negaci¨®n de la herencia forma parte de la mayor¨ªa de los procesos de transici¨®n del poder, aunque ello denote una extrema debilidad por parte de quien lo practica. De todos los ejemplos que conozco con m¨¢s o menos precisi¨®n, el m¨¢s brutal es la negaci¨®n de la herencia de ?ngel Colom en la actual Esquerra Republicana. Puede que muchos j¨®venes no sepan de qu¨¦ va la historia, pero los que tenemos un conocimiento preciso (y llevamos a?os callando) no dejamos de sorprendernos. Milan Kundera, en la Insoportable levedad del ser, explica que el estalinismo checo recort¨® de los libros de historia las fotos donde sal¨ªan los dirigentes comunistas que hab¨ªan formado parte de la Primavera de Praga. No s¨®lo los persigui¨®, encarcel¨® e incluso mat¨®, sino que los borr¨® de la historia, como si nunca hubieran existido. Con notable mimetismo, el aparatchik de ERC ha hecho desaparecer de sus manuales, webs, textos, etc¨¦tera, la presencia y el empuje que Colom dio al partido.
Empuje sin el cual ninguno de los actuales gozar¨ªa de coche oficial. Es cierto que vivimos una guerra dur¨ªsima (cuyas culpas, por cierto, estuvieron bien repartidas), pero a?os despu¨¦s de todo aquello, negar la memoria denota una extrema fragilidad o una notoria maldad. Dif¨ªcilmente es justificable.
Quiz¨¢ por ello Josep Llu¨ªs Carod Rovira, ese hombre que naci¨® para salvar a Catalu?a de s¨ª misma, ha decidido recoser el roto y hacer un magno homenaje p¨²blico a ?ngel Colom. Lo ha hecho en forma de conferencia ¨¦pica, en parte para dar a conocer lo nuevo de su ideario, en parte como lanzadera para volver a pintar algo. Es cierto que el bueno de Carod en ning¨²n momento nombr¨® al malo de Colom; pero como repiti¨®, con fidelidad espartana, el tronco central del ideario colombino, debemos pensar que hizo un homenaje personal, a¨²n m¨¢s generoso al ser ¨ªntimo. As¨ª es. Lo nuevito de Carod Rovira es tan viejito que se parece como una gota de agua a la conferencia que Colom dio en el paraninfo all¨¢ por 1996. Con una sola diferencia: a Carod le han re¨ªdo las gracias de su "frente catal¨¢n" los mismos que machacaron los cataplines del "frente patri¨®tico" de Colom. Todo en el discurso me resulta muy a?ejo: la Catalu?a dormida, el "desperta ferro", el frente patri¨®tico, los sue?os y las utop¨ªas, el "ad¨¦u, Espanya" si Espa?a no se porta bien, etc¨¦tera... Incluso, m¨¢s all¨¢ de Colom, el discurso de Carod me recuerda los primeros textos que algunos patriotas escrib¨ªamos, en nuestra adolescencia intelectual, en las ¨¦pocas jur¨¢sicas de Max Cahner. Pero fue Colom quien convirti¨® este discurso en bandera pol¨ªtica, y por ello es bonito y tierno ver como Carod Rovira recupera su mismo lenguaje y sus mismas met¨¢foras tantos a?os despu¨¦s. Ya dicen que lo viejo es siempre lo m¨¢s nuevo.
As¨ª pues, gracias, Carod, por el homenaje a Colom. Ya era hora. Si la pr¨®xima vez, aparte de copiarlo, lo cita, llegaremos todos al orgasmo. O haremos una sardana, que ser¨¢ m¨¢s patri¨®tico. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ del agradecimiento, me temo que todo esto me resulta chocante. ?stas son mis preguntas impertinentes. Primera: ?por qu¨¦ Carod habla como si fuera un l¨ªder de la oposici¨®n mientras los suyos gobiernan Catalu?a? Segunda: ?puede hacer de intelectual cr¨ªtico mientras tiene el poder del pa¨ªs? Porque est¨¢ bien que los de la canallesca hablemos, critiquemos, analicemos, despertemos a la Catalu?a dormida, etc¨¦tera... Pero un pol¨ªtico en activo y con poder, lo que tendr¨ªa que hacer es actuar. Ergo, si Catalu?a est¨¢ dormida en sus laureles, no tiene ambici¨®n y no sue?a, ?qu¨¦ hace usted para activarla?, ?fortalece a la sociedad civil, genera procesos creativos, subvenciona proyectos, refuerza presupuestos? Tercera pregunta: ?c¨®mo se combinan la pluralidad democr¨¢tica y el sistema de partidos con la esot¨¦rica petici¨®n de un frente patri¨®tico, como si hoy por hoy estuvi¨¦ramos en dictadura? Ya entiendo que Carod, desde peque?o, se siente Maci¨¤, pero hay un abismo entre los sue?os infantiles y los proyectos pol¨ªticos. Cuarta: ?c¨®mo consigue Carod enredar al personal con ret¨®ricas tan antiguas y venderlas como nuevas? Y finalmente, ?ha llamado a Colom para pedirle derechos de autor?
En fin. Sea como sea, me siento feliz por este homenaje tard¨ªo a la memoria de ?ngel Colom. Desde su exilio marroqu¨ª, el bueno de ?ngel debe de sentirse emocionado: no lo nombran, no lo citan, lo han hecho desaparecer hasta de las fotos de las bodas, pero su ideario vive en ERC tal cual lo dej¨®. Hasta las met¨¢foras le han copiado. Carod habla exactamente como Colom. ?A qu¨¦ m¨¢s pod¨ªa aspirar el viejo patriota?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.