'La saga / fuga de J. B.'
EL PA?S ofrece ma?ana, lunes, por 1 euro, la novela de Gonzalo Torrente Ballester
Le gustaba el tango Mano a mano y con La saga/fuga de J. B. Gonzalo Torrente Ballester "ha de jugarse el pellejo". Entre otras dimensiones, podemos leerla como una gran novela cervantina contempor¨¢nea en una literatura muy poco cervantina. Catador de fondos, poco polemista de superficie, lanz¨®, sin embargo, algunas sutilezas provocadoras como esta de opinar que, en la literatura espa?ola, y por parad¨®jico que parezca, la obra de Cervantes es una excepci¨®n y no el patr¨®n. ?A d¨®nde transmigr¨® la estirpe de Cervantes? Pues, por ejemplo, reaparece en Tristram Shandy, de Laurence Sterne, y en Los papeles p¨®stumos del club Pickwick, de Dickens. Ah¨ª la detectar¨¢ el precoz lector, nacido en Ferrol en 1910. La literatura que le apasionar¨¢ siempre es esa capaz de resistir la prueba de la iron¨ªa. En 1972, y con efectos inolvidables, se detecta el polen cervantino en un lugar llamado Castroforte. Es el escenario de La saga/fuga de J. B.
Hay ¨¦pocas en que la realidad se dedica a mentir. Con esta novela, que fue premio de la Cr¨ªtica, Torrente Ballester interpreta un valeroso Mano a mano y sobrevuela lo que ¨¦l denominaba "la baja categor¨ªa de la realidad". Nabokov empleaba la met¨¢fora ajedrec¨ªstica de "salto de caballo" para se?alar un giro inesperado en la trama narrativa. Torrente estaba ah¨ª, con obras de mucho m¨¦rito, pero salt¨® con este libro, donde cada p¨¢gina es un espejo cubista, e hizo saltar con ¨¦l la literatura hispana. Lo logr¨® con pulso libre, tras muchos avatares personales y b¨²squedas, tras formar en la intelectualidad oficial, romper con la dictadura y sufrir luego la ley del silencio: "A m¨ª, hasta que apareci¨® La saga/fuga no me hicieron ni pu?etero caso".
Cuando emergi¨® La saga/fuga, fue imposible no hacerle caso. Ten¨ªa esa forma de una esfera armilar que contiene el nuevo y el viejo mundo. La saga/fuga es un ingenio vanguardista con la naturaleza recreadora de los cl¨¢sicos. Se la emparent¨® con el "realismo m¨¢gico", pero no es posible ubicar lo que est¨¢ siempre en movimiento, lo que es multiforme y mutante. Por haber, en la geograf¨ªa de la novela hay dos r¨ªos contrapuestos. Uno, de aguas turbias, es el de los suicidas. El otro, cristalino, el de la esperanza, de donde parten los J. B. a la aventura o al exilio. Pero ocurre que el r¨ªo turbio es el de las mejores lampreas, que se alimentan de los muertos. Esa duplicidad atraviesa toda la obra, donde cada personaje es un contradictorio. A prop¨®sito de "saltos de caballo", La saga/fuga es un encadenamiento de giros sorpresivos, aunque todo parece responder a una l¨®gica interna, de donde se infiere una vez m¨¢s que la libertad narrativa es producto de la destreza. Torrente, buen conocedor de la teor¨ªa literaria, evit¨® las disertaciones doctorales para referirse a su obra maestra, como si quisiera protegerla de las autopsias, e insisti¨® en la definici¨®n de "juego". La frase exacta: "Hay algo de juego gratuito". Pero el significado de esa frase depende del tono. Dicha por Torrente Ballester suena a sortilegio. En todo caso, y volviendo al tango, es un juego de jugarse el pellejo. El juego de la vida, donde cada ser se disfraza, se camufla, se multiplica. Esa cuesti¨®n, la de la multiplicidad del ser, apasion¨® al autor y sit¨²a esta obra en una ¨®rbita de permanente modernidad.
A prop¨®sito de la catadura de la realidad en determinados momentos hist¨®ricos, ser¨ªa muy recomendable que en pr¨®ximas ediciones de La saga/fuga de J. B. se incorporara como p¨®rtico o anexo el dictamen emitido en su momento por la censura. Es un documento de inter¨¦s hist¨®rico, un involuntario informe mental del ocaso en los castillos de la sociedad franquista, y que se abre con una represi¨®n tan brutal que, hoy d¨ªa, cualquier publicista la utilizar¨ªa como lanzadera de promoci¨®n universal: "De todos los disparates que el lector que suscribe ha le¨ªdo en este mundo, ¨¦ste es el peor". El resumen es un logro de la intertextualidad: "Totalmente imposible de entender, la acci¨®n pasa en un pueblo imaginario, Castroforte del Baralla, donde hay lampreas, un cuerpo santo que apareci¨® en el agua y una serie de locos que dicen muchos disparates. De cuando en cuando, alguna cosa sexual, casi siempre tan disparatada como el resto (...)". Y concluye el dictamen: "Este libro no merece ni la denegaci¨®n ni la aprobaci¨®n (...). Se propone se aplique el silencio administrativo". Quiz¨¢s la reiteraci¨®n del t¨¦rmino "disparate" es el balbuceo de una inquietante sospecha. El censor, cuando elabora el informe, y sin quererlo, est¨¢ ya dentro de La saga/fuga. Lo que escribe en serio tiene ya un sentido par¨®dico. Forma parte de la imaginaci¨®n de la obra. Y se fuga por el pasadizo del "silencio administrativo". ?"Alguna cosa sexual"? Pobre hombre. Es una de las obras m¨¢s er¨®ticas de la literatura contempor¨¢nea.
Hay un poema de Castroviejo, que tiene la m¨²sica interior de una emotiva balada, en el que dice: "Pasar¨¦ a nado todos los mares / para morir en el museo. / Mi frente reposar¨¢ en un viejo mapa / y abrazar¨¦ reciamente la esfera armilar". La saga/fuga tiene la forma de una maravillosa esfera armilar y su lectura es un abrazo que se va estrechando mientras la realidad que emana es cada vez de mayor calidad. Pero en el abrazo a la esfera, s¨®lo una parte de nosotros se muere en el museo. El sedimento legendario galaico que interesa e inspira a Torrente Ballester es el de los mitos mar¨ªtimos. ?l los recrea como embarcaderos de la imaginaci¨®n, a la manera de esa ballena que abri¨® la boca para que otro Gonzalo, el obispo navegante, entrase en el vientre y regresara con una imagen santa. As¨ª es La saga/fuga, una ballena de la que siempre sales con algo nuevo. El otro instrumento esencial, una herramienta del lenguaje ¨®ptico, es la iron¨ªa. El operativo de esa doble "i", imaginaci¨®n m¨¢s iron¨ªa, es lo que permite que la novela sea m¨¢s ancha que la realidad, sin dejar de ser verdadera. El escritor podr¨ªa decir como el artista argonauta Urbano Lugr¨ªs: "Pinto en gallego. No puedo ser realista".
Babelia
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