Fuencarral, la nueva 'milla de oro'
Las grandes marcas est¨¢n fagocitando las tiendas que levantaron la calle
Son 560 metros. En ellos est¨¢n prohibidos los pantalones de pinzas, los zapatos n¨¢uticos y los jers¨¦is al hombro. La distancia que separa los n¨²meros uno y 70 de la calle de Fuencarral se ha convertido, en los ¨²ltimos a?os, en un laboratorio en el que se cocinan las tendencias m¨¢s vanguardistas de la moda y el estilo en la capital. Tambi¨¦n en una de las calles en las que m¨¢s ha aumentado el precio del metro cuadrado comercial.
Entre semana, a partir de las seis de la tarde, las aceras se llenan de j¨®venes que visten los atuendos m¨¢s novedosos de la ciudad. Es como pasearse por el Soho de Londres o el Lower East Side de Nueva York. Se camina con la actitud de la vanguardia, de la modernidad. Ver y dejarse ver es tan importante como respirar. Pero Fuencarral corre el riesgo de morir de ¨¦xito. Las peque?as tiendas que fueron abanderadas del movimiento alternativo est¨¢n siendo fagocitadas por las grandes marcas de ropa.
Las tiendas 'alternativas' est¨¢n siendo fagocitadas por las grandes marcas
En los ¨²ltimos a?os los precios de venta y alquiler han aumentado un 50%
Sandro Tamburi, de 52 a?os, tiene una tienda de moda en el n¨²mero 43 de la calle que lleva como nombre su apellido y el de su socio: Tamburi y Hereza. Explica que cuando abrieron la degradaci¨®n que sufr¨ªa el barrio era preocupante. A mediados de los ochenta, la polic¨ªa consideraba la plaza de Chueca y sus aleda?os como el supermercado de la droga del centro de Madrid. Fuencarral era una sucesi¨®n de peque?os establecimientos, bazares de decomisos, colchoner¨ªas, tiendas de pintura... "Tuvimos que aguantar bastante a los yonquis", cuenta Tamburi. "Hace nueve a?os pag¨¢bamos 900 euros de alquiler, ahora pagamos 5.100. El due?o amenaz¨® hace cuatro a?os con echarnos del local, estuvimos incluso a punto de ir a los tribunales. Despu¨¦s de haber contribuido a levantar la calle, ?nos ¨ªbamos a perder las vacas gordas? Todo se solucion¨® con ese abuso", concluye.
El movimiento gay que se estableci¨® en el barrio de Chueca fue paulatinamente reformando y sacando del pozo calles, inmuebles y comercios hasta transformar la zona. Hasta el actual alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, lo ha considerado como un "referente de rehabilitaci¨®n de un espacio". Todo, seg¨²n los colectivos homosexuales, sin el important¨ªsimo apoyo institucional.
A rebufo del dr¨¢stico cambio, en 1998 ocurri¨® algo crucial. En el n¨²mero 45, un edificio de tres pisos, abandonado, con paredes desconchadas, escombros por todos lados, se convirti¨® en un establecimiento como no se hab¨ªa visto nunca en la ciudad. Lo bautizaron como el Mercado de Fuencarral. El arquitecto Horacio Dom¨ªnguez y el dise?ador Nacho James lo transformaron en un coloso de acero y modernidad. Abri¨® sus puertas el 10 de diciembre bajo un lema tan alternativo como todo lo que se ofrec¨ªa dentro: "El centro comercial para los que odian los centros comerciales". Fue el principio del boom. Una estrat¨¦gica campa?a de promoci¨®n y el boca a boca lo convirtieron en referente de la vanguardia madrile?a. Tanto que el diario franc¨¦s Le Monde dijo de este local de 3.000 metros cuadrados con m¨¢s de 50 establecimientos: "Es el mejor ejemplo del cambio cultural de la moda en Espa?a". Estaba pensado para tenerlo todo. Desde ropa de segunda mano, hasta marcas; desde peluquer¨ªa, hasta un lugar donde tatuarse o hacerse un piercing; desde tiendas de decoraci¨®n, hasta una galer¨ªa de arte. Todo bajo la m¨²sica pinchada por los mejores disc-jockeys del momento que programaban sus sesiones.
A remolque del Mercado, como las peque?as tiendas de arte que surgen alrededor de los grandes museos, la calle se llen¨® de peque?os comerciantes especializados en nuevas tendencias. La mayor¨ªa viajaban a Londres, Berl¨ªn, Nueva York y Tokio o a pa¨ªses como Tailandia a comprar ropa y complementos que a¨²n no hab¨ªan llegado a Madrid. Luego vend¨ªan el g¨¦nero en sus tiendas.
Ahora, s¨®lo quedan algunas como Glam, una de las pioneras, o Tamburi, que son los dinosaurios de comienzos del siglo XXI. Tambi¨¦n aguantan algunos establecimientos de antes de la movida como varios locales de decomisos, una ferreter¨ªa o una tienda de caf¨¦s y un par de restaurantes.
La que no ha logrado sobrevivir es una ferreter¨ªa situada justo enfrente del Mercado. Acaba de cerrar y en su fachada hay un enorme cartel de la inmobiliaria Bocker Madrid. Tras una llamada telef¨®nica, se descubre que se trata de un local de 500 metros cuadrados en dos pisos y que si alguien quiere hacerse con ¨¦l deber¨¢ pagar 35.000 euros todos los meses tras realizarle la oportuna reforma.
Seg¨²n la inmobiliaria Idealista, "Fuencarral se ha vuelto tan cotizada, que en el ¨²ltimo lustro han llegado a esta calle, al menos al tramo que va desde Gran V¨ªa a los n¨²meros 49 y 56, una decena de prestigiosas marcas que repentinamente han convertido la v¨ªa en una de las m¨¢s deseadas de Madrid. En los ¨²ltimos a?os, tanto los precios de venta como de alquiler han sufrido un aumento del 50%. Un local de 300 metros cuadrados, por ejemplo, puede llegar a costar m¨¢s de 15.000 euros al mes. Ese mismo local, hace cinco a?os, se pod¨ªa conseguir a mitad de precio".
La presi¨®n inmobiliaria es de tal calibre que pronto se producir¨¢ una paradoja. En el n¨²mero 37 tiene su local el Colectivo de Gays, Lesbianas y Transexuales de Madrid (COGAM). Su presidente, Arnaldo Gancedo, lo confirma: "Hemos sufrido una OPA amistosa. "El due?o del local que tenemos alquilado se lo ha dado a una inmobiliaria que ha conseguido un gran cliente. Tenemos contrato al menos por dos a?os m¨¢s, pero nos han hecho una oferta econ¨®mica para desalojar y hemos aceptado".
El resultado es que ahora mismo el colectivo no sabe ad¨®nde se trasladar¨¢. "Por supuesto queremos un local en Chueca", afirma Gancedo. Pero se niega a desvelar qu¨¦ marca o multinacional alquilar¨¢ el espacio del COGAM. La rumorolog¨ªa de la calle siempre apunta hacia la misma firma: Zara. Hace un par de a?os se lleg¨® a especular con la posibilidad de que este grupo se hiciera con todo el edificio del Mercado de Fuencarral. Los rumores apuntan ahora hacia la firma italiana Benetton.
Una de las personas que mejor ha comprendido la evoluci¨®n de la calle es Tal¨ªa Peschiera, una peruana de 31 a?os que, junto a su prima B¨¢rbara, tiene un local en el Mercado de Fuencarral llamado Claudia Lir. Venden joyas de diferentes dise?adores. Tal¨ªa estudi¨® periodismo y se le nota la actitud de an¨¢lisis y concreci¨®n al explicar su tesis sobre la calle. "Muchas tiendas han cerrado porque son repetici¨®n de lo que hab¨ªa en el Mercado. Adem¨¢s, ahora ese concepto se puede conseguir en Chueca", asegura, "de alguna manera el barrio se ha convertido en una especie de Soho. Las grandes firmas se adue?an de la arteria central, que es la calle de Fuencarral, pero en las bocacalles se est¨¢n instalando las otras tiendas m¨¢s alternativas y se termina dando una situaci¨®n de simbiosis. Las grandes marcas atraen mucho p¨²blico y las peque?as tiendas evitan que el barrio se convierta en la calle de Serrano".
Inicialmente, las dos primas pensaron en ubicar su tienda en la calle de Goya pero se les sal¨ªa de presupuesto. "Hab¨ªa que pagar una media de m¨¢s de 1.000 euros al mes", afirma. Hicieron un estudio de mercado del mejor lugar para su producto y decidieron que ¨¦se era Fuencarral. Ahora tienen calada a su clientela: "Los alemanes y los ingleses son compradores seguros. De entre los espa?oles, los del sur son los que m¨¢s compran, los que nos resultan m¨¢s complicados son los compradores madrile?os. Ahora viene todo tipo de gente al Mercado, pero lo que tambi¨¦n sabemos es que en nuestro negocio de la joyer¨ªa, los hombres son los que m¨¢s gastan".
Cristina trabaja en la oficina del administrador del Mercado de Fuencarral. "El fen¨®meno de lo alternativo se est¨¢ contagiando a otras calles cercanas como la del Barco, la de Augusto Figueroa y la de Pelayo. Tenemos muy claro qu¨¦ tipo de gente queremos que alquile nuestros locales. Tenemos un criterio de selecci¨®n. No le alquilamos a cualquiera, tiene que encajar con nuestra propuesta. Lois estuvo como marca en el primer piso, pero terminaron abriendo en la calle. No queremos monomarcas en el Mercado", concluye.
En Fuencarral tambi¨¦n se aprecia una extra?a mezcla. La modernidad est¨¢ en la calle, pero en los inmuebles todav¨ªa se pueden ver los rastros de otras ¨¦pocas. Por ejemplo, esta v¨ªa es una de las que m¨¢s hostales tienen de Madrid y hay locales todav¨ªa, como la ferrreter¨ªa Subero, que atestiguan lo que fue en otro momento esta v¨ªa.
Otis Navarro es periodista y vive en el n¨²mero 35 desde el a?o 1998. Ha sido testigo de la evoluci¨®n de la zona en primera persona. "Una de las cosas con las que m¨¢s contentos estamos los vecinos es el hecho de que hayan proliferado tiendas y no bares", asegura. "Cuando vine a vivir aqu¨ª, la calle estaba llena de tiendas de trajes de novia, peleter¨ªas y tiendas de decomisos". "Para m¨ª uno de los puntos de inflexi¨®n de la calle fue que una marca como Mac instalara su ¨²nica tienda en Madrid aqu¨ª". Mac es una de las firmas de maquillaje m¨¢s prestigiosas del mundo y siempre ha apostado por un toque de modernidad. Al principio, reci¨¦n inaugurada la tienda, estaba plagada de drag queens y entrar en el establecimiento era como vivir un happening en directo. Los dependientes y dependientas se maquillaban con los ¨²ltimos productos llegados de lejos y lo hac¨ªan de la forma m¨¢s llamativa posible. La decoraci¨®n de los escaparates siempre ha estado muy pensada.
La filosof¨ªa de esta tienda es: nosotros te ense?amos a maquillarte y s¨®lo te cobraremos los productos que te lleves. Sin compromiso. Revolucionarios hasta en eso. Imparten clases de maquillaje gratuitas y permiten que el cliente pueda probar cualquier producto de la tienda.
Pero cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil establecerse en esta nueva milla de oro. Cerca del Mercado abri¨® este a?o una tienda llamada Vint Age en la que la propuesta era la venta de prendas de calidad de segunda mano. Gabardinas de los setenta y ochenta de Burberrys, por ejemplo. No tuvo ¨¦xito y han cerrado. Mantenerse con los alquileres tal y como est¨¢n es muy complicado. Pero el espect¨¢culo sigue en las aceras. Es digno de verse. Ir de tiendas por esta calle es un placer, y para descansar, junto al Mercado, unas tapitas en la taberna Lateral.
De la magia a la ropa italiana
Una de las tiendas m¨¢s impresionantes de la calle de Fuencarral es la de la firma italiana Energie. Se instal¨® hace un par de a?os, pero lo hizo en uno de los locales con m¨¢s solera de la v¨ªa: Houdini, uno de los pocos sitios en Madrid en los que se ofrec¨ªan espect¨¢culos de magia en directo.
"Que se lo pregunten a Juan Tamariz", afirma Otis Navarro, vecino del n¨²mero 35 de la calle. Bajo su supervisi¨®n es f¨¢cil hacer un viaje al pasado. A las transformaciones que han ido sufriendo los locales de la calle. "Adem¨¢s, una vez le¨ª que en Houdini hab¨ªa un grupo de solteros y solteras que hac¨ªan quedadas all¨ª". Pero sabe m¨¢s: "Por ejemplo, la tienda en la que ahora est¨¢ Custo BCN era una discoteca a mediados de los noventa. En la tienda de tatuajes Tattoo Magic hab¨ªa una taberna que se llamaba Puck. En 1998 estaba abandonada y con la persiana del cierre a medio echar; luego pas¨® a ser el bar Nosferatu y despu¨¦s fue una tienda de ropa que no tuvo ning¨²n ¨¦xito. Y donde est¨¢ la tienda de Puma hab¨ªa primero una peleter¨ªa que m¨¢s tarde se convirti¨® en una tienda de animales que termin¨® por no funcionar y se pod¨ªan ver todas las jaulas vac¨ªas desde el escaparate. Despu¨¦s fue una tienda con ropa muy llamativa como para drag queens que se llamaba Fresh Girls".
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