De vieja alfarer¨ªa a empresa l¨ªder
La f¨¢brica de Bail¨¦n es la primera productora de ladrillos para decorar
Probablemente Jos¨¦ Malpesa L¨®pez no imagin¨® que su peque?o taller de alfarer¨ªa se convertir¨ªa con el paso de los a?os en una empresa l¨ªder en la fabricaci¨®n de ladrillos. Corr¨ªa el a?o 1907 cuando el mayor de la saga de los Malpesa abri¨® un modesto negocio en el centro urbano de Bail¨¦n (Ja¨¦n) donde se elaboraban objetos de barro cocido para uso dom¨¦stico. Esa tradici¨®n alfarera se fue heredando de padres a hijos hasta convertir a Cer¨¢micas Malpesa en una potente f¨¢brica que da empleo a 130 personas y que, desde hace a?os, es la primera productora nacional de ladrillos cara vista (para decorar), de la que produce 400.000 toneladas al a?o. A punto de cumplir un siglo de vida, la industria cer¨¢mica bailenense acaba de inaugurar su cuarta planta de producci¨®n, bautizada como la M-4, una nave dotada con las ¨²ltimas tecnolog¨ªas, con una cadena de producci¨®n robotizada y con el gas natural como principal fuente de energ¨ªa, lo que minimiza al m¨¢ximo los niveles de emisi¨®n de di¨®xido de carbono.
Esta industria utiliza el gas natural desde que lleg¨® a Bail¨¦n en el a?o 1998
En las cuatro plantas de producci¨®n de Cer¨¢mica Malpesa se producen en la actualidad unas 400 variedades y formatos diferentes de ladrillos cara vista y adoquines. Son productos destinados al suelo y a fachadas, fundamentalmente, y que esta semana se exponen en Barcelona en Construmat, la principal feria nacional de la construcci¨®n.
De los 450.000 metros cuadrados de sus instalaciones salen todos los d¨ªas los camiones cargados de ladrillos hacia todos los puntos de Espa?a, y tambi¨¦n se destina un peque?o porcentaje a la exportaci¨®n en Jap¨®n y en el L¨ªbano. "Estamos suministrando los ladrillos para la ampliaci¨®n del Museo del Prado, una obra que dirige el arquitecto Rafael Moneo", destaca con orgullo Jos¨¦ Malpesa Guerrero, actual consejero delegado de Cer¨¢micas Malpesa, una firma que factur¨® el a?o pasado 27 millones de euros. La industria de Bail¨¦n, que cuenta con delegaciones comerciales en Madrid, Valencia, Sevilla y Valladolid, ha invertido 30 millones en la modernizaci¨®n integral de su segunda planta, abierta en los a?os noventa, y la robotizaci¨®n de la cuarta.
A principio de las d¨¦cada de 1940, el patrimonio empresarial de Jos¨¦ Malpesa se reparti¨® entre sus descendientes, legando a su hijo mayor y a sus hijas una alfarer¨ªa a cada uno, y otra en com¨²n a sus dos hijos peque?os. ?sta ¨²ltima alfarer¨ªa evolucion¨® hasta la empresa actual. Antonio y Jos¨¦ Malpesa Arance, partiendo de una base min¨²scula y descapitalizada, hicieron crecer ininterrumpidamente a la f¨¢brica, convirti¨¦ndola, en 1960, en la m¨¢s importante cer¨¢mica de Bail¨¦n. A partir de ella se construy¨® la primera ladrillera y poco despu¨¦s la segunda. Este conjunto industrial, se vio inmerso en la explosi¨®n desarrollista de los a?os sesenta; se ampliaron y modernizaron ambas f¨¢bricas y se cerr¨® la primitiva alfarer¨ªa.
En 1967 se cre¨® una nueva planta en Salteras dado que el principal mercado de la empresa era Sevilla, aunque ¨¦sta se cerr¨® en 1985. A primeros de los setenta se acometi¨® una importante ampliaci¨®n y automatizaci¨®n en una de las plantas de Bail¨¦n, lo que mantuvo a la empresa en primera l¨ªnea del mercado andaluz.
En los noventa Malpesa construy¨® dos nuevas f¨¢bricas: la M-2, para ladrillos cara vista prensados, y la M-3, tecnol¨®gicamente muy avanzada, la mejor de Europa en su d¨ªa, que junto con la M-1 la convierten en el primer fabricante de Espa?a de ladrillos cara vista en cantidad, variedad y, para muchos, tambi¨¦n en calidad. "Toda esta actividad ha ido unida a una intensa investigaci¨®n en el departamento de I+D que nos ha llevado a obtener productos cer¨¢micos para fachadas y suelos de una gran calidad y mayor valor a?adido, lo que hace posible abrir campos de exportaci¨®n", asegura el consejero delegado de la f¨¢brica.
La expansi¨®n de Cer¨¢micas Malpesa coincide con un momento de incertidumbre para el sector cer¨¢mico de Bail¨¦n, un municipio de 19.000 habitantes convertido en el principal centro productor de ladrillos de Espa?a. Las 40 industrias locales, que generan casi 3.000 empleos, tendr¨¢n que cambiar necesariamente sus h¨¢bitos de producci¨®n para poder cumplir las exigencias ambientales derivadas del protocolo de Kioto, que limita las emisiones de di¨®xido de carbono, uno de los gases que m¨¢s contribuyen al cambio clim¨¢tico.
En el caso de Cer¨¢micas Malpesa, le han sido asignados unos derechos de emisi¨®n hasta el a?o 2007 de 65.608 toneladas al a?o, una cantidad que, seg¨²n Jos¨¦ Malpesa, es inferior a sus necesidades y que les da para cubrir un 90% de su producci¨®n. "No sabemos c¨®mo nos afectar¨¢ este protocolo, pero lo cierto es que nuestra ¨²ltima planta, la M-4, ya est¨¢ fuera de las exigencias de Kioto porque cumple todos los requisitos ambientales", indica el consejero, que recuerda que su industria utiliza el gas natural desde la llegada de ¨¦ste a Bail¨¦n, en 1998, y que liga el desarrollo industrial del municipio a la ampliaci¨®n de la red de gas natural.
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