Dos se?oras actrices

Pocas pel¨ªculas en el cine de hoy descansan tan pl¨¢cidamente en las espaldas de un plantel interpretativo como La ¨²ltima primavera lo hace sobre el talento de Judi Dench y Maggie Smith. Se?oras del teatro y la pantalla brit¨¢nicas, ambas de 70 a?os, ofrecen un recital de contenci¨®n, ternura, garra y elegancia en un filme, por otra parte, bien escrito y notablemente dirigido por Charles Dance, secundario de renombre (Plenty, Alien 3, Gosford Park), que ha esperado nada menos que hasta los 58 a?os de edad para mostrar la sensibilidad que llevaba dentro y fabricar su primera obra como guionista y como realizador.

Cuando el colmo de la diversi¨®n de una persona radica en situaciones tan aparentemente simples como remojar las piernas en la playa cercana o recoger unas flores para no tener a qui¨¦n regal¨¢rselas, el hecho de encontrar a un n¨¢ufrago joven y guapo (Daniel Br¨¹hl) en la puerta de casa y tener la oportunidad de ayudar en su recuperaci¨®n f¨ªsica y an¨ªmica parece todo un reto, un maravilloso aliciente. Esto es precisamente lo que les ocurre a dos ancianas retiradas en su casa de campo a las que, de la noche a la ma?ana, se les abre un mundo exterior y, sobre todo, interior, hasta entonces desconocido para ellas. Ambientada en una peque?a villa de la costa brit¨¢nica en el a?o 1936, La ¨²ltima primavera est¨¢ basada en un relato de Nicholas Brown. Un retrato de dos mujeres bien modelado por Dance, desde las iniciales miradas de compasi¨®n y de ternura de las se?oras hacia el desconocido joven hasta la paulatina transformaci¨®n en vigilantes ojeadas de deseo por parte de una de ellas.

El deseo. Justo lo que no ha podido experimentar una mujer que, ahora que se encuentra en pleno recorrido del crep¨²sculo de la vida, ve c¨®mo se le ofrece una oportunidad tan improbable como asfixiante, tan deslumbrante como claudicante. Dench, a la que ¨²ltimamente hemos podido ver en filmes como Chocolat e Iris, ofrece una de esas actuaciones para el recuerdo y, adem¨¢s, se muestra como un modelo de belleza para la tercera edad en una era en la que lo que predomina es el implante y el bistur¨ª. Junto a ella, Smith, con la que el espectador puede darse el gustazo de observarla en su dign¨ªsima ancianidad. Por ¨²ltimo, como premio aparte, el director ha apostado por la recuperaci¨®n de David Warner, un grande del cine de los setenta (Perros de paja, La profec¨ªa, La cruz de hierro).

En cuanto al gui¨®n, s¨®lo dos peque?as pegas: se echa en falta algo m¨¢s de informaci¨®n sobre el pasado del joven (un polaco que no habla ni entiende ingl¨¦s) y se tarda demasiado en hacer referencia a la pertinente denuncia a las autoridades de la desaparici¨®n del n¨¢ufrago. Sin embargo, hablamos de detalles menores en comparaci¨®n con la preciosa imagen de estas dos ancianas en plena observaci¨®n de su criatura reci¨¦n aterrizada. Un personaje que para ellas es como Blancanieves para los siete enanitos, una maravillosa novedad en unas aburridas vidas a las que tambi¨¦n terminar¨¢ afectando una problem¨¢tica desconocida interpretada por Natascha McElhone: "la bruja del cuento", seg¨²n el personaje de Judi Dench. Dance remata su f¨¢bula de forma excelente con un desenlace sin concesiones.