El 'panzer' chileno entra en el organismo
El ministro del Interior, 'mano derecha' del presidente Ricardo Lagos, es reconocido por actuar con rapidez y contundencia
La prensa ha bautizado como el panzer al ministro del Interior chileno Jos¨¦ Miguel Insulza, ahora nuevo secretario general electo de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), por su estilo avasallador, peso pol¨ªtico, y capacidad de avanzar con rapidez y contundencia, sorprendiendo a sus oponentes en las batallas que emprende, como lo hac¨ªan los blindados de la Werchmacht alemana. Cuando empez¨® su campa?a para encabezar una renovaci¨®n de la desgastada OEA, a la que se opuso Estados Unidos, que aporta la mayor parte del presupuesto de esta organizaci¨®n continental; muchos creyeron que Insulza, de 61 a?os, iba a perder la partida.
Pero el panzer se impuso, con 31 votos de 34 posibles, en la segunda ronda de votaciones de la semana pasada, despu¨¦s de que el ministro de Exteriores mexicano, Luis Derbez, retirara su candidatura y EE UU accediera a apoyar a Insulza, a pesar de que ¨¦ste tambi¨¦n ten¨ªa el voto del venezolano Hugo Ch¨¢vez. La victoria dej¨® heridos y tuvo costes, pero Insulza, que ya prepara sus maletas para partir a Washington, es un hombre curtido. El presidente Ricardo Lagos, que se comprometi¨® a fondo en la campa?a, deber¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas reemplazar a Insulza, su brazo derecho.
Abogado, con una maestr¨ªa en Ciencias Pol¨ªticas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y estudios en la Universidad de Michigan, Insulza es un luchador apasionado, comprometido con su tiempo, amante del f¨²tbol, con sentido del humor, emotivo y bonach¨®n. Pol¨ªticamente, emigr¨® del centro a la izquierda moderada, desde sus a?os de dirigente universitario en la Democracia Cristiana a las filas del Movimiento de Acci¨®n Popular Unitaria (MAPU), que se integr¨® en el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973), y despu¨¦s, al Partido Socialista. Asesor de la canciller¨ªa, director de la Academia Diplom¨¢tica y acad¨¦mico, salt¨® a la fama como panelista mordaz y brillante en un programa de debate en televisi¨®n que fue muy popular. Desde esa tribuna defend¨ªa a la Unidad Popular.
Permaneci¨® en el exilio durante casi toda la dictadura (1973-1990), y se convirti¨® en uno de los dirigentes de la resistencia chilena contra el r¨¦gimen de Pinochet, primero en Italia y despu¨¦s en M¨¦xico, pa¨ªs al que considera su segunda patria y donde conoci¨® a su actual esposa, Georgina N¨²?ez. Su estad¨ªa en Europa contribuy¨® a llevarlo a las filas de la renovaci¨®n del Partido Socialista.
Regres¨® en 1988 y en el primer gobierno democr¨¢tico se afinc¨® en la canciller¨ªa. Despu¨¦s, siendo ministro de Exteriores del Gobierno de Eduardo Frei (1994-2000), debi¨® encabezar la que ha sido la m¨¢s dif¨ªcil misi¨®n que le ha correspondido: traer de regreso al pa¨ªs al ex dictador Augusto Pinochet, detenido en 1998 en Londres por orden del juez Baltasar Garz¨®n, y evitar que fuera extraditado a Espa?a. Esto significaba traer a Chile a quien en la dictadura le hab¨ªa negado permiso de ingreso al funeral de su padre y hab¨ªa ordenado matar y torturar a tantos de sus amigos. Pero Insulza puso primero la misi¨®n de Estado, creyendo que Pinochet deb¨ªa ser juzgado en Chile, enfrentando las incomprensiones y el rechazo que provoc¨® la cuesti¨®n.
Esta actitud de poner primero el deber con el Estado le granje¨® respeto en la mayor parte del espectro pol¨ªtico, que apoy¨® su campa?a para la OEA. Ahora deber¨¢ poner en juego todo su capital pol¨ªtico para intentar reflotar esta organizaci¨®n, algo que muchos creen que no es posible. Sus primeras declaraciones en Washington, al se?alar cuando fue elegido que se preocupar¨ªa por la democracia en Cuba, provocaron que Fidel Castro reaccionara acus¨¢ndolo de "bobito", aunque despu¨¦s el l¨ªder cubano moder¨® sus cr¨ªticas. Insulza prefiri¨® no replicar.
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