El Teatro C¨¢novas de M¨¢laga rescata con 'Woyzeck' la crudeza de la locura
Josef Nadj dirige al Centro Coreogr¨¢fico Nacional de Orleans
La espontaneidad y sentimientos sin enmascarar caracterizan a los locos. Un mundo descarnado, dulce y cruel, donde la energ¨ªa se desboca y los torturadores y torturados se confunden. Ese universo es el que el core¨®grafo franc¨¦s Josef Nadj recrea en el Woyzeck de B¨¹chner con una mezcla de danza, mimo y teatro. El Centro Coreogr¨¢fico Nacional de Orleans la pondr¨¢ en escena hoy y ma?ana en el Teatro C¨¢novas de M¨¢laga.
El lado maldito de seis personajes en¨¦rgicos en busca de un dios menor. La interpretaci¨®n que Josef Nadj hace del Woyzeck, del dramaturgo alem¨¢n Georg B¨¹chner (1813-1837), pone sobre las tablas las terribles emociones de unos personajes que a trav¨¦s de la expresi¨®n corporal chapotean en el charco del dolor.
Nadj lleva representando Woyzeck o un boceto del v¨¦rtigo once a?os, entre otros montajes, y dice que no se cansa. Despu¨¦s del pasado fin de semana en Granada, hoy es el turno del Teatro C¨¢novas de M¨¢laga y las intenciones las mantiene intactas: "Sigo pretendiendo hacer un cuadro grotesco del hombre contra su propia visi¨®n del mundo, una obra tragic¨®mica". A lo largo de estos a?os sus actores han vigilado de cerca gente encerrada en psiqui¨¢tricos para rescatar la crudeza de la locura. Sobre el escenario, Nadj manipula lo grotesco a su gusto y el espacio "ser¨¢ reducido, una especie de jaula, y primar¨¢ la intensidad en los detalles", adelant¨®.
La historia de este Woyzeck es un drama donde las trayectorias y las acciones de cinco hombres y una mujer, alternativamente torturadores y torturados, se combinan a pesar de que la locura les ha vuelto totalmente indiferentes frente a la vida. A pesar de esta indiferencia, se muestran activos y desarrollan una particular forma de danza entre el mimo y el teatro corporal.
El autor, de origen yugoslavo, plante¨® la obra a partir del asedio que padec¨ªa Sarajevo a principios de los a?os noventa para transformar el pesimismo en sarcasmo. El protagonista, Woyzeck, es un soldado miserable explotado por todos, y por tanto el espacio creado es para Nadj "una reflexi¨®n sobre c¨®mo la gente entra en ese ajuste de cuentas que condiciona la raz¨®n".
Para evitar que el drama resulte demasiado sesudo, Nadj ha optado por una visi¨®n filos¨®fica pero pueril de la obra: "He adoptado el punto de vista de un ni?o que mira el cruel mundo de los adultos como un espect¨¢culo de marionetas en una feria. Al mismo tiempo intenta desvelar los hilos de nuestra existencia".
La denuncia de la guerra est¨¢ presente durante toda la representaci¨®n. Nadj sit¨²a un personaje atado a una silla que representa a las v¨ªctimas del conflicto y que permanece en el escenario incluso despu¨¦s de que la obra haya acabado. "He querido que esta imagen repercuta en la mente del espectador", dijo. Con m¨²sica de Aladar Racz, la obra requiere de los actores gran destreza y dinamismo. Son artistas h¨²ngaros, rumanos, y franceses, todos con formaci¨®n gimn¨¢stica para soportar unos desplazamientos "casi animalescos". Nadj es devoto en sus montajes de los espacios sombr¨ªos, cargados de materiales de reciclaje y acribillados de trampas por donde transitan como pueden sus actores-bailarines.
Este Woyzeck, cuenta su responsable, es un drama con celos e ira, y donde la dimensi¨®n psicol¨®gica de los personajes est¨¢ muy desarrollada en escena. Manifiesta una dureza tosca combinada con la ternura que destilan unos personajes dementes.
El Centro Coreogr¨¢fico Nacional de Orleans, tambi¨¦n a las ¨®rdenes de Nadj, se mudar¨¢ el pr¨®ximo fin de semana a Sevilla para representar los d¨ªas 13 y 14 la obra Comedia Tempio en el Teatro Central.
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