Los universitarios reclaman que se oiga su voz en el proceso de convergencia
Representantes de alumnos de Espa?a solicitan en Bilbao la creaci¨®n de un consejo nacional
La universidad espa?ola afronta la gran transformaci¨®n que requiere la creaci¨®n en 2010 del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior sin prestar atenci¨®n a la opini¨®n o a la posible aportaci¨®n de los alumnos. ?sta es la principal queja de los representantes de consejos de estudiantes de todo el pa¨ªs, que se han reunido estos d¨ªas en Bilbao para analizar el proceso de convergencia nacido de la Declaraci¨®n de Bolonia. A su juicio, resulta chocante que, por un lado, el nuevo sistema otorgue mayor protagonismo al alumno, y que, por otro, se quiera llevar a cabo sin contar con ¨¦l. "Se pretende poner al estudiante en el centro del proceso pero sin que participe en su dise?o y en su elaboraci¨®n. Nosotros queremos participar, no deseamos ser un objeto pasivo en este cambio, pero no se nos permite", critica Ra¨²l Gonz¨¢lez, secretario de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de la Universidad P¨²blica (CREUP).
"Si el modelo n¨®rdico ve al estudiante como un ciudadano; aqu¨ª, como a un ni?o"
Los estudiantes consideran que, si se les margina, esta nueva apuesta educativa se saldar¨¢ con un rotundo fracaso. "Si no se nos tiene en cuenta, lo que se cree ser¨¢ irreal", alerta Ra¨²l Gonz¨¢lez. Admiten que s¨ª se han mantenido contactos con pol¨ªticos y rectores sobre este asunto, pero dicen tener la impresi¨®n de que ha sido para cubrir el expediente. "En el modelo n¨®rdico, al estudiante se le ve como un ciudadano, en el central como un cliente y en el mediterr¨¢neo como un ni?o. Y as¨ª se nos sigue catalogando, como a ni?os".
No obstante, consideran "importantes y positivos" los avances recogidos en el proyecto de la convergencia de la educaci¨®n superior. En su opini¨®n, el ideal que propugna la declaraci¨®n de Bolonia es "bueno" y el fomento de la movilidad de alumnos y docentes que incluye lo definen como "fundamental". Sin embargo, se muestran esc¨¦pticos ante su aplicaci¨®n real. "Dentro de nuestro pa¨ªs la movilidad deber¨ªa ser total, pero es m¨ªnima. Si la mayor¨ªa de los estudiantes se quedan en la universidad de su lugar de origen cuando en teor¨ªa pueden ir a otro centro del pa¨ªs, ?c¨®mo se va a conseguir que se vayan a estudiar a otro pa¨ªs europeo?", se pregunta.
No es ¨¦ste el ¨²nico aspecto del proyecto sobre el que se extienden las dudas de los alumnos. As¨ª sucede con el paso del cr¨¦dito actual, basado en el n¨²mero de horas de clase magistral, al bautizado como cr¨¦dito europeo o ECTS, que se centra en el trabajo del estudiante. Seg¨²n los c¨¢lculos realizados sobre las propuestas actuales, los alumnos alertan de la excesiva carga de trabajo que puede recaer sobre ellos. "Se est¨¢ hablando de que con el ECTS, cada cr¨¦dito supondr¨¢ entre 25 y 30 horas. Si cada curso va a contar con 60 cr¨¦ditos y el a?o acad¨¦mico se mueve entre las 36 y 40 semanas, la media de horas de trabajo semanal supera las 43.
Carga de trabajo
Por tanto, el estudiante tendr¨¢ que dedicar m¨¢s horas de las que el profesor destina a su propia asignatura y desaparecer¨¢ tambi¨¦n toda actividad extraacad¨¦mica", explican Igor Ortego, presidente en funciones del consejo de estudiantes de la UPV, y Alex Val y Nerea Rojas, organizadores del congreso. Tambi¨¦n genera incertidumbre entre los alumnos el alcance de las modificaciones en el nuevo cat¨¢logo de titulaciones. "Todav¨ªa no se ha establecido el listado definitivo. Se ha hablado de psicopedagog¨ªa, las ingenier¨ªas t¨¦cnicas, algunas filolog¨ªas... pero a¨²n no hay nada fijo. El principal problema es la desinformaci¨®n acerca de los t¨ªtulos que se cambiar¨¢n o que no continuar¨¢n", indica Eduardo Angulo, del consejo de la Universidad de Cantabria.
Junto a las expectativas ante el futuro Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, los representantes estudiantiles reunidos en Bilbao han centrado sus trabajos en la posibilidad de contar con un Consejo Nacional de Estudiantes, un ¨®rgano que permita agrupar a las distintas organizaciones de alumnos, en la actualidad divididas en varias agrupaciones. Esta propuesta, que aparece recogida en la reforma a la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU) que ha dise?ado el Gobierno socialista, se observa con una combinaci¨®n de optimismo y recelo. "Puede ser algo positivo, porque los estudiantes contar¨ªan con una representaci¨®n a nivel nacional que podr¨ªa ejercer como interlocutor ante las instituciones. Sin embargo, si se controla desde el Gobierno, no nos interesa", afirma Angulo.
En cualquier caso, los estudiantes aseguran que ese consejo s¨®lo tendr¨¢ valor si se acaba con la alegalidad de los consejos de estudiantes, para los que no existe normativa conjunta o regulaci¨®n ¨²nica, lo que hace que no est¨¦n presentes en la mitad de las universidades espa?olas.
Una huelga sobre la mesa
El anuncio del equipo rectoral de la UPV de comenzar el curso que viene con la implantaci¨®n gradual y a trav¨¦s de proyectos piloto del nuevo sistema del cr¨¦dito europeo ha generado una fuerte contestaci¨®n por parte del consejo de estudiantes. A su juicio, no se disponen de los medios necesarios, no se ha informado de forma adecuada y no se han dado las garant¨ªas suficientes para que no se vea afectado el trabajo de los alumnos. Por ello, ma?ana se celebrar¨¢ una asamblea de los consejos de los distintos centros de la UPV y de otras asociaciones estudiantiles para discutir una posible convocatoria de huelga el 19 ¨® 20 de mayo contra estas medidas.
Seg¨²n el presidente en funciones del consejo de estudiantes, Igor Ortego, la huelga no se dirige contra el proceso de convergencia europea, sino contra una aplicaci¨®n deficiente que parte de una carencia de informaci¨®n y se materializa en una grave ausencia de infraestructuras adecuadas al nuevo m¨¦todo de estudio y trabajo. "La UPV no tiene el material adecuado para aplicar el cr¨¦dito europeo. No contamos con ordenadores suficientes, algunos centros no tienen aula de inform¨¢tica, el equipamiento audiovisual es muy limitado, tampoco se dispone de espacios para trabajar en grupo... Por ejemplo, en el campus de Leioa, con 16.000 estudiantes, s¨®lo hay un aula de estudio en grupo con capacidad para 100 personas", critica.
Pese a una posible huelga, Ortego prefiere evitar el enfrentamiento con el equipo rectoral. "Queremos participar, que se den garant¨ªas y medios para la aplicaci¨®n del sistema, y que se comprometan a suspender el proyecto piloto si no funciona", asegura.
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