Plazas duras, plazas morcillonas
Leo en EL PA?S un art¨ªculo de la presidenta del Instituto Catal¨¢n de la Mujer, Marta Selva, sobre el g¨¦nero de las ciudades. Lo escribe a prop¨®sito de unas jornadas que se han celebrado en Barcelona, llamadas Urbanisme i g¨¨nere; una visi¨® necess¨¤ria per a tothom. Seg¨²n ella, las ciudades "responden a unos papeles de hombres y mujeres, construidos a lo largo de la historia, que ya no se corresponden con la realidad". O sea que los arquitectos y arquitectas municipales han dise?ado ciudades sexistas. El razonamiento de la se?ora Selva es que hombres y mujeres tenemos "necesidades diferentes en cuanto a la planificaci¨®n y al uso del entorno", por lo que considera que hay que proyectar las ciudades "para todos los sexos, sin excluir a nadie". Vaya, hombre (con perd¨®n).
Ser¨ªa un detalle que desde hoy todos los hombres amantes de la igualdad nos cediesen los taxis a nosotras
Antes de leer el art¨ªculo, yo no ve¨ªa en las plazas, calles, edificios o pasos de cebra nada que me excluyera como mujer. Es cierto que los bancos de las plazas p¨²blicas son letales para un trasero turgente como el m¨ªo, pero tambi¨¦n es cierto que son igual de letales para el trasero viril que se sienta a mi lado. Por desgracia, las ¨²nicas mejoras que se me ocurren para que las ciudades no me excluyan son ego¨ªstas y rastreras. Por ejemplo: a mi me ir¨ªa bien que hubiese plazas de aparcamiento para mujeres el doble de grandes. Y que en los salones recreativos, al lado de la m¨¢quina que mide la virilidad, hubiese otra para medir la inteligencia emocional. Y que en los lavabos p¨²blicos se instalasen espejitos en el suelo, para que las mujeres pudi¨¦semos explorarnos la vulva, como tan bien nos aconseja Shere Hite. Pero no voy m¨¢s all¨¢.
Por eso agradezco el art¨ªculo de Marta Selva. Ella nos da datos sobre el sexismo de las urbes. Sin ir m¨¢s lejos, nos pone un ejemplo revelador. Dice: "Las mujeres todav¨ªa soportan la responsabilidad del cuidado de la familia, de las personas dependientes y de las enfermas. ?ste es un impedimento al que hay que a?adir la dispersi¨®n de los lugares de trabajo, comercio y servicios, la insuficiencia del transporte p¨²blico, los horarios comerciales, etc¨¦tera. Para evitar que los espacios que se utilizan a diario sean una barrera para disfrutar de iguales oportunidades es necesario prever en la planificaci¨®n y organizaci¨®n de pueblos y ciudades las nuevas necesidades de la vida actual, y en especial de las diferentes situaciones y necesidades de las mujeres".
Aleluya. Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con la presidenta del Instituto Catal¨¢n de la Mujer. Yo no lo habr¨ªa expresado mejor. Desde luego. Todo el mundo lo intu¨ªa, pero pocos valientes se atrev¨ªan a decirlo en voz alta: la insuficiencia de transporte p¨²blico y los horarios comerciales perjudican m¨¢s a las mujeres que a los hombres y nos impiden disfrutar de la igualdad de oportunidades. ?S¨ª! La dispersi¨®n de los puestos de trabajo tambi¨¦n nos afecta m¨¢s que a los hombres. Y tiene raz¨®n. Que no haya metro al lado de mi casa y que el s¨²per cierre a las nueve es m¨¢s molesto para m¨ª, que soy mujer, que para mi vecino el segurata, que es un hombre. ?C¨®mo hemos podido estar tan ciegas?
Por tanto, amigas, exijamos soluciones. Y exijamos que se pongan en marcha inmediatamente. Propongo que el Ayuntamiento flete una l¨ªnea de autobuses s¨®lo para mujeres. De este modo, nuestras especiales necesidades de transporte quedar¨ªan resueltas. Y tambi¨¦n ser¨ªa un detalle que, a partir de hoy, todos los hombres amantes de la igualdad y a favor de la no discriminaci¨®n nos cediesen los taxis a nosotras. Sobre todo los s¨¢bados entre las cuatro y las cinco de la madrugada, horas en las que una mujer nota especialmente los rigores de la discriminaci¨®n.
moliner.empar@gmail.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.