Viena expone la reivindicaci¨®n er¨®tica de su arte de fin de siglo
Se muestran obras de Klimt a Kokoschka
La verdad desnuda, un cuadro de Gustav Klimt, ha dado t¨ªtulo a una exposici¨®n en la Fundaci¨®n Leopold de Viena, que presenta m¨¢s de 180 obras de los artistas de la Viena de fin de siglo que causaban esc¨¢ndalo al ser considerados obscenos. La muestra permanecer¨¢ abierta hasta el 22 de agosto.
El lienzo La verdad desnuda representa a una pelirroja desnuda y sonriente que lleva un espejo en la mano, girado en direcci¨®n de quien la mire, para reflejo y reflexi¨®n del p¨²blico. En un recuadro dorado se lee una frase de Friedrich Schiller que dice: "Con tus actos y tu arte no puedes complacer a todos. Haz honor a unos pocos. Gustar a muchos es malo". Con este icono, Klimt quiso responder a quienes pretend¨ªan amordazar su arte y el de sus contempor¨¢neos. Klimt, l¨ªder y fundador del movimiento aut¨®nomo modernista Secession en 1897, fue un tenaz defensor de la libertad del arte. Era el retratista m¨¢s mimado por la burgues¨ªa acaudalada y el m¨¢s cotizado de su tiempo, pero no por ello fue complaciente con las corrientes convencionales ni cambi¨® de rumbo cuando lo criticaban por "violar los ideales de belleza".
Entre sus contempor¨¢neos era Egon Schiele sin duda el m¨¢s expl¨ªcito en temas er¨®ticos. En 1912 fue encarcelado por tres semanas, acusado de perversi¨®n sexual. Aunque no hubo prueba alguna de su supuesta pedofilia, bast¨® la constante visita de menores de edad que iban a posar en su taller y la existencia de retratos de ni?as desnudas para que lo condenaran por "difusi¨®n de dibujos indecentes". A¨²n hoy, un siglo m¨¢s tarde, en medios de comunicaci¨®n de amplio alcance resultar¨ªa dif¨ªcil reproducir muchos de los cuadros de Schiele que muestran a ni?as y mujeres masturb¨¢ndose con todo lujo de detalles, o las im¨¢genes de desnudos con los genitales al rojo vivo, o el cuadro de una pareja de un cura y una monja haci¨¦ndose cari?os.
Al mismo tiempo que Sigmund Freud y sus disc¨ªpulos empezaban a escarbar en el subconsciente para explicar las complicaciones de la represi¨®n sexual, y mientras literatos como Stefan Zweig o Arthur Schnitzler relataban las desventuras de las v¨ªctimas de la hipocres¨ªa reinante, la vanguardia de artistas pl¨¢sticos contribu¨ªa tambi¨¦n a romper los tab¨²es en el ocaso del imperio austroh¨²ngaro.
La exposici¨®n resume lo que hoy puede verse como una especie de "destape" en el par¨¦ntesis de principios del siglo XX hasta el periodo de entreguerras. Se destaca al pintor Anton Kolig, que no hac¨ªa caso a los tab¨²es contra la homosexualidad al representar el desnudo masculino como objeto del deseo. Tambi¨¦n hay una sala dedicada al pionero de la arquitectura moderna, Adolf Loos (1970-1933), al que los cr¨ªticos tachaban de nihilista porque no adornaba sus edificios con ornamentos in¨²tiles. Loos dejaba la construcci¨®n "al desnudo". En otra sala se ven cuadros del expresionista Oskar Kokoschka, en los que el pintor desvela a ojos de todos la desesperada pasi¨®n que vivi¨® con Alma Mahler. Ambos se vieron obligados a huir al exilio cuando llegaron los nazis. Resulta algo incomprensible que la exposici¨®n no haga ni una menci¨®n de la censura devastadora del III Reich, que llev¨® a la aniquilaci¨®n en Viena de aquellas corrientes desveladoras del arte.
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