Blair no quiere gamberros
El primer ministro brit¨¢nico emprende una campa?a para inculcar valores de respeto al ciudadano
Respetar a los dem¨¢s es el nuevo lema de Tony Blair. El primer ministro brit¨¢nico, que a¨²n se recupera de una agridulce victoria electoral, quiere centrar su cuarta legislatura en inculcar respeto entre sus conciudadanos. Como primer paso, ha lanzado una cruzada contra el gamberrismo juvenil, las borracheras del fin de semana y otras variantes de comportamiento antisocial. Responde as¨ª, seg¨²n dijo esta semana, a las muchas protestas que escuch¨® del electorado, mientras hac¨ªa campa?a por renovar la hegemon¨ªa pol¨ªtica del Partido Laborista en el Reino Unido.
"El respeto hacia los dem¨¢s es un anhelo moderno tanto como tradicional. La gente quiere una sociedad menos deferente. Quiere una sociedad libre de los viejos prejuicios. Pero una p¨¦rdida de deferencia es muy diferente a la p¨¦rdida de respeto hacia los dem¨¢s", se?al¨®. El primer ministro comprende que la ciudadan¨ªa "est¨¦ harta" de los matones desafiantes que acosan al ciudadano desde las esquinas de los barrios menos pr¨®speros, de las gamberradas de pandillas de j¨®venes y ni?os, de las pintadas y desorden callejero, de los borrachos incontrolados que arruinan la convivencia ciudadana. "Es obra de una peque?a minor¨ªa que asusta y enfurece a la mayor¨ªa", advirti¨®.
Contra los elementos antisociales, Blair dirigir¨¢ su nuevo programa de Gobierno. Esboz¨® algunas medidas enfocadas a asegurar que los menores no puedan adquirir navajas y cuchillos, a detectar el consumo de drogas entre los detenidos por la polic¨ªa y a restringir la libertad de movimiento de los maleantes. Pero el ¨¦xito de su cruzada necesita un cambio de actitud de los padres de familia, a los que culpa de la mala conducta de sus hijos.
"Algunos ni?os crecen sin una adecuada atenci¨®n de sus padres, sin un sentido de la disciplina en el ¨¢mbito familiar", critic¨® el presidente. "En la campa?a electoral, escuch¨¦ en demasiadas ocasiones decir a la gente que se ha perdido el respeto en las aulas, en las esquinas de nuestras calles", record¨® el primer ministro. Y a?adi¨®: "Yo no puedo resolver todos estos problemas. Puedo abrir el debate y legislar. Lo que no puedo es educar a los hijos de los dem¨¢s".
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