La calle fue tan azulgrana como el estadio

La imagen remiti¨® al 1 de agosto, a las 10 de la ma?ana. A ese momento en que miles de consumidores voraces esperan, ansiosos, a que los grandes almacenes abran sus puertas para salir en la foto y ser los primeros en cazar una pieza en las rebajas. Con la misma ansiedad, a las 18.30 de ayer, miles de aficionados se agolpaban en las diferentes puertas que dan acceso al Camp Nou para ser los primeros en entrar al estadio y asegurarse una buena localidad. No quer¨ªan perderse una de las mayores celebraciones que ha protagonizado Barcelona en los ¨²ltimos a?os, y echaron a correr, en estampida, cuando, media hora m¨¢s tarde, se abrieron los portalones. Padres con hijos, abuelos, grupos de j¨®venes... en menos de cinco minutos ya hab¨ªan coloreado el Camp Nou. Eran los mismos que, momentos antes llenaban las calles que rodean el estadio, vitoreando la salida de los autocares que trasladaban a los campeones.

Hac¨ªa tiempo, mucho tiempo, que Barcelona no se lanzaba a una celebraci¨®n de ese modo, tan masiva, tan euf¨®rica. Las calles, te?idas de azulgrana, recordaron a aquella noche de 1992, cuando el Bar?a conquist¨® su Copa de Europa. Pero, a decir de muchos, lo de ayer y el s¨¢bado fue a¨²n superior. Demasiada tensi¨®n -y sequ¨ªa- acumulada en los ¨²ltimos a?os como para no celebrarlo a lo grande, como para no dar rienda suelta al j¨²bilo.

El mismo que denotaron los jugadores del Bar?a cuando, con puntualidad brit¨¢nica, a las 18.00, se encaramaron al autocar descapotable que deb¨ªa pasearlos por la ciudad, tocados con banderas azulgranas, senyeres y bufandas. Videoc¨¢mara y copa de cava en mano, se dispusieron a hacer un paseo triunfal, al grito de "?campeones, campeones!". En la parte delantera, se situ¨® el clan brasile?o: Ronaldinho, Belletti, Deco, Silvinho, y tambi¨¦n el camerun¨¦s Eto'o. En la parte trasera, cerrando la comitiva, el grupo catal¨¢n. Xavi, Puyol, Dami¨¤, animaban con bailes y c¨¢nticos el cotarro. En la planta de abajo, m¨¢s discreto, se situ¨® el cuerpo t¨¦cnico del Bar?a.

Seguidos por otros dos autocares descapotables -uno trasladaba una banda de m¨²sica que no ces¨® de interpretar el himno azulgrana y en el otro se desplazaba la plantilla de balonmano del Bar?a, campeona de Europa, hace una semana-, iniciaron su ruta hacia el centro de la ciudad. No hab¨ªan salido a¨²n del Camp Nou cuando comprobaron lo que les esperaba. A duras penas, el cord¨®n de seguridad formado por un centenar de agentes, lograba apartar a los enfervorecidos aficionados azulgrana, para dar paso a la comitiva.

Vestidos con camisetas del Bar?a, tocados con gorras y bufandas azulgrana, portando banderas y pancartas, miles de seguidores quisieron repetir las escenas que ya, en la madrugada del s¨¢bado, se vivieron en Barcelona. El recibimiento que la plantilla tuvo en El Prat fue un preludio de lo que ayer se vio en las calles barcelonesas y en el Camp Nou. Cuando, rondando las cuatro de la madrugada, la plantilla aterriz¨® en el aeropuerto barcelon¨¦s no pudo sino sorprenderse ante los 12.000 aficionados que, esperaban a los campeones para ser los primeros en compartir la celebraci¨®n. Mientras, en la m¨ªtica fuente de Canaletas, en La Rambla, 40.000 aficionados repet¨ªan escenas que sonaban a viejas.

Ayer, las autoridades se vieron incapaces de ofrecer una cifra. Imposible contar cu¨¢nta gente se hab¨ªa lanzado a la calle o asomado a los balcones. "Esto es espectacular. Nunca hab¨ªa visto nada igual", dec¨ªa ?scar, un joven colombiano que, junto a sus amigos, se hab¨ªa desplazado desde Terrassa para participar de la celebraci¨®n. "Llevo s¨®lo un a?o aqu¨ª y ya he podido celebrar un t¨ªtulo; es fant¨¢stico", prosegu¨ªa mientras se dispon¨ªa a seguir, a pie, al autocar azulgrana. Muchos fueron los seguidores que optaron por esa opci¨®n. Hab¨ªa tanta gente en la calle, el autocar se desplazaba tan lento que, en los primeros kil¨®metros, resultaba f¨¢cil seguirlo a pie. O en moto. O en un viejo 600 azul y grana. Los padres arrastraban a sus hijos peque?os. Los j¨®venes corr¨ªan. Y los abuelos se las apa?aban como pod¨ªan. "Toda la vida he sido del Bar?a y lo ser¨¦ hasta que me muera", dec¨ªa uno que, pese a las dificultades motrices, no quiso perderse la celebraci¨®n.

Y as¨ª, mientras el autocar de los campeones alcanzaba la Plaza Catalunya, punto neur¨¢lgico del recorrido -la polic¨ªa tuvo problemas para contener a los miles de seguidores que se agolparon all¨ª-, las gradas del Camp Nou se iban llenando y animando. "?Aquest any s¨ª! 17 lligues", rezaba el marcador, mientras la afici¨®n hac¨ªa la ola, se arrancaba con un "?campeones, campeones!" y diferentes bandas de m¨²sica amenizaban la espera. Hasta que Joan Manuel Serrat, con su voz rota, enton¨® el himno del Bar?a y el Camp Nou enloqueci¨®. Saltaron despu¨¦s los campeones al c¨¦sped en el que tantas veces, esta temporada, han homenajeado a la afici¨®n y ayer ¨¦sta les retribuy¨®. "Mejor imposible", dijo Ronaldinho, para resumir un d¨ªa en el que el orgullo de ser del Bar?a tom¨® la ciudad.