"No le tengo miedo al voto del miedo"
El candidato socialista a la presidencia de la Xunta de Galicia, Emilio P¨¦rez Touri?o, concedi¨® esta entrevista el pasado lunes, relajado y confiado en sus posibilidades, en su casa de las afueras de Santiago de Compostela.
Pregunta. Si nos fiamos de lo que dicen las encuestas, usted puede ser el pr¨®ximo presidente de la Xunta de Galicia. Pero todav¨ªa hay mucho indeciso y no s¨¦ si usted las tiene todas consigo.
Respuesta. La verdad es que yo me f¨ªo m¨¢s de mi intuici¨®n que de las encuestas, no soy un hombre de laboratorio. Creo sinceramente que en Galicia estamos viviendo el final de un ciclo pol¨ªtico porque se dan todas las circunstancias: el final de un liderazgo, la quiebra interna de la unidad del PP gallego, la emergencia de una alternativa.
"Fraga ha hecho cosas importantes en Galicia, pero su proyecto pol¨ªtico est¨¢ acabado"
"Creo que el BNG no va a poner condiciones imposibles, pero no aceptar¨ªa chantajes"
P. Pero Fraga es, todav¨ªa, un hueso duro de roer, y la campa?a puede ser decisiva. Me sorprende que no se tome usted ninguna cautela...
R. Sin duda que la campa?a va a ser decisiva y nada est¨¢ asegurado de antemano, que la victoria hay que merec¨¦rsela. Pero s¨ª que puedo percibir un deseo de cambio mayoritario que se expresa ya en un 65% de ciudadanos que desean un cambio y en m¨¢s de un 65% que cree que Fraga perjudica a Galicia si permanece en el Gobierno cuatro a?os m¨¢s.
P. Pero ?no me dec¨ªa que no cree en las encuestas?
R. Es que... Bueno... Yo me estoy refiriendo a una realidad transversal en la que est¨¢n participando, no solo votantes socialistas o progresistas, o nacionalistas, sino tambi¨¦n muchos y muchos votantes del PP. Es cierto que el PP tiene todav¨ªa una hegemon¨ªa y una fortaleza importante, electoralmente, sociol¨®gicamente, es cierto que no es un partido d¨¦bil. El propio Fraga dijo en una entrevista con usted que se presentaba como candidato como un tap¨®n para que no estallara la crisis interna de su partido...
P. La cuesti¨®n es que, para poder gobernar, usted necesita al Bloque... desesperadamente. Me le imagino rezando por las noches para que los nacionalistas no se le hundan...
R. Mire, lo que yo creo es que el cambio en Galicia no ser¨ªa posible sin que previamente se estableciera, con claridad, algo que los ciudadanos necesitaban saber: que existe la seguridad, la garant¨ªa, de que la presidencia del pa¨ªs, el liderazgo del cambio se dirime, b¨¢sicamente, entre dos gobiernos y dos presidentes: un presidente del PP y un presidente del partido socialista. Eso es as¨ª, tan claramente, que usted me est¨¢ interrogando sobre la debilidad de la otra pata... Pero yo creo que el voto nacionalista es un voto estable y que no depende ni de los liderazgos ni del momento extra?o y dif¨ªcil por el que atraviesa el BNG. Creo que el BNG va cumplir su papel y que va a recoger el voto de una parte del electorado que es nacionalista. Pero le dir¨¦ claramente que yo no veo al BNG sumergido en una crisis que le lleve a convertirse en una fuerza residual, no me preocupa la expectativa electoral del BNG.
P. En cualquier caso Zapatero ha escenificado, con m¨¢s claridad que usted, la l¨®gica de una complicidad con el Bloque que usted se resiste a verbalizar. Le ha pinchado a usted la estrategia de la indefinici¨®n que tanto cuida, no s¨¦ por qu¨¦.
R. Zapatero ha hecho una oferta de colaboraci¨®n al BNG de cara al futuro que es la misma que hacemos los socialistas gallegos. Nosotros queremos ser el referente esencial del cambio y lo vamos a ser. Si nuestro Gobierno tiene que tener, o no, que lo tendr¨¢, la pata del apoyo nacionalista, de la coalici¨®n o no coalici¨®n...
P. Ya se ve con claridad que es usted socialista pero, sobre todo gallego, se?or Touri?o.
R. Lo que le quiero decir es que lo que tenga que pasar lo decidir¨¢n los ciudadanos gallegos. Pero mi ambici¨®n es presentarme con un proyecto libre y sin ataduras. Las coaliciones se hacen despu¨¦s, no antes de las elecciones, pero no lo quepa duda de que yo estar¨¦ dispuesto a hacer lo necesario para que haya un gobierno de cambio en Galicia que solo puede venir del partido socialista y del BNG. Lo importante es que habr¨¢ cambio, que Fraga ya no gobernar¨¢ este pa¨ªs.
P. Por cierto... Me gustar¨ªa saber si usted cree que arriesga alg¨²n voto decisivo reconociendo que Fraga, a su manera, ha colocado a Galicia en el mapa.
R. No creo que arriesgue ning¨²n voto reconociendo lo que Fraga ha hecho por Galicia. Creo que ha representado con dignidad a Galicia, ha consolidado y estabilizado la autonom¨ªa y no me duelen prendas en reconocer sus m¨¦ritos aunque en mi partido me lo reprochan muchas veces. Pienso que Fraga logr¨® el reconocimiento y el avance de Galicia, con la ayuda de los fondos europeos en una primera etapa de su gobierno que fue buena, pero hizo un cambio de claro retroceso a partir de la crisis de las vacas locas; adem¨¢s se le fueron las cosas de la mano, perdi¨® el liderazgo interno y se hizo patente su dependencia de Madrid.
P. Pero no deja de ser un tanto pobre que lo ¨²nico que se le ocurra decir de Fraga, hasta esta entrevista, es que est¨¢ viejo ?no?
R. Pues le dir¨¦ que lo que realmente me pasa es que cuando viajo por Galicia, para hablar de la modernidad y del futuro de este pa¨ªs, me olvido del se?or Fraga. Porque creo que ya s¨®lo es un freno para el futuro al que tenemos derecho. Pienso sinceramente que Galicia est¨¢ perdiendo el tren de la industrializaci¨®n y de la tecnolog¨ªa, aunque se hayan hecho cosas buenas, pero tambi¨¦n le digo que yo no pienso hacer tabla rasa, que no le voy a dar la vuelta a la tortilla y tampoco mirar hacia atr¨¢s. Los socialistas queremos construir a partir de lo que tenemos que, por cierto es mucho, sin duda, y en ese mucho hay un nombre y un apellido, que es Manuel Fraga Iribarne. Pero todo en la vida tiene un final y un principio.
P. No s¨¦ si est¨¢ usted dispuesto a admitir que, despu¨¦s de tan larga traves¨ªa del desierto y de las dificultades con las que ha tenido que enfrentarse su partido y su propio liderazgo, digamos que "el ¨¦xito ha sorprendido a la propia empresa", ?no?
R. Pues...la verdad es que a m¨ª me resulta muy dif¨ªcil verlo as¨ª, como usted lo plantea. Yo asum¨ª el liderazgo de mi partido en 1989 y, en aquel momento, efectivamente, lo que usted dice es verdad... porque entonces el partido estaba mal. Pero desde entonces lo que he conseguido, con la ayuda de mucha gente, es darle un vuelco radical a la situaci¨®n y hemos ido ganando en apoyo y consolidaci¨®n elecci¨®n tras elecci¨®n. Sin duda nuestra opci¨®n se ha visto reforzada con el triunfo electoral del l4 de marzo y con la magn¨ªfica sinton¨ªa que tengo con el presidente Zapatero. Creo que todo eso ayuda a que nuestra situaci¨®n sorprenda a propios y extra?os ... Yo s¨¦ que hab¨ªa mucha gente dentro de nuestro propio partido que realmente confiaba poco en que pudi¨¦ramos superar los tiempos de crisis, de que esta opci¨®n de gobernar que tenemos ahora fuera posible.
P. Pero usted debe saber, mejor que nadie, que su propio liderazgo ha estado puesto en cuesti¨®n en su partido, que desde Madrid hubo momentos de duda sobre sus posibilidades como l¨ªder del PSdeG...
R. Pues yo no he tenido nunca conciencia de esa situaci¨®n que usted me sugiere, se lo digo sinceramente. Adem¨¢s, yo cog¨ª el partido con 13 diputados y lo coloqu¨¦ en l7 y nunca he sentido sensaci¨®n de fracaso. Yo fui consciente de que era imprescindible invertir la correlaci¨®n de fuerzas con el BNG y lo consegu¨ª, y estoy seguro de que sin eso no hubiera sido posible el cambio que vamos a conseguir en Galicia. Y le dir¨¦ que nunca he ca¨ªdo en el des¨¢nimo, siempre he cre¨ªdo en el alma sana de mi pa¨ªs gallego, aunque a lo mejor otros no... La verdad es que se cometieron errores graves en otras etapas pero de eso no me toc¨® responder a m¨ª.
P. Ustedes parecen tener aseguradas las ciudades, el voto ilustrado de la gente harta de que gobierne la derecha. Pero no se olvide de la Galicia rural donde el PP puede movilizar el voto m¨¢s conservador... ?No le tiene miedo al voto del miedo?
R. Desde luego es cierto que todo va a depender de la capacidad de movilizaci¨®n de la Galicia urbana, de la Galicia moderna. El cambio va estar en manos de las ciudades y de la gente joven. En cuanto al voto del miedo... es evidente que todav¨ªa existe en Galicia una componente de un voto que est¨¢ muy condicionado por la dependencia, por las ayudas que fluyen desde la Administraci¨®n, con la colocaci¨®n del hijo, con la red clientelar... Pero sinceramente no le tengo miedo al voto del miedo.
P. ?Le molesta que se diga que las elecciones se las va a ganar a usted Zapatero?
R. Tengo el convencimiento de que eso nunca puede ser as¨ª. Las elecciones gallegas las van a decidir los gallegos en clave de Galicia. Pero es indudable que el flujo de cambio que se desprende de la pol¨ªtica que est¨¢ haciendo Zapatero, de su personalidad, influir¨¢ notablemente, eso no lo voy a negar. Por mi parte no hay celos ni recelos con Zapatero, pero aqu¨ª va a ganar el mejor candidato. Y, bueno, creo que Fraga se ha equivocado irremediablemente cuando intenta apelar al victimismo y al peligro de no s¨¦ qu¨¦ desmembramiento de Espa?a en lugar de competir conmigo.
P. Ahora que no nos oye nadie, le dir¨¦ que lo del desmembramiento de Espa?a a lo mejor tiene algo que ver con sus amistades peligrosas con el BNG, con la sombra del tripartito... ?Qu¨¦ har¨ªa usted si Anxo Quintana le pide la luna que Maragall y ERC le piden a Zapatero, o quisiera poner patas arriba la estructura econ¨®mica de Galicia?
R. Yo no contemplo ni remotamente la hip¨®tesis de un conflicto de esa naturaleza pero creo que, en cualquier caso, las reglas del juego en las que nos movemos est¨¢n muy claras. Por lo dem¨¢s, en Galicia no existe una cuesti¨®n territorial que nos divida, aqu¨ª no se dan ese tipo de posiciones dentro del nacionalismo democr¨¢tico y yo estoy seguro de que el BNG no me va a pedir la luna a cambio de apoyar mi Gobierno. ?ste es un pa¨ªs que no tiene problemas de identidad. Creo que el BNG no me va a poner condiciones inaceptables. No aceptar¨ªa ning¨²n chantaje si los nacionalistas me exigieran lo imposible, que no me van a pedir la luna, ni la de Maragall, ni ninguna otra. Pero no me mantendr¨¦ en el poder ni un minuto a cambio de mis principios.
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