La CMT tiene el encargo de velar por la competencia en telecomunicaciones con el palo y la zanahoria
Basa la liberalizaci¨®n del mercado en una pol¨ªtica de 'discriminaci¨®n positiva' de los operadores no dominantes
"No estamos aqu¨ª para que nos quieran". Es una frase que se le oy¨® pronunciar a menudo a Jos¨¦ Mar¨ªa V¨¢zquez Quintana, quien fuera el primer presidente de la Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Ven¨ªa a decir que no hay mejor garant¨ªa de que existe un ¨¢rbitro neutral que la de que ni Telef¨®nica ni los nuevos operadores alternativos estuvieran contentos con el regulador. La frase resume las fricciones que acompa?an el devenir del organismo que hace de ¨¢rbitro en un sector abierto a la competencia hace menos de una d¨¦cada.
La CMT, que acaba de estrenar su tercer presidente con el nombramiento de Reynaldo Rodr¨ªguez tras el truncado mandato de Carlos Bustelo, se cre¨® con el Real Decreto de junio de 1996 que liberalizaba las telecomunicaciones en Espa?a y que consagraba los principios de "libre competencia, transparencia e igualdad de trato". Eso es lo que debe hacer la CMT: velar para que estos principios se apliquen en un mercado que hasta finales de los noventa s¨®lo conoc¨ªa el monopolio de Telef¨®nica. En 1997, el ¨¢mbito de actuaci¨®n de la CMT, que esencialmente se expresa a trav¨¦s de circulares con fuerza legal y, por tanto, de obligado cumplimiento, se extendi¨® a los servicios audioviduales. ?C¨®mo se concreta la tarea de un organismo regulador para garantizar la competencia? La CMT lo ha intentado a trav¨¦s de varios instrumentos.
De instrumentos y multas
Entre los m¨¢s destacables, figuran la llamada Oferta de Interconexi¨®n de Referencia (el regulador debe aprobar en qu¨¦ puntos y con qu¨¦ costes Telef¨®nica permite a sus rivales acceder a su propia red), la portabilidad de la numeraci¨®n (conseguir que los usuarios puedan cambiar de compa?¨ªa sin perder el n¨²mero de tel¨¦fono que ten¨ªan), la preselecci¨®n o preasignaci¨®n (permitir al usuario que opte por un operador alternativo sin tener que marcar antes un c¨®digo o prefijo) o la desagregaci¨®n del bucle local (la CMT vigila en qu¨¦ condiciones t¨¦cnicas y a qu¨¦ precio Telef¨®nica permite a las empresas rivales utilizar el ¨²ltimo tramo de su red, el que llega a la casa del usuario).
Garantizar que la competencia funcione ha supuesto aplicar una pol¨ªtica de discriminaci¨®n positiva hacia los operadores alternativos a Telef¨®nica "hasta que ¨¦stos tengan suficiente robustez". Una etapa que, para V¨¢zquez Quintana, "a¨²n no ha pasado". A la espera de los datos de 2004, Telef¨®nica contin¨²a controlando, por ingresos, m¨¢s de dos tercios del mercado (sin telefon¨ªa m¨®vil).
El paso del monopolio a la competencia ha comportado una larga lista de sanciones a Telef¨®nica. Al margen de multas de otros organismos, entre las impuestas por la CMT destaca la aprobada en 2002 por los descuentos a los grupos cerrados de usuarios, que ascendi¨® a 18 millones. En 2003 se reforz¨® la capacidad coercitiva de la CMT, que ya tiene un cuerpo propio de inspectores y puede sancionar incluso a los representantes legales y directivos de los operadores.
Independencia
"En una primera fase, hab¨ªa que ocuparse m¨¢s de crear un marco normativo, pero en estos ¨²ltimos a?os la CMT hace m¨¢s de polic¨ªa", explica Antoni Elias, miembro del consejo de un regulador adscrito al antiguo Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa (hoy Industria), y que siempre se ha mostrado orgulloso de su independencia.
Esta independencia deb¨ªa asegurarse para no frustrar el posible inter¨¦s de los operadores extranjeros por el mercado espa?ol. A ra¨ªz del traslado de la CMT a Barcelona, el Gobierno ha ce?ido la independencia del regulador a su actuaci¨®n sobre lo que ocurre en el mercado, pero no a los aspectos org¨¢nicos de su funcionamiento, contra el criterio de la propia Comisi¨®n, cuyo ex presidente Bustelo tild¨® el traslado de deportaci¨®n. La independencia quiso plasmarse en algunos aspectos clave, como su presupuesto (la CMT se financia con las tasas que pagan los operadores, no de los presupuestos del Estado), los mandatos de sus consejeros (seis a?os frente a los mandatos de cuatro a?os de los gobiernos) o las dificultades para cesar a sus responsables (en teor¨ªa, s¨®lo un juez puede dirimir si la c¨²pula de la CMT ha incurrido en un "incumplimiento grave de sus obligaciones").
La tarea m¨¢s importante que tiene entre manos la CMT, por encargo de Bruselas, es analizar los mercados que considere relevantes para determinar peri¨®dicamente si en ellos se opera en competencia efectiva y cu¨¢les son los operadores con presencia significativa, para fijarles sus correspondientes obligaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.