EE UU se enfrenta al dilema de qu¨¦ hacer con Posada Carriles
Cuba y Venezuela exigen el juicio o la extradici¨®n del terrorista detenido
El Gobierno de EE UU se enfrentaba ayer a un dilema pol¨ªtico que cuestiona algunos de sus principios ideol¨®gicos fundamentales. El Departamento de Seguridad Interior ten¨ªa dos opciones: entregar al disidente cubano Luis Posada Carriles a Gobiernos con los que no consiente ning¨²n tipo de colaboraci¨®n -Cuba o Venezuela- o aceptar que existen diferentes tipos de terrorismo. Posada Carriles est¨¢ acusado de haber ideado o participado en varios actos terroristas contra el Gobierno de Fidel Castro, entre ellos la explosi¨®n de un avi¨®n comercial que caus¨® 73 v¨ªctimas mortales.
El Ejecutivo de George W. Bush estudiaba ayer c¨®mo solucionar un conflicto entre su animadversi¨®n hacia los Gobiernos de Cuba y Venezuela y su prometida inflexibilidad en la lucha contra el terrorismo. Varios documentos oficiales desclasificados hace unos d¨ªas muestran v¨ªnculos claros entre Posada Carriles y el atentado contra un avi¨®n cubano sobre el territorio de Venezuela en 1976. Tambi¨¦n queda demostrado -como se sospechaba- que la CIA tuvo a sueldo a este individuo durante m¨¢s de una d¨¦cada con el pago de un salario mensual. El Departamento de Seguridad Interior tiene 48 horas para decidir el futuro del detenido; las opciones van desde la expulsi¨®n hasta la concesi¨®n del asilo pol¨ªtico.
Detenido el martes tras una rueda de prensa te¨®ricamente secreta, Posada Carriles, de 77 a?os, constituye un problema diplom¨¢tico de mucha m¨¢s envergadura que el provocado por Eli¨¢n Gonz¨¢lez, el ni?o cubano que los anticastristas de Miami pretend¨ªan retener en EE UU. Para ese "n¨²cleo duro" de Florida -un Estado de gran valor electoral -, Posada Carriles es casi un h¨¦roe. ?l mismo cont¨® en sus declaraciones del martes c¨®mo la gente le reconoc¨ªa por la calle.
Posada Carriles, que tiene pasaporte venezolano, es reclamado por los gobiernos de Hugo Ch¨¢vez y Fidel Castro por su papel en aquel atentado y en otros muchos contra instalaciones tur¨ªsticas cubanas; tambi¨¦n est¨¢ relacionado con una trama para asesinar a Castro. Escap¨® de una c¨¢rcel de Venezuela en 1985 para evitar una larga condena y vivi¨® escondido durante los ¨²ltimos a?os hasta que decidi¨® cruzar ilegalmente la frontera de M¨¦xico y EE UU a trav¨¦s de Tejas, aparentemente convencido de que el Gobierno de este pa¨ªs nunca detendr¨ªa o extraditar¨ªa a un opositor castrista.
Oficialmente, Posada Carriles est¨¢ detenido por un delito de inmigraci¨®n, pero si las acusaciones contra ¨¦l se mantienen en ese nivel menor, Washington habr¨¢ hecho una distinci¨®n entre terroristas buenos y malos. Aunque EE UU se niega a entregar individuos a Cuba o a pa¨ªses que pueden luego conducirlos a la isla, "no hacerlo en este caso significar¨ªa que Washington aboga por la democracia en Cuba, pero tambi¨¦n da cobijo a una peque?a minor¨ªa dispuesta a matar a civiles para conseguir esa democracia", dice Philip Peters, experto en Cuba del Lexington Institute.
Mientras tanto, en La Habana, el Gobierno de Fidel Castro observa y aguarda con atenci¨®n los pr¨®ximos pasos de Washington, aunque ya ha adelantado que no cesar¨¢ la presi¨®n sobre la Administraci¨®n de Bush y las movilizaciones populares hasta que se haga justicia y se condene a Posada Carriles por los cr¨ªmenes cometidos. Para Cuba s¨®lo hay dos soluciones satisfactorias: que se extradite al terrorista a Venezuela o que sea puesto a disposici¨®n de un tribunal internacional en un pa¨ªs neutral.
Poco despu¨¦s de conocerse la noticia de la detenci¨®n de Posada en Miami, el presidente del Parlamento, Ricardo Alarc¨®n, asegur¨® en La Habana que si a EE UU le interesa genuinamente "hacer justicia" debe entregar a Posada a los tribunales de Venezuela, que ha pedido oficialmente su extradici¨®n a Washington.
"Nada m¨¢s se le pide que apliquen las leyes", dijo Alarc¨®n en declaraciones a Associated Press. Alarc¨®n asegur¨® que EE UU es signatario de un acuerdo internacional para repatriar a las personas acusadas de delitos de terrorismo firmado despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE UU.
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