Pulso por un cubano
La coherencia pol¨ªtica antiterrorista de la Administraci¨®n Bush est¨¢ siendo sometida a prueba tras la detenci¨®n en Miami, forzada por una gigantesca manifestaci¨®n en La Habana, de Luis Posada Carriles, buscado por Cuba y Venezuela desde hace a?os acusado de haber atentado en 1976 contra un vuelo de Cubana de Aviaci¨®n en el que murieron 73 personas, de otros actos terroristas en Cuba y de haber intentado asesinar en Panam¨¢ en 2000 a Castro con ocasi¨®n de la Cumbre Iberoamericana.
EE UU no suele conceder extradiciones a Cuba o a pa¨ªses que colaboran con el r¨¦gimen castrista, en este caso la Venezuela de Hugo Ch¨¢vez. Lo importante es que se respete la ley, y que Posada Carriles sea juzgado con todas las garant¨ªas por los actos de terrorismo, pues no cabe otro nombre, de los que es acusado. De otro modo, Bush incumplir¨¢ sus propios principios.
Pese a las protestas de los anticastristas de Miami, cinco a?os atr¨¢s la Administraci¨®n de EE UU actu¨® conforme a derecho al devolver a la custodia de su padre en Cuba al ni?o Eli¨¢n Gonz¨¢lez, Eliancito, cuya madre hab¨ªa fallecido en su escapada en bote a Miami. En este caso se trata de una persona acusada de un crimen tan horrendo como lo fue el atentado contra un avi¨®n de pasajeros sobre Lockerbie, por el que EE UU bombarde¨® Libia. Ex agente de la CIA, permanente activista anticastrista, Posada Carriles se escap¨® de una c¨¢rcel venezolana en 1986, donde esperaba un nuevo juicio tras haber sido declarado no culpable en una primera vista del atentado contra el citado vuelo. En 2000 fue indultado en Panam¨¢ del compl¨® contra Castro. Y hace unos meses, entr¨® ilegalmente en Miami.
Castro llevaba semanas clamando por su extradici¨®n no a Cuba, sino a Venezuela, con la que EE UU tiene un tratado bilateral que honrar a este respecto. La manifestaci¨®n del lunes organizada por el castrismo contra el terrorismo, con un mill¨®n de personas desfilando ante la secci¨®n de intereses de EE UU en La Habana, fue la guinda de esta reclamaci¨®n tan propagand¨ªstica como justificada. Las autoridades de Estados Unidos tienen hasta hoy para tomar una decisi¨®n. Dejar escapar a un posible terrorista, incluso a sus 77 a?os, ir¨ªa m¨¢s all¨¢ de la decencia que debe mantener una democracia y constituir¨ªa un error con serias consecuencias para el prestigio de Washington.
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