La galaxia entra en la nostalgia
'La venganza de los sith' cierra la saga m¨¢s popular y millonaria de la historia del cine
Un sentimiento de nostalgia colectiva se ha instalado en centenares de cines del mundo. No es f¨¢cil explicar lo que supone para un seguidor de La guerra de las galaxias el estreno de La venganza de los sith, ¨²ltima pel¨ªcula de la serie. Frente al optimismo de las cifras (m¨¢s de 90 millones de euros de presupuesto de esta ¨²ltima pel¨ªcula y beneficios de la colecci¨®n -hasta la fecha y s¨®lo en merchandising- de m¨¢s de 7.000 millones de euros) est¨¢ el sentimiento encontrado de los amantes de la serie: el fest¨ªn se acab¨®.
S¨®lo en Espa?a, la pel¨ªcula se estrena en m¨¢s de 700 pantallas con 503 copias (486 dobladas al castellano, de ellas cuatro con proyecci¨®n digital; 12 al catal¨¢n y 5 en ingl¨¦s), las entradas para el fin de semana est¨¢n reservadas desde hace d¨ªas en muchas salas y se esperan pacientes colas para ver el duelo entre el joven Anakin Skywalker (interpretado por Hayden Christensen) y su maestro Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor). Ayer, horas antes del estreno mundial del filme, las agencias informaron de que ya hab¨ªa copias pirateadas en la Red.
Lucas cre¨® una pel¨ªcula h¨ªbrida de g¨¦neros pero con la estructura del viejo 'western'
Quiz¨¢ las millonarias cifras de esta serie hayan distorsionado su propio valor
El nacimiento de Darth Vader cierra una era. El lado oscuro de la fuerza (ahora sabemos que el mal nace del dolor, del sufrimiento del joven Anakin) encuentra en el coraz¨®n herido del joven jedi el lugar donde instalarse definitivamente.
La guerra de las galaxias naci¨® en 1977 y, curiosamente, tambi¨¦n fue un sentimiento de nostalgia el que provoc¨® que su creador, George Lucas, se sentara a escribir el primer borrador la historia. Lucas (Modesto, California, 1944) era, como su amigo Steven Spielberg, un hijo de la televisi¨®n. Despu¨¦s del ¨¦xito de American graffiti, repar¨® en una simple evidencia: ya nadie hac¨ªa pel¨ªculas del Oeste, ni de piratas, ni de aventuras. Inspirado en las lecciones de mitolog¨ªa del antrop¨®logo Joseph Campbell (seg¨²n el cual todas las culturas de la humanidad se han identificado emocionalmente con un mismo tipo elemental de estructura narrativa: el viaje del h¨¦roe), Lucas cre¨® una pel¨ªcula h¨ªbrida de g¨¦neros, pero con la estructura del viejo western. En plenos a?os setenta, cuando la mayor¨ªa de los cineastas se dedicaban a deconstruir los g¨¦neros, Lucas recuperaba una convenci¨®n cinematogr¨¢fica para darle un nuevo rumbo.
George Lucas se pas¨® dos a?os y medio escribiendo el gui¨®n de La guerra de las galaxias. Seg¨²n escribe Peter Biskind en Moteros tranquilos, toros salvajes (Anagrama), una fotograf¨ªa de Sergu¨¦i Einsenstein lo miraba desde la pared. El personaje del emperador, corrompido por el poder, estaba basado en Richard Nixon. Se inspir¨® para decorados y trajes en los seriales baratos de ciencia-ficci¨®n de los a?os treinta y desde el principio busc¨® un tono que evitara el sexo (cuentan que a Carrie Fisher, la princesa Leia, le aplastaban con fajas el pecho para evitar el contoneo descontrolado de su delantera) y la violencia.
Lucas tambi¨¦n tuvo claro que no quer¨ªa estrellas en el reparto. As¨ª llegaron Fisher, Mark Hamill y Harrison Ford (que por aquel entonces se ganaba la vida como pod¨ªa y que tan s¨®lo hab¨ªa tenido peque?os papeles en American graffiti y Apocalypse now). Un gran actor brit¨¢nico (Alec Guiness, en el papel de Obi-Wan) le daba, adem¨¢s, cierto aliento shakespeariano.
La guerra de las galaxias comenz¨® a rodarse en los estudios Elstree de Londres en 1976 y hasta el d¨ªa mismo de su estreno nadie daba un duro por ella. Cost¨® 7,5 millones de euros, m¨¢s un par de millones en copias, anuncios y marketing. En apenas tres meses recaud¨® cerca de 100 millones. Las salas que no ten¨ªan instalados los sistemas de sonido est¨¦reo se vieron empujadas a hacerlo y la historia del cine entr¨® en un nuevo cap¨ªtulo.
Los detractores no han sido pocos. Bastan dos frases de dos compa?eros de generaci¨®n del propio Lucas, Paul Schrader y William Friedkin. Dice Schrader: "La guerra de las galaxias fue la pel¨ªcula que devor¨® el coraz¨®n y el alma de Hollywood. Cre¨® la mentalidad del c¨®mic de gran presupuesto". Y Friedkin: "La pel¨ªcula barri¨® con todo. Lo que ocurri¨® con ella se parece a lo que hizo McDonalds cuando se consolid¨®: la gente olvid¨® el sabor de la buena comida".
Quiz¨¢ las millonarias cifras que siguieron en la historia de esta serie hayan distorsionado, y mucho, su propio valor. Pero parafraseando al maestro Yoda y su definici¨®n de la fuerza ("tama?o importa no"), habr¨ªa que defender c¨®mo La guerra de las galaxias rescat¨® para un n¨²mero ilimitado de espectadores el cine como aventura ¨²nica. Quiz¨¢ por esta misma raz¨®n la sensaci¨®n, hoy, de sus verdaderos adictos es de inevitable tristeza.
El mi¨¦rcoles, en el preestreno que organiz¨® Movistar en las salas Kin¨¦polis de Madrid, Carlos D¨¢vila, un agente inmobiliario de 26 a?os, y su amigo Jos¨¦ Alonso, due?o de una tienda de reparaci¨®n de electrodom¨¦sticos, de 25 a?os, acudieron vestidos de jedi al cine. Los trajes hechos a medida y una voluntad de hierro para lograr un sitio en un preestreno para el que no ten¨ªan entradas. Finalmente, lograron ver la pel¨ªcula. "Cuando salimos nos dio un baj¨®n tremendo", cuenta D¨¢vila. "Yo, por respeto, me qued¨¦ hasta el final de los cr¨¦ditos. Fue entonces cuando pens¨¦ que ya no volver¨ªa a pasar por el mismo lugar. Con las otras pel¨ªculas de la saga el sentimiento de emoci¨®n era otro. Esta vez sent¨ªa tanta alegr¨ªa como tristeza. Ten¨ªa un nudo en la garganta". Para este espectador, la nueva pel¨ªcula condensa toda la informaci¨®n necesaria: "Nada aburre, todo en ella es expectativa".
"La sensaci¨®n de p¨¦rdida es definitiva", se?alaba a un periodista estadounidense Chris Bergoch, uno de los fans que durante semanas ha permanecido en la cola de un cine neoyorquino. "Toda mi vida ha existido una pel¨ªcula de Star wars en el horizonte, una ilusi¨®n con la que poder especular y so?ar despierto. Es extra?o saber que esa sensaci¨®n se ha terminado". Seg¨²n John Lyden, autor del libro El cine como religi¨®n: mitos, moral y ritual, detr¨¢s de las colas para ver la ¨²ltima pel¨ªcula de Lucas se encierra un rito tan espiritual como el que empuja a miles de fieles a ver al Papa a Roma.
Con su moral maniquea de buenos y malos, sus vaqueros, samur¨¢is y piratas del espacio, La guerra de las galaxias s¨®lo ha demostrado una cosa: que el viaje del h¨¦roe solitario, ese sendero mitol¨®gico que Lucas recuper¨® de un largo letargo, es el material de un sue?o eterno y universal.
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Director: George Lucas
Estudio: Lucasfilm / Twentieth Century Fox.
Formato: Blu-ray y DVD (155 minutos).
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