Inma Chac¨®n rinde homenaje a su hermana Dulce con 'La princesa india'
La hija de Moctezuma, Isabel, y su palacio de C¨¢ceres inspiraron una historia que le rondaba en la cabeza a la novelista Dulce Chac¨®n (Zafra, 1954-Madrid, 2003). Acosada por la enfermedad que acabar¨ªa con su vida, la autora de La voz dormida pidi¨® a su hermana gemela, Inma, que escribiera esa novela. El hallazgo de un extra?o colgante poco despu¨¦s de la muerte de Dulce -"cuando me lo mostr¨® la vendedora pens¨¦ que aqu¨¦lla era la princesa"- decidi¨® finalmente a Inma Chac¨®n a lanzarse a escribir. Apenas un a?o despu¨¦s, las 320 p¨¢ginas de La princesa india (Alfaguara), que narran la historia de la princesa azteca Ehecatl y su periplo durante la conquista espa?ola de las Indias, son el resultado de aquel encargo.
"La historia que Dulce quer¨ªa contar no la sabe nadie. Ten¨ªa su novela en la cabeza desde hac¨ªa tiempo, pero no se la cont¨® a nadie. Ella hubiera escrito algo muy distinto, muy desgarrador. Yo he hecho la novela que a m¨ª me hubiera gustado leer. Escribirla ha sido la excusa para sobrevivir a mi hermana. Dulce tuvo el acierto de encargarme este libro y ¨¦ste es mi homenaje. Es mi venganza sobre su muerte", explicaba ayer esta profesora universitaria que tras su debut literario confiesa haber quedado "atrapada" por la narrativa.
El viaje de la princesa empieza en M¨¦xico y concluye en Extremadura. Casada con un general del ej¨¦rcito de Hern¨¢n Cort¨¦s, Ehecatl pasa a llamarse Aurora. "He pretendido contar la conquista de los conquistados. La novela arranca antes de que los espa?oles arrasaran con la cultura y los credos de aquel pueblo libre. He querido hablar tambi¨¦n de los contrastes; de lo que ella se encuentra en Espa?a. La princesa llega, con su cultura ind¨ªgena, a un mundo en el que se le impon¨ªa c¨®mo deb¨ªa vestir o en qu¨¦ deb¨ªa creer. Era el mundo de las imposiciones donde la Inquisici¨®n mandaba y el miedo marcaba el orden".
Cuenta Inma que Dulce habl¨® mucho de esta princesa y que juntas descubrieron el atuendo de la bella Ehecatl en una exposici¨®n de arte azteca en Berl¨ªn. "All¨ª vimos sus sandalias y su anillo. All¨ª la vestimos", explica. Aunque est¨¢ convencida de que su hermana hubiese elegido C¨¢ceres o Trujillo, Inma Chac¨®n quiso que la princesa llegara a Zafra. "Sent¨ªa que ten¨ªa que hacer tambi¨¦n un homenaje a la tierra donde crecimos sin temores. He aprendido que nuestra tierra ha sido abierta y cosmopolita desde hace siglos".
La autora explic¨® que su historia no se circunscribe al tiempo en que acontece: "Las cosas que pasan en la novela podr¨ªan pasar ahora, incluso las imposiciones sobre las creencias de los dem¨¢s. Parece que en determinados contextos es obligatorio ser creyente o no serlo". Se declara agn¨®stica y se define como "po¨¦tica y espiritual". "Me encanta decir que las cosas son m¨¢gicas, yo misma les doy ese valor porque eso me ayuda a pensar que no todo es raciocinio. Esta novela es de sentimientos y sentidos. La princesa es, para m¨ª, Dulce".
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