La industria paga una d¨¦cada perdida

La econom¨ªa europea renqueaba desde 2000. El mercado que consume dos tercios de las exportaciones valencianas mostraba s¨ªntomas de debilidad hace ya cinco a?os. Pero el impacto de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, en septiembre de 2001, y la posterior invasi¨®n de Irak, en marzo de 2002, desplazaron los focos de atenci¨®n. La ca¨ªda del comercio internacional parec¨ªa responder a problemas transitorios, coyunturales.

El primer Consell de Francisco Camps se constituy¨® en junio de 2003. Unos meses despu¨¦s, la C¨¢mara de Comercio de Valencia, una instituci¨®n poco sospechosa para el poder auton¨®mico, puso sobre la mesa las evidentes debilidades que atenazaban a varios sectores industriales de la Comunidad Valenciana especializados en art¨ªculos de primera necesidad como el vestido o el calzado, y que compet¨ªan en Europa con precios baratos.

Por debajo de los grandes conflictos internacionales, el mercado global hab¨ªa sido capaz de consolidarse. Los distribuidores chinos se asentaron en los pol¨ªgonos industriales de Elche, cabeza de la comarca del Baix Vinalop¨® y capital internacional del calzado durante tres largas d¨¦cadas, y eran muy visibles desde 2002.

Miguel Peralta, primer consejero de Industria de Francisco Camps, un abogado que ocupaba la alcald¨ªa de Alcoy, demostr¨® especial sensibilidad hacia el sector textil. La amenaza, entonces, de la liberalizaci¨®n comercial del textil a partir de enero pasado, dispar¨® varias alarmas.

Los productores textiles reclamaban ayudas para paliar los efectos de una competencia muy agresiva. Complejas negociaciones que implicaron al Consell, al Gobierno, a sindicatos y patronal desembocaron en un modelo de ayudas tan restringido que resultan casi inaccesibles.

Peralta se sent¨® a la mesa en varias ocasiones con representantes de todos los sectores exportadores de la Comunidad Valenciana. Fabricantes de muebles, l¨¢mparas, calzado, mantas o baldosas cer¨¢micas compartieron con el consejero las recetas que todos los expertos anticipaban desde hace a?os. El dise?o, la calidad o el prestigio de la marca son las armas para vender en el mercado mundial. La tecnolog¨ªa, es decir, la m¨¢quina adaptada a la producci¨®n propia, una f¨®rmula clave para aportar valor. Tanto como el control de las propias redes de distribuci¨®n internacional.

El ¨²ltimo Consell socialista hab¨ªa impulsado la mayor red de institutos tecnol¨®gicos de toda Espa?a como instrumento para vincular a los m¨¢s peque?os empresarios con las recetas te¨®ricas m¨¢s avanzadas. El instituto tecnol¨®gico de la cer¨¢mica, por ejemplo, ha sido clave en la expansi¨®n del sector en la provincia de Castell¨®n.

Pero la potencia del sector de la construcci¨®n y la apuesta por el turismo debilitaron el inter¨¦s pol¨ªtico por la transferencia tecnol¨®gica. El sue?o del crecimiento econ¨®mico sostenido por encima de todas las medias nacionales o europeas releg¨® a segundo plano la pol¨ªtica industrial.

Francisco Camps decidi¨® recuperar de golpe una d¨¦cada perdida cuando pidi¨® a Justo Nieto, rector de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia durante 19 a?os, que asumiera una nueva cartera de Empresa, Ciencia y Universidad a finales de agosto de 2004.

La Universidad Polit¨¦cnica es el centro de investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n m¨¢s poderoso de la Comunidad Valenciana. Y una gran empresa.

Nieto tropez¨® violentamente con la realidad pol¨ªtica que deb¨ªa afrontar cuando, apenas a dos meses de ocupar el cargo, un grupo de incontrolados incendi¨® dos naves ocupadas por comerciantes chinos en el pol¨ªgono industrial de Carr¨²s, en Elche. El estallido sac¨® a relucir los problemas que arrastraba hace tiempo una sociedad que hab¨ªa acu?ado un t¨¦rmino propio, el clandestinaje, para referirse a una aut¨¦ntica estructura de econom¨ªa sumergida muy castigada por la compentecia asi¨¢tica y que cobraba violenta conciencia de su definitiva condena.

Nieto ha reunido por separado a los representantes de los sectores industriales m¨¢s caracter¨ªsticos de la Comunidad Valenciana. En privado resulta muy convincente, seg¨²n coinciden en se?alar varios dirigentes patronales, pero en p¨²blico, su ret¨®rica sorprende a periodistas y pol¨ªticos. Resulta llamativo, adem¨¢s, que la respuesta administrativa se haya orientado sector por sector y no incluya medidas horizontales que podr¨ªan favorecer a muchos productores que comparten problemas comunes.

El "contrato social con la universidad" que Camps quiso sellar al nombrar a Nieto apenas ha cobrado cuerpo. La transformaci¨®n de suelo industrial en suelo tecnol¨®gico para concentrar empresas avanzadas en parques que sean capaces de captar fondos europeos para desarrollar investigaciones punteras que la industria pueda incorporar como aporte tecnol¨®gico responde al esp¨ªritu de los tiempos y parece concertada con Madrid y Bruselas. Pero arrancar la m¨¢quina exige tiempo, ese caudal que se ha dilapidado durante una d¨¦cada.