"La propuesta de di¨¢logo no es una traici¨®n a mi marido; al contrario"
B¨¢rbara D¨¹hrkop (Hannover, Alemania, 1945) es miembro de la ejecutiva del Partido Socialista de Euskadi y eurodiputada desde 1987. Tiene el "dudoso honor", seg¨²n sus propias palabras, de ser una de las primeras v¨ªctimas de ETA, que mat¨® a su marido, Enrique Casas, en 1984, cuando los damnificados eran a¨²n "apestados". Irritada por las duras posiciones que mantiene el PP contra la propuesta de di¨¢logo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para acabar con ETA y por la posici¨®n p¨²blica adoptada por su correligionaria Rosa D¨ªez, entre otros, D¨¹hrkop es rotunda. Afirma que no siente que el presidente del Gobierno est¨¦ traicionando a Enrique.
Pregunta. ?Qu¨¦ sentimientos tiene usted ante la propuesta del jefe del Ejecutivo de abrir un di¨¢logo con ETA si abandona las armas?
Respuesta. Creo que los etarras que han matado y extorsionado deben cumplir sus penas. No tengo ninguna compasi¨®n hacia ellos ni perdono a los que mataron a mi marido. Dicho esto, creo que la muerte de mi marido es irreversible y que mi deber hacia ¨¦l es luchar para que no haya m¨¢s maridos muertos ni m¨¢s pap¨¢s muertos, como dec¨ªa mi hijo cuando ten¨ªa seis a?os. Entonces me preguntaba: "?Por qu¨¦ no hacemos lo que quiere ETA para que no maten a m¨¢s pap¨¢s?". Yo ten¨ªa que explicarle que no se puede hacer lo que quiere ETA. La propuesta de ahora no la veo como hacer lo que ETA exige, porque se le est¨¢ diciendo que si deja las armas, entonces empezaremos a hablar. Creo que la frase de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a este respecto es perfecta: "No hay precio pol¨ªtico por la paz, pero la pol¨ªtica puede traer la paz".
P. Es parad¨®jico que no haya habido tanta pol¨¦mica en el pasado cuando se intent¨® negociar con ETA estando la organizaci¨®n mucho m¨¢s activa y que se produzca ahora, sin embargo, tanto enfrentamiento con la oposici¨®n.
R. Mire, ser¨ªa incomprensible que un Gobierno de un pa¨ªs donde hay terrorismo no tuviera contactos, no se mantuviera informado. Otra cosa es que se haga en las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Cuando se iniciaron las conversaciones de Argel, ETA nos pon¨ªa sobre la mesa casi un muerto cada dos d¨ªas. Ahora ETA lleva dos a?os sin matar y a lo mejor es una situaci¨®n favorable. Me parece fr¨ªvolo por parte de la oposici¨®n como de otros sectores de mi partido que alguien se erija en portavoz de las v¨ªctimas y se niegue a abrir la puerta a lo que puede ser, ojal¨¢, el paso definitivo hacia un proceso de paz, teniendo en cuenta que no queremos pagar un precio por la paz porque eso convertir¨ªa en est¨¦ril la muerte de mi marido.
P. ?Por qu¨¦ negociar de igual a igual ahora que la banda est¨¢ tan derrotada policialmente? Quiz¨¢ no es un argumento despreciable.
R. Creo que no es un argumento inteligente. ?Alguien cree que ETA va a rendirse s¨®lo por el acoso policial? Quiz¨¢ es ahora que est¨¢ contra las cuerdas cuando hay que abrir esa peque?a puerta de atr¨¢s. Porque 28 a?os de terrorismo nos han demostrado que los m¨¦todos policiales no son suficientes. Hemos avanzado mucho, sin duda. No quiero minimizar ese ¨¦xito. Tambi¨¦n la colaboraci¨®n internacional ha sido muy importante. Si ETA est¨¢ d¨¦bil, es el momento de abrir esa peque?a puerta.
P. ?Qu¨¦ opina de la posici¨®n discrepante de Rosa D¨ªez y otros miembros de su partido, que han criticado en carta p¨²blica la actitud de Patxi L¨®pez con el PP?
R. En mi familia pol¨ªtica la ropa se lava dentro de casa. Si mis posiciones son minoritarias dentro del partido, tengo tres opciones: defender mis opiniones y, si pierdo, acatar y callar. La tercera opci¨®n, si las discrepancias resultan muy dolorosas, es la de irme a casa.
P. Pero se supone que la discrepancia interna enriquece a un partido pol¨ªtico.
R. Por supuesto, pero en casa, no en la prensa y, sobre todo, no atacando a nuestro jefe de filas, Zapatero, cuando est¨¢ haciendo una apuesta arriesgada y valiente. Es una frivolidad.
P. Mariano Rajoy, el l¨ªder del PP, ha dicho que Zapatero est¨¢ traicionando a las v¨ªctimas. ?Qu¨¦ le parece esa acusaci¨®n?
R. Una necedad. No siento que mi presidente del Gobierno est¨¦ traicionando a Enrique. Al contrario. Creo que est¨¢ haciendo una apuesta para poner fin a casos como el de Enrique Casas y 800 muertos m¨¢s.
P. ?Es usted optimista sobre las posibilidades de este nuevo y eventual proceso de paz?
R. Quiero serlo. El abuelo de mi padre so?aba con evitar a sus hijos lo que ¨¦l vivi¨®, la I Guerra Mundial. Desgraciadamente, hubo una segunda. Si fu¨¦ramos capaces de dejar a nuestros hijos un Pa¨ªs Vasco sin terrorismo... Ser¨ªa la victoria del siglo.
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