Moratinos convoca al embajador cubano, pero mantiene el di¨¢logo

El ministro espa?ol de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, consider¨® ayer "inaceptables" las expulsiones practicadas por las autoridades castristas, que representan un serio golpe a la pol¨ªtica de apertura hacia Cuba promovida por Espa?a en el seno de la UE, e hizo convocar en Exteriores al embajador cubano en Madrid, Alberto Velazco, para transmitirle la protesta. Pero reiter¨® que "hay que mejorar la situaci¨®n pol¨ªtica en Cuba" y a?adi¨®: "Queremos hacerlo a trav¨¦s del di¨¢logo, y por eso esperamos que las autoridades cubanas colaboren y nos ayuden en trabajos conjuntos dentro de la UE".

El ministro, que se encontraba en Lisboa, dio incluso a entender que seguir¨¢ esforz¨¢ndose para que la UE renueve en junio la flexibilizaci¨®n del sistema de sanciones acordada el pasado 31 de enero, ya que dijo que "nuestra postura ser¨¢ igual que cuando fue expulsado Moragas". La expulsi¨®n del diputado popular Jorge Moragas, en octubre de 2004, dio lugar a una protesta diplom¨¢tica, pero no suspendi¨® la pol¨ªtica espa?ola de apertura al di¨¢logo con el r¨¦gimen cubano.

La nota publicada anoche por Exteriores reafirma "el deseo del Gobierno de seguir trabajando en la democratizaci¨®n y en la defensa de los derechos y libertades en Cuba".

Un precio elevado

Los casos espa?oles de ayer tienen muchas coincidencias con aquel incidente, pues tanto las ex senadoras Isabel San Baldomero y Rosa L¨®pez Garnica como el diputado de CiU Jordi Xucl¨¤, que anoche segu¨ªa retenido en La Habana, pendiente de una decisi¨®n definitiva sobre su expulsi¨®n, viajaron a Cuba con simples visados de turista y sin haber informado ni a la Embajada cubana en Madrid ni al Gobierno espa?ol.

Por lo que se refiere a Xucl¨¤, no hab¨ªa informaci¨®n sobre su peripecia ni siquiera en su propio grupo parlamentario. Un portavoz de CiU en el Congreso puntualiz¨® a este diario que el diputado convergente no hab¨ªa ido a Cuba "ni en representaci¨®n de CiU, ni del grupo de CiU en el Congreso, ni de la Comisi¨®n de Exteriores de la C¨¢mara", a la que pertenece.

Las circunstancias de este incidente son, sin embargo, muy distintas de las de hace siete meses, dada su conexi¨®n con un acto internacional que, aun rechazado como "provocaci¨®n" por Oswaldo Pay¨¢, anticastrista fuera de toda sospecha, era esperado por el Gobierno espa?ol como un momento clave para la viabilidad de su pol¨ªtica.

Contactos diplom¨¢ticos previos dieron la certeza de que el r¨¦gimen cubano no irrumpir¨ªa con la polic¨ªa en la reuni¨®n, pero las expulsiones y las protestas europeas elevan mucho el precio de cualquier gesti¨®n futura en apoyo del mantenimiento del di¨¢logo, sobre todo cuando Polonia y la Rep¨²blica Checa parecen haberse alejado definitivamente del consenso.