El misterio de Botticelli
'La derelitta' se podr¨¢ ver por primera vez durante tres d¨ªas en el palacio romano de los Pallavicini
Una figura llora ante una puerta cerrada. Nada m¨¢s. ?sta es la pintura de peque?o tama?o que en 1816 compr¨® el pr¨ªncipe Giuseppe Ruspigliosi. Los vendedores, la familia Amigoli de Florencia, llamaban a la obra Rea Silvia, suponiendo que representaba a la hero¨ªna de la mitolog¨ªa romana, y atribu¨ªan la autor¨ªa a Masaccio, el fugaz genio prerrenacentista al que Miguel ?ngel y Leonardo consideraban maestro.
A finales del siglo XIX, Adolfo Venturi examin¨® la pintura, dictamin¨® que hab¨ªa sido trazada por el pincel de Alessandro Botticelli y la rebautiz¨® como La derelitta (La desamparada). No acert¨® ni en el autor ni en el tema. S¨®lo en el origen: el taller de Botticelli, en torno a 1475.
Venturi dio el primer paso hacia la verdad, m¨¢s interesante y compleja que cualquier mito y descubierta hace muy pocos a?os. La clave se hallaba en las ropas tendidas sobre el suelo, cuyos pliegues encubr¨ªan las iniciales F. L. La verdad ¨²ltima hab¨ªa que buscarla, seg¨²n el estudioso Enrico Guidoni, en una vieja pasi¨®n sacr¨ªlega, la que en 1456 empuj¨® al monje Filippo a raptar a sor Lucrezia Buti, monja en el convento de Santa Margarita de Prato. Y en la verg¨¹enza de un muchacho.
La derelitta, que en realidad no representa a Rea Silvia ni a ninguna mujer desamparada, permanece desde 1816 en el sector privado del palacio Pallavicini de Roma. Nunca ha sido expuesta. Los d¨ªas 24, 25 y 26 de junio, por iniciativa de la Asociaci¨®n de Residencias Hist¨®ricas Italianas, los Pallavicini abrir¨¢n al p¨²blico las puertas de su casa y exhibir¨¢n, por primera y quiz¨¢ ¨²ltima vez, su pieza m¨¢s preciosa.
La identidad de la misteriosa figura que se cubre el rostro empez¨® a desvelarse cuando hacia 1910 la cr¨ªtica moderna relacion¨® el cuadro con otros cinco, colgados en la National Gallery de Ottawa, el Museo Cond¨¦ de Chantilly, el Museo Horne de Florencia, la Galer¨ªa Liechtenstein de Viena y en la colecci¨®n del Conde de Vogue de Par¨ªs.
Los cinco representaban escenas b¨ªblicas del Libro de Ester y La derelitta formaba parte de la serie. La supuesta desamparada ten¨ªa que ser, en ese caso, un hombre, Mardoqueo, el jud¨ªo babilonio que al saber que Artajerjes hab¨ªa ordenado el exterminio de los hebreos, se desgarr¨® las vestiduras y, "dando fuertes, dolorosos gemidos, lleg¨® hasta la puerta del rey".
La serie sobre el Libro de Ester era atribuida al "taller de Botticelli". El estudio de las pinceladas permit¨ªa detectar el trabajo de varias manos, entre ellas la del propio Botticelli. Pero el cuadro de los Pallavicini conten¨ªa una pista definitiva, descubierta gracias al estudio de las ropas de Mardoqueo. La prenda de la izquierda escond¨ªa un signo gr¨¢fico que combinaba una F y una L, a la manera de la L y la V unidas con que firmaba Leonardo da Vinci. En la de la derecha, el signo de la F y la L era distinto y m¨¢s obvio. Ah¨ª estaba la firma: Filippino Lippi, pintor florentino, alumno de Botticelli.
Federico Zeri, en su cat¨¢logo de la colecci¨®n de los Pallavicini (1959), consider¨® que Lippi s¨®lo hab¨ªa tenido un papel destacado en La derelitta, no en el resto de la serie, y busc¨® el sentido de la extra?a composici¨®n en una alegor¨ªa: la Iglesia se humillaba a las puertas del palacio de Jesucristo. Otros cr¨ªticos, como Antonio Paolucci, siguen sosteniendo que el trabajo principal lo ejecut¨® Botticelli y que Lippi s¨®lo colabor¨® como alumno.
Entonces, ?por qu¨¦ Botticelli permiti¨® que Lippi ocultara en el cuadro sus iniciales? Fuera el maestro o fuera el alumno quien pint¨® la figura que llora, resultaba claro que para Lippi aquel cuadro ten¨ªa una especial importancia.
El hombre que llora
El profesor Enrico Guidoni, uno de los especialistas contempor¨¢neos de mayor prestigio, cree haber dado con la soluci¨®n definitiva del enigma. Cuando Lippi trabaj¨® en La derelitta ten¨ªa unos 15 a?os, empezaba a conocer la vida social y sufr¨ªa el peso de su origen. El hombre humillado que llora porque no puede entrar en palacio, dice Guidoni, es el propio Filippino Lippi.
El joven Filippino era hijo de fray Filippo Lippi y de sor Lucrezia Buti. El rapto de la monja por el monje, en 1456, hab¨ªa causado sensaci¨®n en la Florencia de la ¨¦poca, y el arreglo del papa P¨ªo II, que cinco a?os despu¨¦s les liber¨® de los votos, no hizo olvidar el esc¨¢ndalo. Filippino lo sab¨ªa y Botticelli lo sab¨ªa. De ah¨ª que el maestro cediera protagonismo al alumno, quien se sent¨ªa representado en aquella figura socialmente rechazada.
La derelitta no es la ¨²nica joya que ser¨¢ fugazmente expuesta al p¨²blico en Roma. El palacio Colonna ser¨¢ abierto del 3 al 5 de junio para mostrar las 43 telas paisaj¨ªsticas de Vanvitelli propiedad de la familia. Los Doria Pamphili, que convirtieron en museo la segunda planta de su palacio (con el Inocencio X de Vel¨¢zquez en una salita diminuta), abrir¨¢n tambi¨¦n del 10 al 12 de junio el sal¨®n verde de la tercera planta, su casa, y descubrir¨¢n al p¨²blico una Anunciaci¨®n de fray Filippo Lippi (el padre) y otras maravillas primorrenacentistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.