A la espera del voto franc¨¦s
La ventaja de pertenecer a una organizaci¨®n como la Uni¨®n Europea es que ning¨²n pa¨ªs puede abstraerse ni embobarse completamente en sus propios problemas porque tiene que hacer frente tambi¨¦n a los de sus vecinos. Espa?a, por ejemplo, tiene por delante un serio problema si los franceses votan el pr¨®ximo domingo, d¨ªa 29, en contra de la Constituci¨®n Europea. Primero porque quedar¨ªa claro que no sirvi¨® de nada ser los "primeros en Europa" y la gran diferencia de peso que tiene en la UE un s¨ª espa?ol y un no franc¨¦s. Y, segundo, porque la propia Uni¨®n puede entrar en un relativo proceso de paralizaci¨®n que no conviene en nada a los intereses espa?oles.
"El no dejar¨ªa en una mala posici¨®n al presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, muy debilitado, y eso pondr¨ªa a¨²n m¨¢s dificil la negociaci¨®n de las nuevas perspectivas financieras de la UE", explica un diputado socialista implicado en los temas europeos.
Los expertos espa?oles creen que un 'no' a la Constituci¨®n provocar¨ªa una fuerte crisis dentro de los partidos mayoritarios franceses, ya muy divididos
El Gobierno espa?ol cuenta con el apoyo de Chirac y del canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, para, al menos, intentar atenuar la importante p¨¦rdida de ingresos que supondr¨¢ nuestra nueva posici¨®n en los fondos estructurales y de cohesi¨®n. "El no y la consiguiente debilidad del Gobierno franc¨¦s y de Chirac dar¨ªan un nuevo impulso a quienes buscan dentro de la Uni¨®n una mayor renacionalizaci¨®n de las pol¨ªticas europeas", admite el portavoz socialista Diego L¨®pez Garrido, miembro de la Convenci¨®n que prepar¨® el texto del nuevo tratado.
?Se ha preparado ya un plan B por si Francia se descuelga del proceso? No, aseguran en medios socialistas espa?oles. Nadie ha planteado qu¨¦ pasar¨ªa con los pa¨ªses que ya han ratificado ese proyecto, y que son ya, pr¨¢cticamente, la mitad de la UE, incluida Alemania. Lo l¨®gico ser¨ªa que el proceso de ratificaci¨®n continuara adelante, aunque el no franc¨¦s abriera la puerta al desenganche de Holanda y, desde luego, garantizara casi que el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, renunciara a someterlo a consulta en su propio pa¨ªs.
La Uni¨®n seguir¨ªa funcionando a trancas y barrancas de acuerdo con el Tratado de Niza, aunque probablemente algunos pa¨ªses defender¨ªan mecanismos de cooperaci¨®n reforzada para poder seguir adelante con algunos de los acuerdos de la Constituci¨®n.
Crisis republicana
A siete d¨ªas del refer¨¦ndum, las encuestas son incapaces de detectar el sentido final del voto, ni siquiera de anticipar el ¨ªndice de participaci¨®n. En las pr¨®ximas horas y d¨ªas est¨¢ prevista una aut¨¦ntica campa?a "a la desesperada" de los pol¨ªticos franceses favorables al s¨ª que los pol¨ªticos espa?oles esperan con una mezcla de ansiedad y temor, colgados de los tel¨¦fonos de amigos y correligionarios. "Mejor que Chirac no acapare todo el protagonismo porque expulsa m¨¢s voto del que aproxima. Su popularidad, ahora, es muy limitada", comenta un dirigente del PSOE. "Mejor que los socialistas franceses se dediquen a tapar las grietas entre sus propias filas porque ser¨¢ precisamente su divisi¨®n la responsable de un eventual voto negativo", critica su equivalente en el PP.
Contra lo que puedan indicar estos comentarios, la realidad es que el an¨¢lisis de la situaci¨®n que se hace en el PSOE y en el PP es muy parecido. Los dos creen que si los franceses votan en contra de la Constituci¨®n se abrir¨¢ una crisis no s¨®lo en Europa, sino, mucho antes, en la propia Francia. Los dos partidos mayoritarios quedar¨¢n desacreditados. "Ser¨¢ peor que una crisis de Gobierno. Puede ser una crisis de la Rep¨²blica, una crisis de confianza pol¨ªtica", coinciden socialistas y populares.
En los dos partidos se contempla con cierta envidia el extraordinario debate que est¨¢ teniendo lugar en la sociedad francesa, con un enorme apoyo de cadenas de televisi¨®n y peri¨®dicos. "Nadie podr¨¢ decir que los franceses no saben lo que votan. Hagan lo que hagan este domingo estar¨¢ claro que han decidido, con mucha o poca inteligencia, pero, desde luego, a sabiendas", comenta un parlamentario popular.
Un colega socialista se muestra "completamente de acuerdo". "La mayor curiosidad ahora", asegura, "es comprobar el efecto que pueda tener la dramatizaci¨®n de la campa?a que han anunciado los partidarios del s¨ª para estos pocos d¨ªas". Algunos especialistas, tanto en el PP como en el PSOE, se muestran esc¨¦pticos. "Habr¨¢ que examinar con cuidado los resultados, pero sobre el papel ese tipo de dramatizaciones suele tener efectos secundarios contraproducentes. Anunciar el fin del mundo es muy peligroso, porque normalmente no se acaba y, sin embargo, t¨² te has cerrado todas las salidas. En este caso, adem¨¢s, hay el peligro de amalgamar todo el no, sin distinguir unos motivos de otros", explica uno de estos expertos en an¨¢lisis electorales.
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